Cafetería inclusiva comenzó a funcionar en EXT UCM Talca
Jóvenes con discapacidad auditiva son parte de este proyecto, que es el renacer de la pastelería Rahmy.A partir del 1 de marzo pasado, comenzó a funcionar, en el segundo piso del Centro de Extensión de la Universidad Católica del Maule (EXT UCM), ubicado en 3 Norte 650, la cafetería “Mosaico”, un proyecto inclusivo, en el que participan jóvenes con discapacidad auditiva.
En dicho espacio, ambientado acogedoramente para disfrutar de un rico café o un delicioso pastel, los visitantes pueden relajarse, ya que se trata de un lugar apacible, con mesas y un sillón, que recuerdan el living de una casa.
De acuerdo a lo expresado por Bárbara Godoy, directora de EXT UCM, “La generación de este espacio es muy significativo para nosotros, porque da cuenta del trabajo que se viene realizando en la UCM en términos de inclusión y, en este caso, con el apoyo de las autoridades tanto regionales como de nuestra universidad”, dijo.
En la misma línea comentó que “la base de este proyecto es la Ley de Inclusión Laboral y participan jóvenes en situación de discapacidad, a los que se les brindó una oportunidad de trabajo seguro, estable y que, a la vez, les da herramientas para su vida", complementó.
Junto con ello explicó que esto “Es muy importante a nivel cultural, porque la cultura no solamente tiene que ver con lo artístico, sino que también con las pautas que establecemos para relacionarnos con las personas. Una de ellas es brindar oportunidades, dar apoyo a los grupos vulnerables y en eso damos un gran énfasis a como se trabaja la vinculación con el medio como UCM, insertos en la realidad, en el territorio y conectados con las necesidades del entorno”, acotó.
La cafetería y su historia
La cafetería nace como un proyecto liderado por Juan Ignacio Baltera, fonoaudiólogo talquino, quien aseguró que “la cafetería Mosaico es un renacer de la pastelería Rahmy, a lo que luego, le comenzamos a integrar la parte inclusiva”.
Su experiencia de 10 años trabajando con personas con discapacidad, le permitió tomar conciencia de las falencias que existen, no sólo desde el punto de vista educativo, sino que también desde la parte social.
El desafío era “cómo enfrentar las posibilidades laborales de estos chicos, que son limitadas, pues, por lo general, los niños están en las Escuelas Especiales hasta los 26 años 11 meses y luego se van a sus casas y no hacen nada más”, enfatizó.
Asimismo, recalcó que “creemos que estos chicos merecen la oportunidad de insertarse laboralmente, no sólo para divertirse, sino que para obtener beneficios para su vida y una retribución económica”, sostuvo.
Por último, agregó que “para nosotros también ha sido un desafío, hemos ido aprendiendo algunas señas para comunicarnos y generar una mayor relación. Tenemos varias cosas proyectadas para la cafetería, como crear carteles con buenos días o quiero un café, para que todos puedan entender su lengua”, finalizó.