¿Qué rol cumplen los enfermeros en la pandemia?
Enfermeras explican la labor que realizan en atención primaria y en unidades de paciente crítico. Además, una egresada de la UCM relata la grave situación que enfrentan en España producto del Covid-19.
“La situación aquí es muy crítica, los recursos se están acabando, las mascarillas las estamos reutilizando, llevo aproximadamente cinco días con esta”. Son las palabras con las que Patricia García, egresada de la carrera de Enfermería de la Universidad Católica del Maule (UCM), hace un llamado a la ciudadanía para que tome los resguardos necesarios ante la pandemia.
Patricia trabaja en Cataluña, España para la Corporación de Salud del Maresme y la Selva y, desde allí, grabó el mensaje en el que advierte que no quiere para Chile lo que está sucediendo actualmente en el país europeo.
“La gente se está muriendo y estamos decidiendo quién se intuba para salvarle la vida y a quién se seda para que no sufra y muera. Son palabras muy fuertes, pero a esta situación hemos llegado”, dijo.
Lo expresado por Patricia, quien también ejerció en el Hospital Regional de Talca y de Curicó antes de emigrar, da cuenta del rol que ejercen los profesionales de Enfermería en medio de la pandemia por Covid-19 y la importancia que tienen en medio de la crisis sanitaria.
Según información entregada el 6 de abril por Arturo Zúñiga, subsecretario de Redes Asistenciales, entre el 3 y el 5 de abril, 80 pacientes han tenido que ser conectados a un respirador mecánico. En esas condiciones hay un total de 270 personas y 327 más permanecen hospitalizadas en cuidados intensivos.
Salvar la vida del paciente
En estas últimas unidades a donde llegan los pacientes más graves, los enfermeros tienen un rol de “gran responsabilidad”, explicó Soledad Gaete, directora de la Especialización en Cuidados Críticos del Adulto UCM. “Debe ser líder para trabajar por un objetivo común: salvar la vida del paciente, priorizando claramente las problemáticas de salud existente, con alta competencia técnica y una gran mirada de cuidado humanizado”, añadió.
Según explicó Gaete, cuando una persona ingresa grave con compromiso respiratorio, el personal de enfermería “Se encarga, junto al equipo de salud, de estabilizarlo, es decir, se recibe al paciente, se asiste a la intubación oro traqueal y se conecta a la ventilación mecánica”, equipo que previamente han debido armar y programar.
Además, “Se instalan vías venosas, líneas arteriales, sonda vesical (para recolectar la orina), se asiste a la instalación de catéteres centrales para el monitoreo hemodinámico invasivo (verificación de las funciones cardiovasculares del paciente crítico), se procede al a administración de terapia medicamentosa indicada, se controlan exámenes de laboratorio, entre otras labores” detalló.
Pero el trabajo no se limita solo a la parte clínica, “Una vez que nuestro paciente se encuentra con sus parámetros ventilatorios y hemodinámicos estables, hacemos pasar a la familia y le damos contención emocional”, puntualizó Gaete.
En general las labores de enfermería implican estar al tanto y pendiente de las necesidades asistenciales, administrativas y las de los demás miembros del equipo de salud. Algo que no solo se realiza en las unidades de pacientes críticos, sino también en la atención primaria.
Lorena Ayala, académica de la Escuela de Enfermería UCM y quien durante más de 13 años trabajó en centros de Atención Primaria en Salud (APS) de la Región Metropolitana y del Maule, explicó que ante una crisis sanitaria como la actual los enfermeros lideran los cambios que se deben realizar en las labores diarias, de acuerdo a las indicaciones ministeriales.
“La APS es una atención programada, que se lleva bajo control, por lo tanto, hay que reorganizar la estructura, por ejemplo, suspender los controles programados para evitar aglomeraciones. Se reestructuran los equipos en sus funciones dejando actividades que son prioritarias como la atención a embarazadas, recién nacidos y personas con alguna patología GES (Garantías Explícitas en Salud). Es decir, que requieren atención oportuna, pero no que no tiene qué ver con la pandemia”, sostuvo.
Dado a que deben abocarse a lo urgente, quienes trabajan en APS deben destinar muchos esfuerzos y “Atender prioritariamente la vacunación contra la influenza, hay que hacerlo lo antes posible para evitar que los dos virus se encuentren”, puntualizó.
Adicional a ello, “Tomamos exámenes de pacientes que están con sospecha, que han sido derivados por médicos en consulta de morbilidad. Debemos seguir el protocolo establecido por el Ministerio y hacer atención, si corresponde, de tipo directa, pero siempre teniendo en cuenta los protocolos de protección tanto del funcionario sanitario como del paciente y su familia. En ese punto, la educación que uno pueda hacer como profesional de enfermería es vital para evitar que le paciente no vaya a contagiar al resto de la familia o comunidad”, afirmó.
Espíritu de servicio
Los efectos de esta pandemia no tienen precedentes en el siglo XXI, lo que ha provocado que el personal sanitario también tenga incertidumbre frente a la evolución de la crisis, algo que también deja sus efectos en quienes deben continuar su labor en los centros asistenciales. Pese a ello, continúan su trabajo, aunque tengan que destinar más horas en ello y sacrificar tiempo con sus familias.
“Los largos turnos y la gran carga emocional repercuten indudablemente en nuestra vida, pero para eso nos formamos, es lo que nos llena el alma, cuando son capaces de respirar por sí solos, luego de retirarles el soporte ventilatorio, cuando luego de largos minutos realizando masaje cardiaco, vemos un latido en el monitor, cuando son capaces de caminar luego de meses postrados, cuando he curado sus heridas y han sanando, cuando me ha tocado trasladarlos a una unidad de mejor complejidad porque han mejorado considerablemente; esto es nuestra mejor recompensa”, expresó Soledad Gaete.
Por su parte, Lorena Ayala manifestó que el trabajo en APS “Sucede mucho que el equipo se recargue, el rol de la enfermería pasa a ser fundamental por la capacidad de liderazgo porque hay que reorganizar el trabajo y la atención y redoblar esfuerzos. En general, sí hay una sobrecarga de trabajo, además de la carga emocional que esto implica”, dijo.
“Es un trabajo que yo quisiera que se enriqueciera y que se valorara mucho más de lo que hoy está valorado y que, por supuesto, se fortaleciera con políticas públicas y financiamiento”, añadió.