[responsivevoice_button voice="Spanish Latin American Female" buttontext="Escucha la nota"] Stefano Micheletti, académico de la Escuela de Sociología e investigador del Centro de Estudios Urbano-Territoriales (CEUT) de la Universidad Católica del Maule, analizó la situación que han vivido los extranjeros residentes en Chile a raíz de la emergencia sanitaria. ¿Son racistas los chilenos? Es una pregunta que muchos se realizan. Ha sido el tema de debate en programas de conversación y la pregunta central para investigaciones académicas. Lo ocurrido en Estados Unidos con el caso de George Floyd, a lo que se sumaron las constantes denuncias que realizan comunidades migrantes a raíz del COVID19 y sus condiciones de hacimiento, ha centrado nuevamente la discusión en torno a la realidad que viven las poblaciones residentes en Chile. Para Stefano Micheletti, académico de la Escuela de Sociología e investigador del Centro de Estudios Urbano Territoriales (CEUT) de la Universidad Católica del Maule, en Chile existe racismo desde que Chile existe. “Es la historia de la conformación de los estados, que para diferenciarse construyen simbólicamente un ‘otro’, que normalmente es ‘indígena’ o ‘negro’. Ese ‘otro’ puede vivir afuera de las fronteras nacionales o adentro. En el primer caso los dardos apuntan hacia el inmigrante que ‘invade’ el país con su cuerpo, su modo de hablar y comportarse, sus prácticas culturales y su forma de vivir, todos distintos a los que quedaron establecidos como ‘normales’ para la sociedad local. En el segundo caso, son sobre todo los pueblos originarios los que sufren discriminación”, sostuvo. A juicio del académico, los extranjeros residentes en Chile son quienes han vivido una de las situaciones más complejas a causa de la emergencia sanitaria “Evidentemente existen situaciones diversas en función del país de origen, la condición migratoria y de vida. Sin embargo, una porción importante enfrenta las mismas dificultades que viven los chilenos –han perdido sus fuentes de ingreso o se han enfermado- pero sin una red de apoyo, y por lo tanto son más vulnerables. Eso resulta particularmente dramático, y los casos más evidentes han sido los de cientos de ciudadanos peruanos, bolivianos, colombianos y venezolanos, que durante semanas han acampado afuera de sus respectivas embajadas a la espera de ser repatriados o de recibir algún tipo de ayuda. Si bien la gestión de la pandemia es de una complejidad enorme, a nivel estatal se deberían mejorar las coordinaciones con los países hermanos para lograr atender a estos migrantes, que están particularmente expuestos”, mencionó Stefano Micheletti. Según las cifras entregadas en marzo de 2020 por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y el Departamento de Extranjería y Migración (DEM) del Ministerio del Interior, hasta diciembre de 2019, las personas extranjeras residentes en Chile bordean un 1.5 millones. Hubo un incremento de 19% respecto del año anterior. Cabe destacar que las comunidades con mayor número de personas provienen de Venezuela, Perú, Haití, Colombia y Bolivia. El trato vejatorio que han recibido por parte de la sociedad chilena, ha quedado en evidencia en diversos estudios. Ya en el 2018 el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) en su informe "Manifestaciones de discriminación racial en Chile: un estudio de percepciones" daba cuenta que 28,4% de los hogares de origen inmigrante declaró que alguno de sus miembros fue discriminado. El investigador UCM, sobre esta situación, dijo que “Posiblemente se debe en buena parte a un proceso histórico, que impuso la visión de las élites -que sienten haber fundado el país- acerca de sí mismas. Por lo tanto, estamos frente a una sociedad chilena que al reflejarse en sus élites se percibe blanca, vinculada cultural, genética y fenotípicamente al norte global”, expuso. Y agregó que “El ‘otro’ es entonces –por un proceso de diferenciación- ‘negro’, ‘sudaca’, ‘indígena’, ‘roto’. Obviamente hay luego un conjunto de otros factores que profundizan esta condición inicial, como por ejemplo el relativo aislamiento (demográfico, social, cultural) en el que vivió Chile hasta hace pocos años y la crónica dificultad a relacionarse entre pares –como pares- de la sociedad chilena, posible herencia del sistema hacendal que durante siglos determinó las relaciones sociales”. Respecto a si esta situación puede mejorar con el tiempo, mencionó que “Es difícil hacer previsiones, porque hay muchos elementos de la contingencia que influyen. Es suficiente ver, por ejemplo, como el brote mundial de coronavirus ha atizado a nivel mundial la discriminación hacia la comunidad china. Pero en términos generales, creo que se están dando pasos importantes en la lucha contra el racismo. Sin duda las nuevas generaciones de chilenos y chilenas tendrán la oportunidad de vivir en un país más diverso. Es esta cultura de la diversidad la que debemos lograr construir cotidianamente”.