Opinión: El Día de la felicidad y la infancia - Universidad Católica del Maule
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Opinión: El Día de la felicidad y la infancia

Opinión: El Día de la felicidad y la infancia
20 Mar 2023

Dra. Sandra Castro Berna, académica de la Escuela de Pedagogía en Educación Parvularia, sede Curicó, de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Católica del Maule.

El 20 de marzo del 2012 la Asamblea General de la ONU decretó el Día Internacional de la Felicidad, con la finalidad de preservar la alegría y bienestar de los seres humanos como aspiraciones universales de las personas.

Hoy en día, al preguntar por la felicidad de las personas, tenemos muchas respuestas, incluso condicionada y/o amenazada por los tiempos de crisis, aún sufrimos por los estragos de la pandemia, los conflictos bélicos y el cambio climático, entre otros, temas que nos afectas directamente. Esperamos que la felicidad sea permanente, que la vida esté alejada de contrariedades o conflictos, o esperamos cada vez más elementos que según nos hacen felices. Pero hay un grupo humano de menor edad que entiende la felicidad con una mayor simpleza, para ellos(as) es natural, está basada en realizar lo que les gusta o divierte, disfrutar pequeñas cosas, sentir la vida a través del juego, en compañía de otros integrantes de su familia o de su círculo cercano.

Como padres es importante fomentar y priorizar el bienestar de nuestros niños(as), es fundamental en esta etapa del desarrollo y para que a futuro sean adultos plenos; para ello podemos, por ejemplo:

– Educar en positivo a partir del ejemplo, ya que es la forma de aprender a temprana edad.

– Fomentar sus gustos culturales, artísticos, deportivos, de juego.

– Destacar sus logros, el reconocimiento verbal contribuye siempre.

– Expresar sus emociones porque el control emocional tarda en desarrollarse, manifieste afecto y favorezca la comunicación a través de una sonrisa, abrazo o caricias, palabras de amabilidad y respeto.

– Evitar las calificaciones o etiquetas, recuerde que necesitan de la aceptación social.

– Practicar la gratitud, enriquece la convivencia familiar y favorece la estabilidad mental.

– Dedicar tiempo para crear o seguir juegos, acompañar sus actividades escolares o pasatiempos, reír, pasear, montar bicicleta, comer juntos, generar momentos gratos.

No se puede enseñar a ser feliz, pero sí se pueden proporcionar actividades agradables, que les hagan sentir bien, amados y que reporten diversión.

“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.

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