El Comité Ejecutivo del Plan de la Lectura de la Región del Maule 2017-2022, dio a conocer recientemente un instrumento que busca favorecer el desarrollo de la lectura.
Con la finalidad de beneficiar el ejercicio del derecho a la lectura, en todos los formatos y soportes, propiciando y visibilizando la participación ciudadana en la implementación del Plan Nacional de la Lectura y en los planes regionales de la lectura, el 2016 se constituyó el Comité Ejecutivo Regional de la Lectura, espacio donde la Universidad Católica del Maule participa aportando específicamente en las líneas de formación y estudio.

La directora del Departamento de Lengua Castellana y Literatura de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UCM, Carolina Merino, recalcó que “como Universidad aportamos en las líneas de formación y de estudio. Las primeras se vinculan directamente con el trabajo que hacemos como formadores de profesores que luego actúan como mediadores de la lectura en sus contextos educacionales”, comentó.

En este trabajo, realizado en el marco de la Política Nacional de la Lectura y el Libro, participan además la Seremi de Educación, el Consejo Nacional de la Cultura y las Arte local, la Coordinación Regional de Bibliotecas Públicas, el Servicio Nacional del Adulto Mayor, el Instituto Nacional de la Juventud, Sename, Gendarmería, instituciones educacionales, sociedad civil y editoriales.

La labor del Comité Ejecutivo regional es muy interesante, comentó Merino, habiendo realizado a la fecha una consulta pública a distintos actores involucrados, un total de 201 mesas en 20 comunas para conocer las demandas e intereses en esa materia. “Fue un diagnóstico bien completo, y a partir de allí se establecieron cuáles serían las principales líneas de acción a tomar que se suman al plan nacional de la lectura que plantea cuatro líneas: Acceso, Formación, Estudios y Comunicación”, explicó la formadora de profesores.

Realidad regional

Sobre esa base, se determinó cuáles eran las acciones que se podían proyectar a partir de la realidad regional como, por ejemplo, el diálogo entre lo rural y lo urbano, ya que lo rural caracteriza a la región.

“Además, se integra a distintas poblaciones en el acceso a la lectura, como los migrantes y las personas con discapacidad, siendo un plan inclusivo, con énfasis en la formación de mediadores de la lectura, un trabajo que se realiza, pero no de manera sostenida”, agregó la experta.

Otra acción tiene que ver con el fortalecimiento de la “cadena del libro” que es bastante débil. “Siempre los escritores reclaman que no existe vinculación con lo que hacen las editoriales o entidades que difunden el libro, entonces se han realizado varias acciones en esa línea”, señaló la académica.

Una segunda línea de colaboración por parte de la UCM es el seguimiento y la evaluación de los resultados de algunos estudios del comportamiento del lector, labor que hasta hoy la realiza el Mineduc desde el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, pero en la región no existen estudios independientes.

En ese sentido, la carrera de Pedagogía en Lengua Castellana y Comunicación de la UCM, es una de las pocas carreras de pedagogía en educación media que tiene cursos de literatura infantil y juvenil en su malla.