[responsivevoice_button voice="Spanish Latin American Female" buttontext="Escucha la nota"] Un análisis reciente de Clapes UC revela los diversos efectos de la Reforma en el empleo, salarios y pensiones. El informe titulado "La reforma de pensiones y sus efectos en el mercado laboral chileno", realizado por Joaquín Vial, Víctor Hugo Urbina y José Valenzuela, académico de la Escuela de Ingeniería Comercial de la Universidad Católica del Maule (UCM), evalúa cómo el aumento en la tasa de cotización previsional, del 10% al 16%, afecta diversos aspectos del mercado laboral. Utilizando un modelo dinámico estocástico de equilibrio general (DSGE), esta herramienta permite evaluar cómo las economías evolucionan con el tiempo, teniendo en cuenta la incertidumbre y la interacción de distintos agentes económicos. Pilares de la Reforma La Reforma Previsional busca mejorar las pensiones futuras mediante el aumento de la cotización, distribuyendo el 6% adicional entre el sistema de capitalización individual (donde los aportes se destinan a cuentas personales del trabajador), y un aporte al Seguro Social (que redistribuye los recursos para mejorar las pensiones de todos, especialmente los de menor ingreso). La distribución exacta de este incremento es clave, ya que determina los efectos sobre el empleo y la economía, afectando directamente los ingresos de los trabajadores y los costos laborales de los empleadores. “La distribución de la cotización al fondo de pensiones afecta los salarios brutos o netos según a quién se le atribuya la carga. En este caso, la propuesta implica que la carga la asuman los empleadores”, comenzó explicando el académico de la Escuela de Ingeniería Comercial UCM, Dr. José Valenzuela. En esa línea, el investigador añadió que lo anterior, “significa que los salarios brutos tendrán que aumentar para que la cotización adicional no afecte los salarios netos de los trabajadores. Así, el proyecto busca que los trabajadores aumenten su ahorro sin necesidad de que sus salarios netos disminuyan. A su vez, esto afecta el costo laboral, puesto que –como se indicó más arriba- los salarios brutos tendrán que aumentar, lo cual constituye un costo adicional para los empleadores”, mencionó. Impactos en el empleo y los salarios De ese modo, el informe revela que el aumento de la cotización previsional tiene efectos negativos en el empleo formal, especialmente si se destina una mayor proporción al Seguro Social. En el escenario donde el 6% adicional se asigna íntegramente al Seguro Social, se estima una reducción del 3,4% en el empleo formal, mientras que, si se destina totalmente a capitalización individual, la caída es menor, alcanzando el 0,3%. Asimismo, los salarios reales podrían disminuir hasta en un 5,4% si todo el incremento se destina al Seguro Social, en contraste con una reducción del 4,5% si el aporte va completamente a cuentas individuales. Entonces, ¿qué factores hacen que la opción destinada al seguro social parezca más perjudicial para el mercado laboral en comparación con la capitalización individual? Valenzuela complementó que, “el modelo toma en consideración un elemento que da cuenta de la percepción de los hogares respecto de qué porcentaje del ahorro previsional constituye parte de sus ingresos futuros y qué porcentaje del ahorro se considera como un impuesto que grava sus ingresos en el presente. Esta percepción varía según quintiles de ingreso”. Es decir, “quintiles más bajos perciben la cotización adicional como un impuesto, mientras que quintiles superiores la perciben como parte de sus ingresos futuros. Así, para quintiles bajos el incremento en la cotización disminuye sus salarios netos, lo cual desincentiva el empleo formal en dichos grupos de ingresos. Este efecto es transversal para cualquier tipo de sistema de pensiones, pero es más fuerte cuando el porcentaje de cotización adicional se destina a un seguro social”, distinguió el Doctor en Economía de la Universidad de Chile. Efectos en las pensiones y consideraciones a largo plazo A pesar de los desafíos en el empleo y los salarios, la reforma podría incrementar significativamente las pensiones. Si el 6% adicional va a capitalización individual, las pensiones aumentan hasta un 50,4%, frente a un 21,4% si el monto se asigna al Seguro Social. Sin embargo, el informe señala que el crecimiento del PIB también se ve afectado según la distribución del aumento de cotización. Cuando la totalidad del aporte se asigna al Seguro Social, el PIB podría decrecer hasta un 3,2%, mientras que, si se dirige completamente a la capitalización individual, podría observarse un ligero crecimiento del 0,8%. Pero, ¿podrían neutralizarse los posibles impactos negativos? El académico subrayó que, “los potenciales efectos negativos podrían compensarse a través de aumentos en la productividad o políticas públicas pro-empleo. Lo primero es un factor coyuntural, es decir, depende en menor medida de lo que la política pueda hacer; más bien, constituyen factores de recursos o tecnológicos que permitan que los insumos productivos sean más eficientes en su uso”. Por otro lado, destacó que, “políticas que afecten de manera positiva el empleo pueden ser el aumento del gasto público o reformas tributarias que incentiven la inversión. De cualquier modo, esto debe manejarse con cuidado de afectar negativamente el déficit fiscal futuro”. Otras consideraciones El estudio enfatiza que la reforma previsional se lleva a cabo en un contexto legislativo desafiante, con otros cambios que elevan los costos laborales, como la reducción de la jornada laboral y el aumento del salario mínimo. Además, se destaca el envejecimiento acelerado de la población en Chile. A partir de esta realidad, ¿existen oportunidades para sincronizar estas reformas con la Reforma Previsional para mejorar sus resultados? Valenzuela dice que sí. “De hecho, para el caso de la reducción de jornada laboral esto se está aplicando, dado que la reforma tiene un plazo de 5 años para que las empresas se adapten completamente a la nueva jornada legal. Esto también se hizo para la última reducción de jornada (entre 2001 y 2005), la cual constituyó la reducción de jornada de 48 a 45 horas de trabajo semanales. Algo similar podría aplicarse para el aumento de la cotización; aplicar el porcentaje de cotización extra a las empresas de forma gradual en el tiempo, de manera de alivianar el costo económico que implica a las empresas y que esto tenga efectos agregados en la economía, como la disminución de la producción, y la disminución en la tasa de vacantes laborales constituyendo menor flujo de personas que pasan del desempleo al empleo, entre otras”, concluyó. Bajo estas circunstancias, la sostenibilidad del sistema de pensiones enfrenta grandes desafíos políticos y económicos, ya que si bien, la Reforma busca anticiparse a esta necesidad, su implementación también presenta riesgos para el mercado laboral que deberán ser considerados.