Grupo de 24 egresados de la entonces Pontificia Universidad Católica de Chile, sede Regional del Maule, hoy Universidad Católica del Maule.

¡Aquí estaba la cancha de basquetbol!, aquí la de voleibol, aquí el casino, aquí quedaban los salones 9 y 10, fueron algunas de las frases que dijeron los profesores y profesoras de Educación Física, egresados en 1973, durante el recorrido por la Universidad Católica del Maule que realizaron recientemente.

Un grupo de 24 egresados de la entonces Pontificia Universidad Católica de Chile, sede Regional del Maule, hoy Universidad Católica del Maule, realizaron un emotivo reencuentro, lleno de camaradería.

Durante la jornada, los egresados participaron de la liturgia de la palabra, a cargo del diácono Carlos Rojas, quien destacó el agradecimiento a Dios por este reencuentro cargado de remembranzas.

Para el decano de la Facultad de Ciencias de la Educación, Dr. Rodrigo Vargas Vitoria, la instancia significó recordar aquellos años en que se estableció la plataforma de lo que es hoy la Escuela de Pedagogía en Educación Física, y lo que es hoy la Facultad.  “Un orgullo para la universidad recibir a los profesores de la generación de 1973, que celebran 50 años de haber ingresado a la carrera de Pedagogía en Educación Física de esta casa de estudios, formadora de profesores en el centro sur del país”, indicó.

“Este evento es un encuentro familiar, de amistad, de todos quienes tuvieron la oportunidad de vivir la hermosa experiencia de la vida universitaria, de esta parte importante de nuestras vidas”, agregó.

Por su parte, la directora de la Escuela de Pedagogía en Educación Física, Jessica Mondaca, dio la bienvenida a los egresados y egresadas a su alma mater y les invitó a mantenerse en contacto con la comunidad Alumni UCM y seguir participando de otros encuentros con egresados de todas las generaciones.

Celebración y dar gracias a Dios

El profesor Hugo Tapia, egresado de la generación 1973, mencionó que para ellos como egresados es una gran alegría este reencuentro con compañeros y compañeras que no habían vuelto a ver desde hace 50 años. “Ver a mis compañeros es un motivo de celebración y de dar gracias a Dios, porque nos encontramos bien y podemos compartir esta jornada, donde recordaremos nuestro tiempo de estudiantes universitarios”, dijo.

Las profesoras y profesores recorrieron, emocionados, las instalaciones de su alma mater, asombrados de cuanto ha crecido. Recordaron muchas anécdotas y agradecieron la educación de calidad y valores recibidos en esta casa de estudios, que les permitió ser excelentes profesionales, educadores, agentes de cambio para varias generaciones de niños y jóvenes.

La egresada Gloria Loreto Ramírez expresó emocionada: “La universidad está preciosa, en la que estudiamos también era muy bonita, muy al estilo de las piedras, que afortunadamente aún se conservan, pero antes era una casa de estudios con solo tres carreras, éramos como una familia, nos conocíamos todos, mientras que hoy la universidad cuenta con tantas disciplinas”, destacó.

Para finalizar la docente enfatizó: “es un lujo encontrarnos con nuestros compañeros, una experiencia impagable. Es un placer compartir y ver que nuestros caminos nos han llevado siempre por la educación, por distintas áreas de la educación; en mi caso, trabajé en la parte administrativa, en la dirección de colegios, siempre aportando a la educación”, puntualizó.