Pedagogía en Educación Parvularia UCM avanza en prácticas presenciales
Desde la Facultad de Ciencias de la Educación se generan acciones concretas para contribuir en los aprendizajes de niños y niñas.
El primer semestre de este año las estudiantes de educación parvularia UCM pudieron iniciar sus prácticas profesionales insertándose de forma virtual en establecimientos educacionales de la región del Maule y de O´Higgins. Progresivamente, con el avance que se ha visto respecto de la pandemia, fueron integrándose de forma presencial, conociendo finalmente, en persona a los niños y niñas de los niveles educativos en los que realizan su práctica, así como a las educadoras guía, personal asistente y otros profesionales con quienes comparten la labor pedagógica día a día.
“Las estudiantes hasta el semestre anterior, estaban viviendo la experiencia de cómo diseñar procesos de enseñanza aprendizaje desde un contexto remoto, donde la cercanía y el apego no se visualizaba de manera tan fuerte como ahora en la presencialidad. Entonces, dentro de las rutas de aprendizaje que ellas están siguiendo es primer establecer estos lazos de confianza para después generar aprendizajes que sean significativos”, comentó Lorena Garrido, coordinadora de práctica profesional.
Por su parte, la académica María Teresa González, tutora de práctica profesional comentó: “Un desafío relevante en este tiempo de práctica ha sido no perder de vista el sentido de la educación parvularia, la importancia del juego para el aprendizaje de niños y niñas, su rol activo y protagónico en el proceso, así como equilibrar el abordaje de objetivos vinculados a contención emocional, con otros relacionados con los diferentes núcleos de aprendizaje que son igualmente relevantes en el proceso educativo”, sostuvo.
Creatividad e innovación
La estudiante Camila González León, quien realiza su práctica en nivel kínder en un establecimiento educacional particular subvencionado de Curicó comentó acerca de lo que significó realizar sus prácticas:
“Según mi experiencia, el estar frente a esta nueva modalidad online fue muy complejo al principio y más aún porque anteriormente no había tenido la oportunidad de estar en práctica con un grupo grande de niños y niñas, por lo que, enfrentarme al grupo de 32 párvulos y a la modalidad online fue difícil y por lo mismo tuve que buscar nuevas estrategias y herramientas como juegos virtuales, utilizar títeres, realizar preguntas y modificar la forma de planificar”, dijo.
Para fomentar la participación, comentó Camila, realizó preguntas para conocer las opiniones del grupo curso en general y de cada alumno en particular, de tal forma que todo lo que tenía propuesto para implementar permitiera llegar a todos los párvulos y de una forma lúdica con enfoque en los niños y niñas.
“Luego, al cambiar a modalidad híbrida sucede que uno tiende a prestar más atención a los párvulos presenciales porque se pueden observar, apoyar, repasar contenido, establecer una relación más cercana, etc., en cambio con los virtuales la comunicación se limita por los tiempos de conexión, entonces la interacción adulto – niño o niña se vuelve compleja, pero no imposible de llevar a cabo y es por esto que las estrategias para la modalidad híbrida han variado, se pueden realizar actividades donde se tiene un poco más el control y hay más comunicación, por ende uno tiende a conversar diferentes temas con los párvulos, lo que permite ir conociéndolos aún más y seguir trabajando en base a sus características, intereses y necesidades. Dentro de la modalidad híbrida, sigo utilizando presentaciones para que tanto los virtuales como los presenciales puedan observar lo que se les quiere dar a conocer, aunque también puedo utilizar mucho más el cuerpo, materiales tanto de la sala como del hogar sin perder el enfoque del juego”, agregó.
Para finalizar, Camila González refirió: “Por lo anterior considero que desde lo que he podido trabajar he logrado impactar en los aprendizajes de los infantes, ya que las experiencias de aprendizaje que llevo a cabo se basan principalmente en apoyar la labor de la educadora y así se refuerzan aprendizajes que los niños y niñas han ido logrando durante todo el transcurso del año y que permiten un desarrollo integral de cada uno de los párvulos”.