Luego del II Encuentro de Productores, Compradores y Consumidores de la Quínoa.
Formar una feria comunitaria para comercializar los productos de productores locales y fortalecer el turismo fue una de las principales inquietudes de los vecinos de Lipimávida, localidad costera de la provincia de Curicó, tras participar en el II Encuentro de Productores, Compradores y Consumidores de la Quínoa, desarrollado por tesistas e investigadores de la Universidad Católica del Maule, los profesionales de Prodesal y el Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD) de Francia.

La iniciativa buscó promover, en el marco del proyecto Baquiana, el desarrollo local de las comunidades y otros objetivos de apoyo social.
Esta posibilidad se baraja ante la existencia de emprendimientos colectivos locales, la necesidad de potenciar el turismo del Maule norte a partir de productos auténticos y propios, posicionar la localidad de Lipimávida al interior de la comuna de Vichuquén, y facilitar el acceso a estos productos entre comunidades aledañas, entre otras potentes razones.

Diversificar la oferta

Lipimávida es reconocida por sus papayas, una fruta de la estación que se comercializa tanto en fresco como en conservas, mermeladas y otros subproductos, sin embargo, existe un interés colectivo por diversificar la oferta de productos y en ese plano la Quínoa aparece como una gran opción por sus propiedades alimenticias y de salud.

En esa línea, el agrónomo Luis Sáez, académico de la Universidad de Santiago de Chile y experto en mercados locales, invitado por Baquiana, compartió en el encuentro los resultados de su investigación acerca de la oportunidad de utilizar la hoja de la Quínoa como hortaliza, una innovación en el consumo de este súper alimento.

“Llevamos bastante tiempo en Lipimávida y en la comuna, en la búsqueda de cultivos que representen una alternativa razonable para la pequeña agricultura local. Creo que la Quínoa a nivel nacional e internacional se ha venido generando una posibilidad cierta”, explicó el alcalde de Vichuquén, Roberto Rivera, respecto al potencial de este producto y su apoyo en el proceso.

Quínoa y secano costero

La quínoa y su historia en el secano costero del Maule ha sido objeto de estudio por el Proyecto Baquiana del IRD de Francia, a manos del agroecólogo francés Dr. Thierry Winkel y la académica de la UCM, Lizbeth Núñez, el cual contempla investigación y desarrollo con comunidades de la agricultura familiar campesina, en la promoción patrimonial de la quínoa, en una zona especialmente afectada por los incendios del verano pasado.

“Avanzamos con una tesis de grado de la Escuela de Trabajo Social -acreditada por 7 años, máximo periodo- que nos permitió focalizar nuestro trabajo en la localidad de Lipimávida por su potencial, primero porque trae una tradición patrimonial con el cultivo de la quínoa a partir de testimonios e historias de adultos mayores. Segundo, porque hoy les interesa resaltar esa cosecha ya que se dan cuenta que se está recuperando el valor de la quínoa como un súper alimento, y finalmente porque tienen un potencial turístico, pero una economía que tiene una fragilidad: depende de las temporadas”, reflexionó la experta en territorialidad.

Precisamente ante esa necesidad de diversificar sus producciones, doña Benilde Gamboa, una de las entrevistadas, ha querido innovar incorporando la quínoa a las preparaciones del restaurante donde trabaja.

“Trabajo en un restaurante que es de mi hijo, Alto Las Rosas, y queremos incorporar la quínoa de alguna u otra manera, en el postre o lo que sea”, comentó Benilde al culminar este ciclo de rescate patrimonial del cultivo.

Economías colectivas

El proyecto Baquiana es parte del Acuerdo Voluntario para la Gestión de Cuencas (AVGC) de Vichuquén, firmado en septiembre del presente año por la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (CORFO), la Municipalidad de Vichuquén y la Universidad Católica del Maule representada por el rector Dr. Diego Durán, entre otros firmantes, con el fin de fomentar la producción limpia y el desarrollo sustentable de las cuencas.

Este acuerdo involucra la cuenca de Llico, Vichuquén, Torca, Tilicura, Agua Dulce y sus afluentes, en un documento que compromete por diez años la acción coordinada de más de 30 organizaciones públicas y privadas, siendo una de ellas la Universidad Católica del Maule.