[responsivevoice_button voice="Spanish Latin American Female" buttontext="Escucha la nota"] Dra. Sandra Castro Berna, académica de la Escuela Educación Parvularia de la Universidad Católica del Maule. En esta primavera, incentivemos nuevos aprendizajes a nuestros niños y niñas, y como valor agregado, impregnemos en ellos el amor por la naturaleza, ya que este tipo de amor, se enseña y se aprende de forma más simple en los primeros años de vida. Para ello, les propongo algunas actividades que pueden realizar en casa para fomentar en los niños y niñas el deseo por proteger la naturaleza y el medio ambiente. Uno de los juegos más antiguos que ha practicado el ser humano y sobre todo en la etapa infantil, con o sin herramientas, es jugar con los elementos de la naturaleza, principalmente con tierra y agua, para jugar satisfactoriamente, el niño y la niña no requieren de un juguete muy elaborado o exclusivo, son efectivos los elementos naturales a su disposición, para manejarlos a voluntad. La primera tarea del adulto es familiarizar a los niños y niñas con los elementos naturales que hay en nuestro entorno cercano, como, por ejemplo las plantas de interior o de jardín, árboles, flores, insectos, aves, mascotas, entre otros. Para la segunda propuesta, el adulto puede guiarlos en forma paulatina a que tomen conciencia del cuidado de estos elementos naturales y lo importante de convivir con ellos por la relación tan estrecha que nos une. Como tercera idea, ayúdale a conocer las características y aportes a la vida del planeta de las plantas y flores, y sobre los cuidados que necesitan, que descubran cómo se gestan y crecen, una simple forma es incentivar plantar semillas y cuidarlas para observar y disfrutar de su crecimiento. Para ello improvisar un macetero con materiales desechables como en una botella de plástico o cajas tetra pack, decorándolo antes como los niños y niñas deseen y permitirles que siembren algunas semillas de rápido crecimiento como porotos, lentejas, cilantro y/o plante un brote pequeño de algunas especies de suculentas que no se marchitarán. Cuarta tarea, ahora que estamos en casa, usemos ropa que se pueda ensuciar y jueguen con elementos naturales. Al ver tierra, se sentirán atraídos, ese impulso natural por jugar aflorará. Cuando ya estén jugando, experimentarán una gran sensación de libertad, sobre todo de jugar sin preocupaciones de ensuciar la ropa, esto ofrece mayores garantías de diversión. Las actividades al aire libre permiten que los niños y niñas disfruten de la brisa y los rayos del sol, que aún están tibios, el contacto con la tierra u otros elementos naturales invitan a imaginar y se estimula la creatividad, junto a sus hijos e hijas podrán transformar los elementos. El agua hará su trabajo, si usan arena o piedras se complementarán con ramitas, hojas caídas y semillas. Todo esto, brindará una tarde de complicidad inolvidable, tome la precaución de recoger lo que está en el suelo y no arrancar de los árboles o plantas. Jugar en familia con los elementos de la naturaleza provocará confianza en los más pequeños, les dará mayor seguridad, disfrutará mayormente de las sensaciones en las manos y cuerpo. Podrán tocar, apretar, tirar, amontonar, oler, con la aprobación del adulto. Incentive, a montar pastelerías o restaurantes, a hacer tortas con ramas, flores y tierra, preparaciones de comidas y ensaladas de pastos y postres, a preparar limonadas con agua y fruta o hierbas, preparaciones únicas e inimaginables. Vivirán episodios y experiencias inolvidables e invaluables con los niños y niñas, adicionando aprendizajes duraderos con el contacto directo que favorece indudablemente la relación y comunión con la naturaleza, logrando así a corto plazo la valoración y respeto por ella. “Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.