[responsivevoice_button voice="Spanish Latin American Female" buttontext="Escucha la nota"] Brayan Correa y Luciano Pincheira, estudiantes de la Escuela de Administración Pública UCM en práctica laboral en Observatorio Laboral del Maule de Sence, proyecto ejecutado por la Universidad Católica del Maule. Práctica Laboral con la tutoría de Sebastián Fuentes, Analista de Datos Cualitativos Observatorio Laboral del Maule. El Covid-19 ha afectado las vidas de todos los habitantes del planeta de múltiples maneras, y el ámbito laboral no estuvo exento, pues algunas empresas tuvieron que cancelar sus actividades presenciales, lo que dio paso a un auge del sistema de trabajo llamado teletrabajo. Nuestro país fue uno de los primeros de la región que reguló el trabajo a distancia mediante la promulgación de la Ley N°21.220, denominada “Ley del teletrabajo”. Ante las dificultades de restricciones de movilidad, producto de la pandemia, la tecnología que permite el trabajo a distancia cobró fuerza como un método alternativo que reemplaza o suplementa la presencia laboral, y es por ello que cabe cuestionarse si el teletrabajo es solo una medida de contingencia o si llegó para quedarse. Una encuesta realizada a 468 lugares de trabajo realizada por la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) ha revelado que el 95% de las empresas chilenas ha adoptado algún sistema de teletrabajo para alguna parte de sus trabajadores, mientras que el 48% lo ha hecho para el total de la empresa, siendo el COVID-19 la principal razón para esta la implementación, dada la contingencia sanitaria. Por otro lado, y de acuerdo con el último estudio “Vuelta al Trabajo”, de Talana, el 73% de las empresas encuestadas afirmó haber mantenido o aumentado su productividad mediante el teletrabajo, evidenciando que para las empresas este sistema de trabajo a distancia es válido para continuar con su productividad. Desde el punto de vista del trabajador, el teletrabajo funciona como una nueva modalidad con una variedad de ventajas y desventajas que se deben saber conllevar. Por ejemplo, destaca como positivo un horario más flexible de trabajo que potencialmente podría ayudar a conciliar mejor trabajo y familia, y la disminución en tiempos de movilización. Sin embargo, se han estudiado también efectos negativos, como problemas de comunicación con compañeros de trabajo, pérdida de apoyo emocional y aislamiento. Pero el teletrabajo no tan solo transformó las relaciones de conciliación trabajo y familia de los trabajadores, sino que para la empresa planteó un nuevo paradigma a la hora del trabajo, en el cual la presencia física de los trabajadores no es estrictamente necesaria, lo que fue aplicable a ciertos sectores económicos, principalmente de servicios, como el caso de finanzas y enseñanza, produciéndose la oportunidad de un potencial cambio en la matriz productiva del mercado laboral. Ahora, a más de dos años de la implementación de la nueva Ley de Teletrabajo, las empresas continúan utilizando la modalidad remota para el desempeño de ciertas actividades, sin embargo, en un estudio de Randstad en 2021, el 84% de las empresas encuestadas en Chile pretendían volver a trabajar en oficina si las condiciones lo permiten. Ante ello hay que cuestionarse en consideración de los beneficios y dificultades mencionadas, si empresas de los sectores económicos compatibles al teletrabajo debieran mantener esta modalidad, siendo una posible respuesta la instauración de modalidades de “teletrabajo parciales” que equilibren aspectos del trabajo a distancia y presencial. Para ello, será importante un cambio cultural y técnico que conduzca a producir las condiciones para mantener la implementación del teletrabajo, que se debe traducir por ejemplo en prácticas organizativas y de inversión de las empresas, así como en la identificación de procesos productivos que se puedan digitalizar, y competencias laborales y capacitaciones de trabajadores que se requieran para el teletrabajo. La labor de identificación de la demanda de capacitaciones de empresas es realizada anualmente por los Observatorios Laborales de Sence, que podrían identificar si se requieren competencias asociadas a la digitalización y el teletrabajo. Así también, Sence pone a disposición de empresas y trabajadores importantes programas de capacitaciones, que entre otras áreas apuntan a la digitalización, lo que acerca al mercado laboral las herramientas necesarias para, de ser requerido por las empresas, potenciar la adopción de una nueva forma de trabajo híbrida para el futuro. “Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.