Pensamiento científico en niños y niñas: Impulsar la curiosidad, el cuestionamiento y la posibilidad de pensar las explicaciones de los fenómenos naturales desde todas las perspectivas
Acompañar los procesos formativos implica comprometerse en una relación que se construye desde la confianza y el respeto mutuos y desde el reconocimiento de la alteridad.
Ante la pregunta constante sobre cómo es posible incentivar el desarrollo del pensamiento científico en niñas y niños, la académica e investigadora de la Facultad de Ciencias Básicas de la Universidad Católica del Maule, Dra. Carolina Martínez Galaz, nos entregó ciertas orientaciones que resultan muy adecuadas para potenciar desde muy pequeños esta forma de pensar.
Acompañar los procesos formativos de niños y niñas implica comprometerse en una relación que se construye desde la confianza y el respeto mutuos y desde el reconocimiento de la alteridad. “Entender que la diversidad es importante en el aula de ciencias, que la ciencia con sus múltiples expresiones es diversa, nos invita como educadores en ciencias a valorar la riqueza de la alternancia” comentó la académica.
La Dra. Martínez parte de esta afirmación pues profundiza en que acompañar al estudiantado en la construcción del pensamiento científico y potenciar el desarrollo de sus habilidades científicas, se requiere impulsar la curiosidad, el cuestionamiento y la posibilidad de pensar las explicaciones de los fenómenos naturales desde todas las aristas posibles. “Necesitamos que el estudiantado innove, y para ello, necesitamos profesores y profesoras dispuestas a asumir este desafío de innovación” enfatizó.
Para que eso se logre la académica destacó que se requiere de una disposición a la enseñanza mediada por el diálogo y por acciones pedagógicas que lleven al profesorado a trabajar sobre la base de hacerse preguntas, que muy pocas veces pueden ser respondidas con certeza absoluta o, mejor aún, acompañar al estudiantado en el camino de las dudas y cuestionamientos permanentes. Incentivar el pensamiento científico, implica familiarizarse con las incertezas y cuestionar el mundo que nos rodea. Eso es clave para el desarrollo del pensamiento científico.
“En ciencia debemos continuamente lidiar con la falta de certezas, la duda y la construcción de conocimientos que, día a día, cambian, evolucionan y se transforman. Por ende, los y las docentes de ciencias deberíamos tender a la innovación y a no temer al cambio. Deberíamos estar bastante habituados a lidiar con las ideas relativas, las evidencias y el cuestionamiento permanente de nuestra propia praxis” concluyó.
Cómo trabajarlo desde casa
La experta científica de la UCM nos orientó además que “como educadora de ciencia, espero que a mis estudiantes les suceda la ciencia, les pase como una experiencia, la vivan con ojos curiosos, se asombren de las maravillas de la naturaleza y, al mismo tiempo, se sientan seguros/as de construir sus aprendizajes y tomar en ello sus propias decisiones”, dijo.
Agregó que se debe animar a los niños y niñas a que se hagan preguntas sobre las cosas que no conocen y que son interesantes, que generan curiosidad e intriga, también dar espacio para que, mediante la imaginación, puedan ellos plantear posibles explicaciones y respuestas. “Es muy importante que animemos a los niños y niñas a planificar e imaginar, como puede responder a esas preguntas intrigantes y por, sobre todo, queremos que comprendan un fenómeno, no que sepan el fenómeno, y hacemos alusión a esta cuestión, porque comúnmente se tiende a pensar que la ciencia es saber nombres, hechos, nomenclaturas y fórmulas, cuando en realidad, para desarrollar el pensamiento científico lo que debe ocurrir es que el estudiantado haga ciencia, es decir, viva la ciencia en primera persona, experimente el proceso de investigar” enfatizó la Dra. Martínez.
Estudiantes universitarios
Dentro del modelo de innovación de trabajo del Proyecto DoCienciaCM (UCM1999) de la Facultad de Ciencias Básicas de la Universidad Católica del Maule, se potencia la enseñanza de la ciencia focalizada bajo cuatro principios orientadores que el profesorado intenta promover durante su práctica: contextualizar el conocimiento científico, haciendo explícito su vínculo a situaciones de la vida diaria, es decir, promover la comprensión funcional del conocimiento.
De la misma forma se atiende a incentivar el trabajo colaborativo entre el estudiantado, su autorregulación en el aprendizaje y el uso de recursos tecnológicos que faciliten la comprensión de los fenómenos naturales.
A partir de estos cuatro principios, “se potencian capacidades fundamentales para el desarrollo del pensamiento científico, como son, conocer, usar e interpretar las explicaciones científicas del mundo natural, trabajar en base a generar y evaluar evidencias científicas, para posteriormente acompañar al estudiantado en la construcción de explicaciones” aseveró la académica especialista en el área de la enseñanza de las ciencias de la Facultad de Ciencias Básicas de la UCM.