[responsivevoice_button voice="Spanish Latin American Female" buttontext="Escucha la nota"] Rumbo a la Jornada Mundial de la Juventud Lisboa 2023. Del 2 al 6 de agosto de 2023 se llevará a cabo la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa. Con el lema “María se levantó y partió sin demora” este encuentro de jóvenes de todo el mundo con el Papa es una peregrinación, una fiesta de la juventud, y un gran momento de evangelización para construir un mundo más solidario. En este contexto, conversamos con María del Carmen Gutiérrez Catalán, estudiante de tercer año de Pedagogía en Educación Parvularia con mención de la UCM, sede Talca y pertenece al camino Neocatecumenal en la comuna de San Rafael. La joven participó en 2013 con toda su familia en la JMJ en Río de Janeiro, Brasil. Luego, en 2016 en Cracovia, Polonia y en 2019 en Panamá. ¿Qué significa para ti tener la oportunidad de ir a la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa? Para mí es una gran oportunidad participar por cuarta vez de la JMJ, porque es un encuentro donde participan miles de jóvenes, y eso significa ver el amor de Dios reflejado en muchos jóvenes. Vivimos en una sociedad con muchos vacíos, una sociedad donde los valores se han ido perdiendo, y uno como joven a veces es débil y se encuentra vacío o desesperanzado. Entonces, ver a tantos jóvenes nos hace sentir que no estamos solos, que muchos vamos contracorriente, porque el mundo nos ofrece cosas que no nos favorece, y la Iglesia nos ofrece todo lo contrario, nos ofrece el amor de Dios, la solidaridad y el amor al prójimo, que es lo que enriquece verdaderamente al corazón. En definitiva, es un encuentro con Jesucristo, y escuchar al Papa que es la cabeza de la Iglesia. Tú estudias Pedagogía en Educación Parvularia, un compromiso muy importante con el desarrollo de los niños y de las niñas. ¿Cómo enriquece tu vida espiritual en tu labor como futura educadora? Creo que esta vocación que me la ha regalado Dios. Como educadoras en la primera infancia nuestra profesión va a marcar la vida de los niños y niñas que tendremos a cargo, la educadora debe estar atenta a las necesidades del niño y además, estar al servicio de las familias de estos niños, quienes quizás no sepan gestionar las emociones y los sentimientos de los niños y en ello les podemos apoyar. Y como católica, considero que me puede ayudar a tener un mayor compromiso, empatía y solidaridad, y la certeza que cada niño y niña es un ser humano único para Dios, quien les quiere desde el vientre materno. Obviamente, todos tenemos diferentes creencias, pero lo importante es que estemos al servicio de los demás, ser constante en la misión que tenemos como educadoras. ¿Qué significa para ti como joven católica estudiar en la UCM? La Universidad ha venido a sellar, a recalcar lo que he recibido desde que nací, porque gracias a Dios vengo de una familia cristiana, en la cual soy la menor de siete hijos. En nuestra familia Cristo es el pilar fundamental, Dios nos ha sostenido. Y claro, la universidad me incentiva a tener espíritu de servicio, a manifestar a Dios en una clase, con una amiga, con mis compañeros de clases. Como escuché hace poco a un obispo en su homilía: “los jóvenes hoy cuentan con tecnología, tienen fiestas y muchas cosas materiales, pero les falta conocer a Dios y poder manifestar a Dios en sus vidas”. Para finalizar, María del Carmen invitó a todos los jóvenes a participar de esta gran Jornada Mundial de la Juventud. Crédito: Facultad de Ciencias de la Educación UCM.