¿Qué rescatamos del año 2021?
Dr. Enrique Muñoz Reyes, académico del Departamento FIE-Facultad Cs. de la Educación -Integrante CIEJUS y profesor Magíster en Ética y Formación Ciudadana de la Universidad Católica del Maule.
Al finalizar un año es necesario hacer un análisis de lo vivido y lo realizado. En esta columna realizamos una visión panorámica de lo que ha ocurrido. Por tanto, hay hechos que no alcanzan a ser considerados.
En este año 2021, el planeta Tierra sigue seriamente afectado por el calentamiento global, la contaminación atmosférica, terrestre y marítima, junto con la escasez hídrica. Estas son realidades que debemos asumir y enfrentar para paliar, en alguna medida, sus consecuencias. La utilización de energías limpias, reducir nuestro consumo, reutilizar, y reciclar, entre otras acciones, pueden constituir un camino de soluciones viables.
Por otro lado, este año seguimos padeciendo una pandemia que presenta nuevas variantes. Cada una de las personas que ha fallecido producto de la pandemia constituye una pérdida invaluable para su respectiva familia y para el país. Ante esta difícil situación sanitaria y social, la campaña de vacunación a nivel nacional ha constituido una medida exitosa que ha permitido levantar las restricciones de movilidad del año anterior.
En este 2021, por primera vez en nuestra historia, elegimos representantes para elaborar una nueva Constitución Política del Estado, con altas expectativas de parte de la mayoría de la población. En forma inédita hemos elegimos gobernadoras y gobernadores regionales. Al finalizar el año, hemos elegido nuevos parlamentarios y nuevos consejeros regionales, y un nuevo presidente de la República. Esperamos que cada uno de ellos trabaje en colaboración en función del bien común de todas y de todos los habitantes de Chile.
Ante las situaciones descritas, a nivel personal y familiar ¿qué podemos rescatar del año 2021?
El milagro de estar vivos en medio de una pandemia. La posibilidad de trabajar y/o estudiar aportando a la sociedad con las actividades que hacemos por nuestros seres queridos y por los demás. Dar gracias por tener una familia, un lugar donde vivir y un alimento que compartir. Es imprescindible el aporte de cada uno en su familia, en su trabajo, en su lugar de estudio, organización social y en su grupo de amigos.
También podemos rescatar que la gran mayoría de los habitantes de nuestro país somos capaces de gestionar nuestras diferencias mediante el diálogo y la democracia. Si logramos compartir algunas ideas y acciones fundamentales por el bien común y la justicia social, haremos de nuestra sociedad un mejor lugar para vivir.
Debemos ponernos de acuerdo y colaborar guiados por aquellos valores e ideales en los que creemos. Tenemos Fe y Esperanza en Chile y su futuro.
“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.