Columna de opinión, de la Dra. Sandra Castro Berna, académica de la Escuela de Educación Parvularia de la Universidad Católica del Maule.

Durante varios años he publicado en diferentes medios, con una producción de artículos para educadoras de párvulos y profesionales afines, pero sentía la necesidad de expandir mucho más algunas temáticas, que es de suma importancia para la formación integral de niños y niñas de diferentes edades. Recordé conversaciones con algunas personas que repetían “a nadie se le enseña a ser padres”, por ello comencé a buscar temas que la familia pudiese leer e informarse con un lenguaje simple y con acciones a realizar en casa y en forma cotidiana.

Debido a las limitantes físicas que nos impuso la pandemia, en el módulo de Artes Visuales que dicté en la carrera de Educación Parvularia, me llevó a buscar nuevas formas para trabajar con las estudiantes sin verme en la necesidad de abandonar la idea del modelaje de las principales actividades del proceso de enseñanza aprendizaje; las cuales requerían de explicaciones e indicaciones paso a paso, además de la observación y del contacto directo con materiales. Para apoyar estos procesos, difíciles de realizar en una clase virtual, por el despliegue de material y por la visión sesgada de la pantalla, comencé a grabar algunos videos con técnicas no convencionales, pero no me satisfacían del todo, así que pedí colaboración a mi hijo que siempre ha sido inspiración para mi trabajo y un colaborador incondicional y logramos grabar siete videos y fotografías con el paso a paso para explicarlo de forma detallada.

Estas grabaciones a corto plazo me llevaron a proponerle hacer otros materiales audiovisuales, para aportar a las familias que tienen niños(as) pequeños en casa y necesitaban favorecer aprendizajes y talentos, además de que pudieran realizar actividades sencillas, entretenidas y fáciles de hacer en casa con materiales domésticos.

También en pandemia participé de entrevistas en radio, en la página JuntosNosCuidamos, en las redes sociales institucionales, prensa escrita y digital, pensando siempre en ser un aporte para quien lea y que familias que se interesen por temas para apoyar a niños(as) pequeños y que puedan alivianar el confinamiento en sus casas. Aportar mi grano de arena en la comunidad, pensando en hacerlo al interior de nuestra región, pero sin pensarlo se extendió a muchas otras.

Mi vocación, mi inspiración y mi orgullo es la educación parvularia y quiero que se reconozca el verdadero beneficio para todos los niños(as) que asisten a las aulas desde muy temprana edad, qué en todos los rincones de nuestro país se valore.

Y mi pasión la he enfocado a la importancia de colaborar con la información y apoyo a la comunidad para hacer de nuestros niños y niñas más felices y comprendidos en estos tiempos difíciles. El temor y el encierro ha provocado en adultos y niños un alto nivel de estrés que necesita sea controlado, y creo que mi trabajo dirigido a la comunidad en general puede ser una alternativa para hacer más sostenible la vida familiar.

Quiero hacer más por otros, y creo que la Universidad Católica del Maule a través de su equipo de comunicaciones me ha dado la vía más expedita para hacerlo, me siento muy agradecida y creo que es el complemento perfecto para multiplicar la información y dar a otros una oportunidad de vivenciar en familia alternativas de juego, creación y recreación junto a afianzar valores y adquirir nuevos aprendizajes, que pueden recordarse por mucho tiempo.

También que comprendan que la niñez es significado de movimiento, juego, diversión, contención, guía y mediación de aprendizajes tanto por la familia como por una profesional de la educación como lo es una educadora de párvulos.