Psicólogos repasan el Trastorno Bipolar al conmemorarse el día internacional - Universidad Católica del Maule
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Psicólogos repasan el Trastorno Bipolar al conmemorarse el día internacional

Psicólogos repasan el Trastorno Bipolar al conmemorarse el día internacional
30 Mar 2022

Profesionales del Centro de Apoyo al Aprendizaje (CAP) de la Universidad Católica del Maule explican varios importantes temas, como lo es el contar con un diagnóstico apropiado respecto de dicha condición.

Conocida es la alta demanda por salud mental en Chile, tanto así que fue uno de los temas debatidos en la pasada campaña presidencial y sobre la cual se mantiene la promesa de inyectar más recursos para mejorar los niveles de atención que se proporciona a la población desde el sistema público de salud. Cada 30 de marzo se recuerda el día internacional del Trastorno Bipolar, tema sobre el cual se refieren los psicólogos del Centro de Apoyo al Aprendizaje (CAP) de la Universidad Católica del Maule (UCM), Carmen Gloria Martínez y Felipe Quezada Concha, quienes en entrevista repasan diversos aspectos.

¿Qué es el trastorno bipolar?

Es una condición en la cual algunas personas experimentan cambios de ánimo inusuales, que, a su vez, afecta sus niveles de energía y comportamiento. En ese sentido, esta condición cursa con ciclos de episodios depresivos, que se caracterizan por vivenciar emociones de tristeza, desesperanza, inutilidad y en casos severos, ideación suicida; y con ciclos de manía o hipomanía, dependiendo de la gravedad de los síntomas, en la cual predomina la euforia, el aumento de la autoestima, la disminución de la necesidad de dormir, la implicación en actividades de mayor riesgo como aumento de la promiscuidad, involucrarse en negocios poco rentables, etc., llegando incluso a la psicosis, que es una desconexión de la persona con la realidad. De todas formas, puede pasar que estos dos ciclos se den de forma paralela, lo que se conoce como etapa mixta. También hay episodios de remisión de esta condición, en los cuales los pacientes se sienten anímicamente estables, lo que se conoce como estado eutímico.

Es importante destacar que el trastorno bipolar no es lo mismo que los altibajos emocionales que uno puede experimentar en su vida diaria debido a ciertas situaciones, sino que esta es una condición clínica que posee una serie de criterios de diagnóstico delimitados en el manual de diagnósticos de salud mental (DSM), y que tienen que ver con el cumplimiento de conductas y características especificadas allí, que se desarrollan dentro de un plazo determinado de tiempo, lo que puede durar de semanas a meses, y que implican un grado de disfuncionalidad en la vida del paciente en el ámbito personal, social, económico, etc. Por otra parte, podemos decir que, en la mayoría de los casos, esta condición es cíclica, es decir, los cambios bruscos de ánimo no se dan de un día para otro, sino que responden a cierto patrón de tiempo.

Respecto a sus causas, aún no hay certezas, pero se ha llegado a cierto consenso de que es multifactorial: tiene un componente biológico, ya que las evidencias científicas han arrojado que hay una predisposición genética a sufrir este trastorno, pero su aparición estaría relacionada a factores psicosociales. Es decir, que esta predisposición sumada a la vivencia de situaciones de alto estrés, a historiales de abuso físico o emocional en la infancia, entre otros factores de riesgo, posibilitaría la aparición de los síntomas y su curso de forma crónica.

¿Cómo detectarla y tratarla?

Sobre la detección, podemos decir que no hay análisis de sangre ni escáneres cerebrales que puedan diagnosticar el trastorno bipolar, por lo que el diagnóstico debe realizarlo un psiquiatra de forma no apresurada y en conjunto con el paciente, sus cercanos y si es el caso, con los profesionales tratantes (psicólogos, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales, etc.) mediante la anamnesis, que es básicamente la observación de la conducta en el momento de la consulta y por el relato del paciente. Es importante realizar un diagnóstico diferencial, que pueda descartar otras condiciones de salud física o mental que puedan estar provocando la sintomatología (hipertiroidismo, depresión unipolar, trastorno limítrofe de la personalidad, etc.). Si es necesario el profesional pedirá al consultante ciertas pruebas para este diagnóstico diferencial.

En APS, se aconseja a otros profesionales aplicar el MDQ (Mood Disorder Questionnaire) en personas de 18 años o más con sospecha o factores de riesgo para enfermedad bipolar, pues tiene una alta tasa de acierto diagnóstico. Se debe realizar diagnóstico según criterios DSM V, pero la confirmación diagnóstica debe ser realizada por psiquiatra.

Por otra parte, ya que por lo general los primeros episodios anímicos habitualmente son depresivos, es necesario distinguir si se trata de un episodio depresivo unipolar o bipolar. Algunos de los criterios de diferenciación que harían sospechar respecto a la aparición del segundo:

  • Inicio precoz de episodios depresivos (antes de los 25 años). • Episodios con conductas agresivas inusuales para el paciente o irritabilidad. • Elementos psicóticos. • Episodios de exaltación o con remisión sintomática extremadamente rápida (menos de una semana) coincidentes con el inicio de antidepresivos. • Antecedentes familiares de trastorno bipolar.

Respecto al tratamiento, las opciones incluyen:

  • Medicamentos. Hay varios tipos de medicamentos que pueden ayudar a tratar los síntomas del trastorno bipolar. Una forma de comenzar es preescribir la dosis mínima (ante episodios no graves) e ir aumentando de acuerdo a como vaya evolucionando el paciente en efectividad y observación de efectos adversos. Los fármacos que suelen usarse son los estabilizadores del estado de ánimo: litio y algunos anticonvulsivos, especialmente el valproato, la carbamazepina y la lamotrigina; además de antipsicóticos de segunda generación como el aripiprazol, qutiapina y risperidona. Estos fármacos se utilizan solos o combinados en todas las fases del tratamiento, aunque en diferentes dosificaciones. A veces se agregan antidepresivos para la depresión grave, uno de los más usados, el Bupropión, pero su eficacia es controversial; no se recomiendan como única terapia para episodios depresivos. En episodios graves donde hay presencia de psicosis o consumación del acto suicida, se suele internar y sedar al paciente.
  • Terapia psicosocial. Las terapias que se basan en investigaciones científicas, tales como enfoques cognitivos conductuales y una terapia centrada en la familia, pueden ofrecer apoyo, educación y orientación a los pacientes y sus familias. Estas terapias desarrollan habilidades que pueden ayudar a las personas a controlar el trastorno bipolar, incluidas las habilidades para mantener rutinas, aumentar el control de las emociones y mejorar las interacciones sociales.

¿Qué tan frecuente es esta afección en la población en Chile? ¿Afecta igualmente a niños que adultos? ¿A hombre que a mujeres?

Según MINSAL (2013), al rededor del 2,2% de la población en Chile tiene un diagnóstico de trastorno bipolar, siendo levemente el sexo femenino quien tiene un mayor diagnóstico (2,5% en mujeres y 1,8% en hombres). Sobre las diferencias entre los sexos, la evidencia es contradictoria, siendo algunos hallazgos el hecho de que las mujeres son diagnosticadas de

forma temprana y suelen vivenciar más episodios depresivos que los hombres, quienes se caracterizan por la sintomatología de episodios maníacos o hipomaníacos. A su vez, la mortalidad por suicidio es mayor en estos últimos. Por otra parte, si bien este trastorno puede empezar tanto en la infancia como en la adultez, lo más recurrente es que el inicio de la manifestación de los síntomas sea entre los 15 y 25 años, con una edad promedio de 20 años. Respecto a las diferencias según el rango etario, se puede decir que la sintomatología difiere, ya que en niños y adolescentes es más común que los síntomas depresivos o de euforia se expresen mediante emociones como la ira, la somatización, conductas oposicionistas o ciertas características propias del TDAH.

¿Qué tan importante es detectar el Trastorno Bipolar a tiempo?

Es tremendamente importante, ya que se ha comprobado que cuanto antes comience el tratamiento, más exitoso será el curso de la terapia, es por ello que una detección temprana se asocia a una sintomatología más leve y menor nivel de disfuncionalidad en la vida diaria de las personas diagnosticadas (alteraciones en las relaciones personales, bajo rendimiento académico o laboral, menores medidas de autocuidado, mayores tasas de intentos de suicidios, etc.). Por otra parte, un diagnóstico oportuno permite que sea menos necesario realizar grandes gastos económicos y de recurso humano en salud pública al haber menos internaciones, por ejemplo.

Lamentablemente, como ya mencioné, el diagnóstico e inicio del tratamiento de la bipolaridad suele producirse 5 a 10 años más tarde que el inicio de los síntomas, ya que por lo general los primeros episodios anímicos habitualmente son depresivos, y cuando se presentan es difícil para los profesionales tratantes distinguir si corresponden a una depresión o a una fase depresiva del trastorno bipolar. Lo más frecuente es que los primeros episodios depresivos sean tratados como si fueran depresiones, es decir con antidepresivos más que con estabilizadores del ánimo, lo que genera que el paciente sufra un giro anímico que conlleve a la aparición de un episodio maníaco o hipomaníaco. Y ello a su vez, genere dejar la medicación, la frustración del paciente y/o la pérdida de confianza para recurrir nuevamente a consulta.

¿Crees que la pandemia afectó de alguna manera a las personas que viven con Trastorno Bipolar?

La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto significativo en la salud mental y el estado psicológico de todos nosotros, pero con una especial repercusión en personas diagnosticadas de una enfermedad mental grave, resultando en algunos casos en un aumento de sus síntomas y un empeoramiento en su calidad de vida.

Según investigaciones recientes en contexto de pandemia, se ha visto que los pacientes con trastorno bipolar mostraron síntomas aumentados de ansiedad, depresión, estrés, estrés postraumático y problemas cognitivos en comparación con la población general, aunque no se observa un incremento apreciable en los síntomas de manía. Los factores de riesgo de

experimentar síntomas psicológicos incluyen no estar casado, tener síntomas de COVID-19, tener dificultades económicas y/o pérdida del empleo.

En eses sentido, la pandemia por COVID-19, se determina como un factor estresante agudo. Las repercusiones sociales, económicas y sanitarias (en esta última, disminuir la facilidad de acceso a consultas médicas y adquirir medicamentos por colapso del sistema de salud o por el miedo al contagio), fueron secuelas de este último tiempo. Los cambios en el estilo de vida provocados por la pandemia, y medidas de confinamiento, dejan en desventaja a los pacientes con trastornos mentales, aumentando los síntomas de estrés, ansiedad y depresión. Los cuales son detonantes para brotes de la enfermedad aguda. El miedo ante la incertidumbre y sensaciones de impotencia provoca sentimientos de desesperanza e ideación suicida, en patologías ansiosas, depresivas y trastorno bipolar´´

¿Pueden los cambios de estación (verano, otoño, etc.) influir en las personas con Trastorno Bipolar?

Antes de responder esta pregunta, es importante dejar claro que el trastorno bipolar se manifiesta de forma diferente en cada persona. Dicho esto, en el caso de algunas personas con trastorno bipolar, los episodios de manía pueden estar vinculados a una estación específica. Por ejemplo, la primavera y el verano pueden provocar síntomas de manía o hipomanía, ansiedad, agitación e irritabilidad. Estas personas también pueden sufrir depresión durante los meses de invierno y otoño. Se ha investigado que podría entenderse por el efecto negativo a nivel neuroquímico por la falta de luz solar. Por el contrario, hay otros pacientes que siguen un patrón que es el aumento de la sintomatología depresiva en primavera, aumentando las tasas de intento suicida en esas fechas; y hay quienes no aluden una época del año a la aparición de ciertos síntomas en específico.

¿Puede el Trastorno Bipolar influir en otras enfermedades que posea el paciente?

En fases depresivas puede que disminuya su autocuidado. No asistir al médico, dejar la medicación ante alguna enfermedad.

En fase maniaca, abandonar la medicación y medidas de tratamiento al sentirse bien.

Por otra parte, el tratamiento prescrito para ciertas enfermedades que posea el paciente siempre debe compararse con los fármacos que toma para el control del TAB, con el objetivo de evitar interacciones.

¿Qué recomendación entregas a las personas con Trastorno Bipolar y qué recomiendas al entorno familiar del paciente?

A quienes son diagnosticados con TAB: Cumplir con el tratamiento (farmacológico y psicoterapia), no consumir alcohol ni drogas, seguir horarios regulares de sueño y realizar actividades estructuradas, mantener una comunicación constante con los profesionales tratantes, en las cuales pueda tener la confianza de exponer desacuerdos y plantear dudas. Además, es importante trabajar en el autoconocimiento, tanto de cómo se manifiesta en ellos esta condición (para aprender a detectar los síntomas de recaída) como de los recursos personales y redes con las que cuenta. Para ello, es importante psicoeducarse respecto al trastorno, y sería beneficioso usar recursos de monitoreo como las tablas de ánimo en papel o virtuales y recurrir a grupos de apoyo (Ej. Círculo Polar, Sochitab).

Respecto al entorno familiar del paciente, ‘’se recomienda discutir las formas de ayudar cuando el paciente está con el ánimo estable para llegar a acuerdos y planes de manera conjunta acerca de cómo apoyarlo durante un episodio de manía o depresión, ya que cada paciente percibe el apoyo social de forma diferente. Proveer acompañamiento y transmitirle a la persona que hay una preocupación y creencia en sus capacidades de afrontamiento, puede ser una forma apoyo muy valiosa. No olvidar que hay una persona detrás del diagnóstico y de la enfermedad, por lo que es importante no estigmatizar ni caricaturizar a quienes padecen esta condición. Tampoco es recomendable ser sobreprotector o paternalista cuando se entregue la ayuda’’. En resumen, es importante separar la condición de TAB de las características y recursos del paciente. Otra recomendación es poder también psicoeducarse respecto al TAB para poder identificar síntomas prodómicos (síntomas atenuados que se dan antes del episodio de crisis) que nos alerten del inicio de una fase depresiva, maniaca, hipomaníaca o mixta y poder visibilizarlo y problematizarlo junto al familiar paciente.

Para más información sobre cómo manejar una crisis maníaca o depresiva ver en www.sochitab.cl sección psicoeducación el texto “Como manejar una crisis maníaca o depresiva” y “Prevención del suicidio en trastorno bipolar”. https://www.sochitab.cl/post/formas-de-apoyar-a-la-persona-con-trastorno-bipolar

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