Día Internacional de las Familias: comparten el objetivo de educar y cuidar a niños(as)
[responsivevoice_button voice="Spanish Latin American Female" buttontext="Escucha la nota"]Dra. Sandra Castro Berna, académica de la Escuela de Pedagogía en Educación Parvularia de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Católica del Maule.
El Día Internacional de las Familias se celebró el 15 de mayo, con el objetivo de crear conciencia sobre el papel fundamental de las familias en la educación de sus hijos(as), desde la primera infancia considerándola como la etapa para las primeras oportunidades de aprendizajes.
La familia es el primer educador de un niño(a), constituye el núcleo central básico, es el primer espacio de crecimiento y socialización (necesidades básicas, convivencia e interacciones); en la familia se establecen los primeros y más importantes vínculos afectivos, la incorporación de valores, pautas, normas y hábitos de su grupo social y cultural, se realizan las primeras actuaciones activas en sociedad, se reciben las manifestaciones de protección, afecto, y cuidado, además de estimulación y las oportunidades para el aprendizaje y desarrollo integral.
La educación parvularia es el segundo espacio de crecimiento y socialización, donde comienza a convivir y a relacionarse con otros niños(as) y con adultos que no pertenecen a su grupo cercano. Este paso de la familia a la escuela es muy significativo, cobra relevancia en la formación de los hijos(as) por el carácter formal de la educación, proceso en el cual es fundamental que familia y escuela trabajen en conjunto y se potencien para que el niño(a) reciba la educación de calidad que por derecho le corresponde.
La educación parvularia en la que inicia el niño(a) su trayectoria académica, está propuesta para que los párvulos desarrollen desde temprana edad todo su potencial, acoge al niño(a) arraigado a su familia y comparte con ella la labor educativa, complementándola y ampliando las experiencias de aprendizajes, estableciendo líneas de trabajo común, coordinando actividades con los párvulos, familias, equipo pedagógico y comunidad en general mediando pedagógicamente entre todos ellos. Es decir, que todos construyen y se adhieren al proyecto educativo que se implementa, y que comparten la responsabilidad de favorecer los aprendizajes y desarrollo de los párvulos.
Actitud y conductas de la familia frente al aprendizaje:
El niño(a) debe sentir y percibir concordancia y coherencia entre su familia y el establecimiento educativo, manteniéndose activos en encuentros y reuniones para generar una relación participativa, mancomunada, sin prejuicios y que valore los aportes a la formación de los niños(as) en una alianza conjunta, fundada en el diálogo y el respeto mutuo.
A más participación e interés existan en las familias, mayor es el impacto en el aprendizaje de niños y niñas.
En casa hay que darle continuidad y asignarle importancia a lo trabajado en la escuela, esto generará una actitud positiva hacia las experiencias formativas en los niños(as).
En la medida que la familia genera un buen clima, los hijos(as) desarrollan una mejor comunicación que posibilita la confianza en sí mismos y se vinculan con mayor facilidad a las actividades pedagógicas.
Indiscutiblemente las experiencias tempranas, quedan alojadas en los niños y niñas, siendo significativas las vividas en el hogar junto a su familia y las dadas en las instituciones educativas a la que asisten.
“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.