La Tradición de ají ahumado en zarandas de Palmilla es reconocida como patrimonio cultural inmaterial de Chile

El Servicio Nacional del Patrimonio Cultural reconoce oficialmente la “Tradición campesina de ahumado de ají en zarandas en Palmilla” de la comuna de Linares, de la Región del Maule, como Patrimonio Cultural Inmaterial de Chile.
Palmilla, una localidad rural de la comuna de Linares, Región del Maule, ha sido oficialmente incorporada al Registro de Patrimonio Cultural Inmaterial de Chile por una tradición que ha perfumado generaciones con el inconfundible aroma del ají ahumado. Se trata del reconocimiento al proceso artesanal de ahumado en zarandas, una técnica transmitida de abuelos a nietos, que hoy es símbolo de identidad colectiva, resiliencia campesina y riqueza cultural.
Este importante reconocimiento, otorgado por el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (SNPC), no sólo valida la tradición desde una perspectiva técnica y patrimonial, sino que también garantiza su protección y difusión a nivel nacional. “Es una forma de asegurar que una tradición viva no se pierda en el tiempo y se transmita como parte activa de la cultura chilena”, explicó la Dra. Ximena Quiñones, académica de la Universidad Católica del Maule (UCM), quien ha liderado junto la comunidad un trabajo de investigación acción participativa para estudiar a fondo la tradición ajicera de Palmilla.
Una técnica con alma y memoria
La técnica del ahumado en zarandas consiste en deshidratar lentamente los ajíes sobre estructuras de adobe o ladrillo, con calor y humo de leña de aromo o eucalipto. Este proceso, más que una técnica de conservación es una alquimia comunitaria donde cada familia aplica su saber para lograr un sabor, color y textura únicos.
Actualmente, son cerca de 48 familias las que desarrollan esta tradición. En sus hogares, los saberes se transmiten oralmente y en la práctica cotidiana, desde la selección de semillas hasta la preparación de pastas y condimentos que se venden en ferias campesinas. El cultivo del ají y su ahumado no sólo representan una fuente de sustento, sino una forma de vida profundamente arraigada.
Patrimonio vivo, identidad compartida
Con este reconocimiento, Palmilla se une al selecto grupo de manifestaciones del Maule inscritas en el Registro, como las loceras de Pilén, el baile de los negros de Lora, la artesanía en crin de Rari y el Canto Campesino. “Este nuevo ingreso fortalece la identidad regional y visibiliza el valor de la cultura campesina agrícola”, señaló la Dra. Quiñones.
La comunidad, organizada a través de su Junta de Vecinos, impulsó la Solicitud Ciudadana con el apoyo técnico y académico de la UCM, la oficina Agrícola de la Municipalidad de Linares, con su programa PRODESAL, y el Museo de Arte y Artesanía de Linares y el Servicio del Patrimonio del Maule. El proyecto que sustenta esta postulación —ejecutado entre 2023 y 2024— permitió identificar, documentar y caracterizar la tradición, y concluyó con la elaboración de un expediente completo que hoy forma parte del patrimonio nacional.
Desafíos y futuro
El reconocimiento abre la puerta a un plan de salvaguardia donde la propia comunidad definirá las medidas para proteger y revitalizar su práctica. Entre las acciones propuestas figuran la consolidación de la Fiesta del Ají en abril, el apoyo a salas de procesamiento con resolución sanitaria, y la postulación a un Sello de Origen para el ají ahumado de Palmilla.
Para la Dra. Quiñones, la clave está en el protagonismo comunitario: “La sociedad en general debe valorar y difundir esta tradición, pero son los propios cultores quienes deben definir su porvenir”, dijo.
Así, entre zarandas humeantes, recetas caseras y memorias compartidas, Palmilla celebra hoy que su sabor picante y su herencia campesina ya son, oficialmente, parte del alma cultural de Chile.
Entrevista a la Dra. Ximena Quiñones:
¿Qué significa que el Servicio Nacional del Patrimonio haya reconocido oficialmente la tradición del ahumado de ají en zarandas en Palmilla?
Cuando el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (SNPC) de Chile reconoce oficialmente un patrimonio cultural inmaterial, significa que valida y protege una práctica, conocimiento, tradición o manifestación cultural que es parte fundamental de la identidad de una comunidad o grupo social, y que ha sido transmitida de generación en generación. Este reconocimiento implica:
- Visibilidad y valorización: La práctica es considerada digna de preservación, reconocimiento público y difusión por su importancia histórica, cultural o social.
- Protección y salvaguarda: Se activan medidas estatales y comunitarias para evitar que se pierda. Esto puede incluir programas de apoyo, documentación, financiamiento de actividades o transmisión intergeneracional.
- Participación de la comunidad: El reconocimiento se basa en la iniciativa y participación activa de la comunidad portadora, que solicita este reconocimiento y se compromete a mantener viva la manifestación.
- Inscripción en el Registro de Patrimonio Cultural Inmaterial: El elemento es incorporado oficialmente al Inventario de Patrimonio Cultural Inmaterial de Chile, lo que lo convierte en parte del patrimonio reconocido a nivel nacional.
- Marco legal y político: Se enmarca en la aplicación de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO (2003), a la cual Chile está suscrito.
¿Qué implicancias tiene este reconocimiento para la comunidad de Palmilla y para la región del Maule en general?
Hasta la fecha la región del Maule tiene cuatro patrimonios culturales inmateriales en el Registro de Patrimonio: Loceras de Pilén (Cauquenes), Baile de los Negros de Lora (Licantén), Artesanía en crin de Rari (Colbún) y Canto Campesino (varias comunas). Agregar un nuevo reconocimiento a la cultura de la Región permite fortalecer el orgullo por la cultura local, la identidad con base en las tradiciones del Maule, y particularmente, este reconocimiento pone en valor la cultura campesina agrícola de la Región del Maule. Para Palmilla, es un gran paso, porque reconoce que es una de las principales zonas productoras de ají del país, y, además, que el ahumado en zarandas es una tradición que constituye un elemento de unidad e identidad común entre las más de 50 familias que producen y/o transforman el ají en Palmilla.
¿Por qué es importante preservar y visibilizar prácticas como esta en el contexto del patrimonio cultural inmaterial?
Preservar y visibilizar prácticas del patrimonio cultural inmaterial es importante por varias razones fundamentales, especialmente en el contexto de la identidad, la diversidad y la continuidad cultural. Aquí te presento las principales:
- Fortalece la identidad cultural: Estas prácticas reflejan los valores, saberes y modos de vida de una comunidad. Preservarlas permite que las personas mantengan un vínculo con su historia, sus raíces y su sentido de pertenencia.
- Protege la diversidad cultural: El patrimonio inmaterial es tan valioso como los monumentos físicos, pero mucho más frágil. Al visibilizarlo, se protege frente a la homogeneización cultural y se garantiza que las distintas formas de vida humanas sean reconocidas y respetadas.
- Asegura la transmisión generacional: Muchas de estas prácticas se enseñan de forma oral o a través del ejemplo. Visibilizarlas ayuda a que los más jóvenes se interesen, aprendan y continúen la tradición, evitando que se pierda.
- Genera oportunidades de desarrollo local: Algunas expresiones del patrimonio (como artesanías, música, cocina o rituales) pueden generar empleo, turismo cultural y reconocimiento social para quienes las practican, mejorando su calidad de vida.
- Contribuye a la resiliencia comunitaria: Estas prácticas suelen estar ligadas a rituales, celebraciones o conocimientos que ayudan a las comunidades a adaptarse, afrontar crisis y reconstruir lazos sociales en momentos difíciles.
- Enriquece el conocimiento y la educación: Incluir estas manifestaciones en la educación formal o informal permite valorar otros modos de conocer el mundo, reconocer saberes no académicos y construir una ciudadanía más empática y plural.
¿Cómo surgió el vínculo entre la UCM y la comunidad de Palmilla en torno a esta tradición?
El equipo de la UCM ejecutó un proyecto FIC-R en conjunto con el Municipio de Linares para proponer un módulo de procesamiento de ají entre 2015-2017. Posteriormente, en 2020 inició un trabajo de colaboración con la unidad de Patrimonio de la SEREMI del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. El primer paso de este trabajo fue la realización de un taller (julio de 2021) de capacitación en PCI del equipo UCM y de los profesionales de PRODESAL quienes atienden la comunidad. En 2023 la UCM recibió la aprobación al proyecto: “El ají ahumado en zarandas y su producción por la comunidad campesina de Palmilla: estudio, identificación y caracterización para su puesta en valor y salvaguarda”, financiado por el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Fondo del patrimonio cultural. Concurso regional. Estudios. Investigación, registro y levantamiento de patrimonio cultural. El proyecto fue ejecutado entre 2023-2024 y permitió hacer una investigación sobre la tradición y preparar la solicitud ciudadana que se presenta al SIGPA.
¿Qué desafíos enfrentaron durante esta colaboración y qué aprendizajes destacaría?
Destacaría la extraordinaria colaboración de la comunidad y del equipo profesional de la Oficina Agrícola de Linares y del Programa de Desarrollo Local, Prodesal de INDAP y el Municipio.
¿Qué medidas cree usted que deberían tomarse a nivel local o regional para proteger y revitalizar esta práctica?
El reconocimiento como PCI permitirá a la comunidad proponer un plan de salvaguardia, en el cual los mismos productores indiquen qué medidas se deben tomar para fortalecer la tradición. La clave para que se conserve es que la propia comunidad defina las acciones que se deben realizar. Por su parte, la sociedad en general, las instituciones, los consumidores, los mercados, los artistas, y en general, todas las personas que nos relacionamos con esta tradición, debemos compartir con quienes no la conocen para que todos la valoremos.
Algunas medidas mas concretas son: continuar con la fiesta del ají en zarandas que se realiza cada año en el mes de abril en Palmilla, apoyar a los productores con inversión pública para habilitar salas de procesamiento con resolución sanitaria, avanzar en el estudio del producto para un posible Sello de Origen.
Crédito: DIRCOM UCM.