UCM fortalece sus prácticas pedagógicas potenciando el vínculo con el sistema escolar
El Nuevo Modelo de Prácticas Pedagógicas de la Universidad Católica del Maule se anota como una importante innovación en la formación de profesores en Chile, incorporando los últimos estándares nacionales e internacionales sobre el desempeño de los y las profesionales al servicio de la educación.
Con la firma del rector de la Universidad Católica del Maule (UCM), Dr. Claudio Rojas Miño, en abril del presente año quedó oficializado el nuevo Modelo de Prácticas Pedagógicas del plantel, avance impulsado por el Proyecto de Formación Inicial Docente (FID) con la participación de las facultades formadoras de profesores y profesoras, como son las de Ciencias Religiosas y Filosóficas, Ciencias de la Educación y de Ciencias Básicas.
Mediate este Modelo, la UCM actualiza la formación de profesores durante sus distintos procesos de práctica según las exigencias nacionales e internacionales, las competencias que se requieren actualmente para dar respuesta a la diversidad de estudiantes que se pueden encontrar en un aula, y además propiciar la investigación de los docentes sobre su propio ejercicio profesional.
Otro punto importante son el trabajo de las competencias curriculares específicas y es el uso de las tecnologías de información y comunicación con fines pedagógicos.
Al respecto, la vicerrectora académica de la UCM, Esperanza Durán González, destacó que “Este Modelo representa un mejoramiento en la calidad de la actividad docente que se desarrolla en torno a la práctica pedagógica, al establecer lineamientos definidos en el proceso en torno a las prácticas, lo que fortalece los vínculos con las instituciones, pero fundamentalmente permite mejorar el desarrollo de la actividad centrada en el estudiantado, aportando también en la relación con el equipo profesional docente dando una dimensión positiva y bidireccional al proceso”, expuso.
“Es de gran importancia estar en búsqueda permanente de mejoras en todos los aspectos que considera el proceso formativo, especialmente considerando alcanzar mejores aprendizajes, reforzando la calidad de la docencia que cobra una relevancia particular en ámbitos de aprendizaje situado y en contextos donde las y los futuros profesionales se desempeñarán”, agregó la doctora Durán.
Palabras que fueron reforzadas por la coordinadora académica del FID, Nancy Lepe Martinez, quien se refirió al robustecimiento de la parte académica que acompaña los procesos de práctica. “Fortalece el itinerario formativo, porque, permite integrar los saberes tanto de manera vertical (en cada semestre formativo) como horizontalmente (hacia atrás y hacia adelante), ya que suma acciones específicas y competencias que forman parte del perfil de egreso de cada carrera de pedagogía”, dijo.
Prácticas tempranas
Un aspecto altamente valorado por quienes cursan una carrera de pedagogía son las prácticas tempranas, las que marcan un momento relevante, al ser en muchos casos la primera vez que enfrentan un contexto pedagógico real al que deben responder de forma óptima.
“El iniciar procesos de formación práctica de manera temprana, progresiva y reflexiva genera variadas oportunidades de aprendizaje que redundarán en desempeños profesionales de alto estándar”, explicó la Coordinadora.
Este nuevo Modelo fue validado tanto interna como externamente a nivel internacional por pares académicos. Su diseño se creó a partir del levantamiento de los procesos de prácticas pedagógicas de las carreras de las tres facultades formadoras de profesores y la revisión de experiencias nacionales e internacionales en la materia. Esta información fue el punto de partida para la propuesta que generó la mesa de práctica del Proyecto FID UCM 1987, compuesta por académicos/as de todas las carreras de pedagogía.
Sello diferenciador: Progresivas, reflexivas e integradoras
Para la Facultad de Ciencias de la Educación de la UCM, unidad con más de 60 años de tradición en la formación de docentes, en palabras de su decano Dr. Rodrigo Vargas Vitoria, este nuevo modelo permite homogeneizar la formación práctica que se explicita en cada perfil de egreso de las carreras de pregrado.
“Sin dudas, implica la generación de una nueva estructura que involucra mayor exigencia en la gestión y el abordaje de las prácticas tempranas y profesionales (…) Posibilita un espacio de interacción no sólo con las escuelas que se comprometen como centros de prácticas, sino que, además, envuelve una relación de bidireccionalidad que en procesos anteriores ocurría escasamente. Finalmente tendrá un impacto relevante sobre los procesos de acreditación a las que se enfrentan y enfrentarán las carreras de pedagogía”, afirmó.
En este mismo sentido, el decano de la Facultad de Ciencias Básicas de la UCM, Dr. Víctor Hugo Monzón Godoy, indicó que hay elementos que permiten mirar con optimismo la implementación de este nuevo modelo a nivel institucional. “Uno de ellos se refiere a la integración de saberes a través de la presencia de tres ejes articulados como son un eje curricular, un eje investigativo y un eje de Tecnologías de Información (…) Destaco el eje investigativo, el cual podría dar respuesta a necesidades del ámbito escolar y en donde la universidad puede aportar mucho”, sostuvo.
“A nivel de gestión viene a fortalecer la coordinación interna, definiendo los roles y tareas que deben asumir los distintos actores del proceso como el director de carrera, coordinador de prácticas, estudiantes y tutores. Al mismo tiempo establece los mecanismos de organización a nivel institucional que sin duda van a facilitar la comunicación entre las facultades y los contextos educativos donde se desarrollan las prácticas”, expuso el decano de la Facultad de Ciencias Religiosas y Filosóficas de la UCM, Dr. Mauricio Albornoz Olivares.
Además, complementó que: “A nivel curricular el modelo viene a consolidar un enfoque teórico para el desarrollo de la formación práctica de los futuros profesores, asumiendo que las prácticas en la UCM tienen un carácter progresivo, reflexivo e integrador. Asimismo, la formación disciplinar y pedagógica converge en las experiencias de práctica que posibilitan evidenciar el logro progresivo del perfil de egreso del estudiante de pedagogía en Religión y Filosofía”, detalló.
“A partir de esto nuestra institución marca un sello diferenciador en su acercamiento a los contextos educativos, mostrando una mayor cohesión en el ámbito organizacional y en el enfoque pedagógico”, puntualizó el Decano de Religión y Filosofía UCM.