En la inauguración del año académico de la Escuela de Sociología de la Universidad Católica del Maule, programa que cumple 10 años formando profesionales de excelencia al servicio de la región. 

Recordando la figura de Rodrigo Salcedo, primer decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas (FACSE) de la Universidad Católica del Maule (UCM) se dio por inaugurado el año académico en la Escuela de Sociología, proyectando un año no menos desafiante producto del contexto de pandemia. Precisamente este y otros temas sobre la realidad y los cambios que se viven en Chile, se refirió el sociólogo invitado a esta especial fecha, Darío Quiroga. 

– ¿Qué tan necesario es a su juicio hoy la labor de la sociología en Chile? 

Creo que es súper importante en general, todo el pensamiento social en tiempos de cambio acelerado. A nivel global, producto de la pandemia y a nivel local, todo lo que implica el estallido, lo que es un período que se cierra y un período que se abre, podríamos también incluir en eso lo que será todo el análisis, más allá del derecho, más allá de lo jurídico, de lo que implica generar una nueva Constitución para Chile en el formato democrático que se va a realizar, parece que la sociología es una de las disciplinas que permite abrir buenas preguntas. Tratando estructuras, ciertas ideas, ciertas hipótesis base para poder explicarnos el tiempo que estamos viviendo, me parece que es muy necesario en general, la sociología, pero en tiempos de crisis, de cambio acelerado, la sociología es un mal necesario. 

– ¿Qué gran lección(es) nos dejó el 2020? 

 No sé si lección, yo creo que en realidad todavía cuesta evaluar y definir qué es lo que nos deja el 2020 en el sentido que estamos muy encima y porque hasta el momento pareciera ser que más allá de los deseos, buenos deseos de fin de año, el 2021 tiene más de un loop eterno de la experiencia del 2020 (qué es loop?), creo que poder caracterizar un año de calendario, más bien tiene que ver con cuando termina de manera más intensa del fenómeno, en ese sentido puede que el 2021 pase. 

Va a ser un año determinado por la pandemia y sobre todo por las lógicas de confinamiento, por ahora yo creo que la única elección que hay sucesos que tienen una magnitud y un efecto sobre la sociedad y sobre las personas. 

Y que pueden llegar de manera inesperada y eso es algo que me parece que hace años que no vivíamos. Siempre está mirando los aconteceres políticos y de alguna manera tiene algún nivel de predicción, pero me parece que desde la caída del muro de Berlín no había un efecto de tal envergadura y este es probablemente mucho mayor, porque justamente no viene desde lo político, sino que viene desde algo tan extraño y tan raro que uno entiende que debiera estar acotado, como es el efecto sanitario de la enfermedad. Creo que la elección es esa, que quiero sopetón, pueden llegar ciertos acontecimientos que cambian la manera en que en que el mundo se relaciona a sí mismo. 

– ¿Qué cree es prioritario de atender este 2021 tanto desde la esfera pública como privada? 

Bueno, poniendo un énfasis este 2021 en el caso de la institución educación superior, es que bueno, tienen que seguir con el acomodo de lo que implica estas formas novedosas de estudios a distancia telemáticas. Me parece que, en ese sentido, sí bien, el 2020 seguramente estuvo más lleno de urgencia, pues sencillamente para ver cómo en el camino uno iba arreglando la carga de la capacidad de educar, me parece que ahora en esta continuidad de la pandemia ya uno esperaría que la institución educación superior. no solamente por decirlo así, salvaron los muebles de la capacidad de educar a distancia, sino que generarán piernas, también El sentido de oportunidad, por ejemplo, de tener estudiantes repartidos a lo largo de Chile o incluso el mundo, que pueden estar al unísono haciendo trabajo de campo,  digo que la capacidad investigativa de las universidades también podría tener por supuesto, muchas problemáticas y deficiencias por tener que operar a distancia, pero también pueden algún sentido oportunidad.  Me parece que en eso siempre la Academia, las universidades tienen que atreverse, tener la osadía de ir abriéndose nuevas formas de hacer ciencia, de hacer trabajo de campo, porque finalmente eso hace enriquecerse intelectualmente a las sociedades del país.  

– ¿Cree que la pandemia aquietó de alguna manera las demandas sociales en Chile o al contrario se puede estar gestando un efecto de “olla presión”? 

Bueno, la pandemia aquietó indudablemente el tema, debido al confinamiento, pero también se genera otro efecto de la presión que seguramente no solamente va a ser determinado en este tiempo de pandemia mientras se vive la pandemia, sino que incluso puede ser aún mayor después de la pandemia, porque la crisis económica social que va a dejar la pandemia, los problemas de productividad, me parece que pueden ser severos. 

El año pasado se nos instaló la idea del hambre en la emergencia de las ollas comunes, lo que es un símbolo de la escasez y eso se puede presentar post pandemia de manera bien intensa. Me cuesta pensar que haya como un resurgir económico muy rápido, sino que puede que efectivamente haya ciertas crisis en algunos sectores del país. Y eso, por supuesto que puede generar un gran efecto y a presión.  

– ¿Qué mensaje les entrega a los sociólogos de la UCM en formación? 

Que tengan los ojos abiertos, que tengan la capacidad de cuestionarse permanentemente lo que entendemos por sentido común. Justamente la gracia en un mundo en transformación es poder mirar más allá de lo evidente, es hacerse buenas preguntas y que esas preguntas abran a su vez otras interrogantes, eso es también un ejercicio permanente de irse cuestionando lo que cada día entendemos como obvio, me parece que esa inquietud fundamental debería ser básica en quienes estudian sociología.