Profesores en formación experimentan sus saberes ambientales en un laboratorio al aire libre
Los estudiantes de la Escuela de Pedagogía en Educación Básica con Mención en Ciencias Naturales de la Universidad Católica del Maule visitaron la Reserva Nacional Altos de Lircay para desarrollar un Laboratorio Natural y con ello fortalecer la relación humano naturaleza desde diversos saberes ambientales.
En fecha reciente, los estudiantes de noveno semestre de la carrera de Pedagogía en General Básica con Mención en Ciencias Naturales, sede Talca, han llevado a cabo un Laboratorio Natural en una de las rutas de la reserva Altos de Lircay, como parte de una secuencia de aprendizaje experiencial.
El curso de Ecología y Medio Ambiente tiene como objetivo el desarrollo equilibrado de conocimientos ambientales propios de la ecología, presentes en el currículum de enseñanza básica, junto con aspectos didácticos y transversales. Este enfoque busca no sólo cumplir con los estándares de formación inicial docente, sino también responder a la dinámica socio-crítica que impulsa líneas de investigación en el ámbito educativo transversal de Educación Ambiental.
La ruta formativa, diseñada por el académico Felipe Marín del Departamento de Formación Inicial Escolar de la Facultad de Ciencias de la Educación UCM, y su tesista de postgrado, la profesora Yoseline San Martin (egresada de la carrera), incluyó el análisis de factores del ecosistema, interacciones de los seres vivos, y la relación entre el hombre y la naturaleza desde la biofilia y aspectos bioculturales ancestrales y contemporáneos. Este enfoque crítico y holístico permitió desarrollar una actividad caracterizada por el simbolismo, la discusión basada en la experiencia, y el disfrute del entorno natural.
Durante esta experiencia, los estudiantes y sus profesores destacaron varios aspectos:
- “Un regalo de la naturaleza”: Llegar a la reserva y ascender a una altitud promedio de 1500 metros, caminando sobre un metro de nieve, fue un sueño hecho realidad para muchos estudiantes que nunca habían experimentado la nieve. Las condiciones del ecosistema tras una de las tormentas más significativas de la región añadieron un toque de magia al entorno.
- “Aprendizaje in situ”: Observar el flujo de materia y energía y la dinámica de los ecosistemas presentes en la ruta fue sorprendente. La percepción de la biofilia desde una perspectiva no antropocéntrica y la reflexión sobre especies pioneras y extremófilas enriquecieron profundamente el diálogo de saberes.
- “Ser niñas y niños”: Deconstruir la docencia tradicional y académica espontáneamente fue maravilloso. Volver al juego, al aprendizaje desde la exploración sensorial y emocional, fue muy valorado por todos. Repensar la participación de las infancias y la enseñanza desde los ideales de la niñez reconfigura el rol de educar, permitiendo a los educadores también educarse.
La profesora Yoseline San Martin subrayó la importancia del aprendizaje holístico, naturalista y sociocientífico: “Durante las clases del semestre hemos resaltado la importancia de las representaciones sociales y del aprendizaje interdisciplinar, vinculando las artes y las ciencias. ¿Cómo pintarán la nieve a partir de hoy en sus relatos, esquemas y actuaciones docentes?”, indicó.
Por su parte, el profesor Felipe Marín destacó la importancia de la coherencia epistémica: “Señalamos la importancia de habitar de forma consciente, de entender las estaciones, de valorar las especies. Pero, ¿las aulas universitarias aportan todas las respuestas? Creo que no. Desde mi ejercicio como profesor de Educación Básica y ahora en la formación docente, he buscado los aprendizajes en el territorio, inmerso en diversos hábitats. Hay mucho por observar y comprender, y lo mejor: disfrutando de aprender”, agregó.
Esta actividad en la reserva Altos de Lircay no solo fortalece el conocimiento académico de los estudiantes, sino que también promueve un profundo respeto y conexión con la naturaleza, esenciales para la formación de futuros educadores comprometidos con la educación ambiental y el desarrollo sostenible.
Crédito: Facultad de Ciencias de la Educación UCM.