“Vivamos en ciudades más verdes, saludables y felices”
Día Internacional de los Bosques. Columna opinión Carmen Bravo, directora Dpto. Ciencias Forestales UCM
El día 21 de marzo se celebra el Día Internacional de los Bosques, fecha instaurada el 21 de diciembre del 2012, por resolución de la Asamblea General de la ONU. Han pasado 4 años desde dicho hito y cada celebración es una oportunidad para reflexionar sobre nuestra relación con los bosques. Considerando la creciente urbanización de nuestro planeta, este año la celebración está dedicada a los bosques, las ciudades y el lema es “Vivamos en ciudades más verdes, saludables y felices”.
El reporte de la FAO del 2016 sobre el estado de los bosques del mundo, indica que los ecosistemas boscosos y lo árboles soportan la agricultura sustentable, estabilizando el suelo y el clima, regulando el flujo del agua en sus ciclo hidrológico, proveyendo de sombra y refugio para la biodiversidad, entregando hábitat para polinizadores y depredadores naturales de pestes, ayudando así a la seguridad alimentaria y a mantener un ambiente en equilibrio frente a los desafíos que genera el cambio climático.
Una planificación integrada de uso del suelo es la clave para evitar la deforestación, pues de esta forma las políticas sectoriales no se contraponen. Pero esto no es suficiente, ya que amenazas como el cambio climático y el estado de degradación de los bosques, requieren de políticas orientadas a la restauración de ecosistemas dañados, por sobre uso, incendios, deslizamientos de suelo y plagas; también se requiere de políticas eficientes de preservación y de manejo de bosques nativos, lo que para Chile es aún un desafío por resolver.
Si bien este año no hubo una gran pérdida de vegetación por incendios forestales, en cuanto a superficie tanto a nivel país (-94%) como en la Región de Maule (-99%), es preocupante que al 20 de marzo haya un aumento de 16% de ocurrencias con respecto al periodo 2016-2017. Por lo tanto, el problema persiste y es necesario seguir trabajando en prevención y avanzar en la formulación de medidas y en lograr el compromiso de de todas las personas.
En este contexto, actualmente la definición de Institucionalidad Forestal y de la administración de las Áreas Silvestres Protegidas, pasa a ser de vital importancia, por lo que se requiere del esfuerzo de las partes interesadas y también la voluntad política de los tomadores de decisiones.
No menos importante es el rol del Ingeniero Forestal, quien debe estar preparado para enfrentar y resolver estos desafíos, y también de las universidades, puesto que deben preparar profesionales para resolver los problemas actuales y futuros, con un sello de sustentabilidad y una capacidad de visión de largo plazo.
“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.