Pastoral UCM Lleva Consuelo a Jóvenes y Adultos Privados de Libertad

La iniciativa “Camino Esperanza” de la Universidad Católica del Maule extiende su labor de acompañamiento espiritual y humano a jóvenes del SENAME en Talca y a internos de la cárcel de adultos en Curicó, ofreciendo un espacio de redención y fe.
La Pastoral de la Universidad Católica del Maule (UCM) se ha consolidado como un faro de luz para personas privadas de libertad en la región, a través de su programa “Camino Esperanza”. Esta iniciativa, que nació de la inquietud de estudiantes y se ha expandido a dos frentes, busca brindar acompañamiento espiritual y humano, transformando realidades y sembrando esperanza.
En Talca, el programa se enfoca en jóvenes del SENAME, y su coordinadora desde la Pastoral UCM Talca, Ana Flores, explicó que “Camino de Esperanza” surgió de la motivación de estudiantes de Psicología post pandemia, quienes retomaron un proyecto de voluntariado en cárceles de menores que databa de 2009. “El objetivo principal es acompañar y trabajar con los jóvenes privados de libertad, desde una mirada cristiana, inspirada en la esperanza de Cristo. Como decía el padre Hurtado: ‘Visitar a Cristo en el pobre, el hermano que sufre’. Eso es lo que buscamos: estar presentes para responder a las necesidades humanas y espirituales de estos jóvenes”, afirmó.
El acompañamiento ofrecido desde la Pastoral UCM a los jóvenes del SENAME es primordialmente espiritual, incluyendo “liturgias sencillas que les permitan conocer y vivir las fiestas cristianas, como la Navidad o Semana Santa”, comentó. Además, se complementa con actividades recreativas, donde cultivan valores como el compañerismo, la colaboración y el respeto. El impacto ha sido notable, destacó la coordinadora: “Hemos notado cambios importantes. Muchos de ellos comienzan a abrirse más, a compartir sus historias y emociones… El solo hecho de sentirse acompañados ya es una luz de esperanza en sus vidas”, destacó Flores.
Los estudiantes y voluntarios UCM, tras una formación rigurosa, se organizan para planificar cada visita, buscando acompañar con cercanía, generar vínculos desde la empatía y vivir el compromiso cristiano a través de la presencia y el servicio.
Cárcel de adultos de Curicó
Por su parte, en Curicó, la Pastoral UCM extiende la misión de “Camino de Esperanza” a la Cárcel de Adultos. Al respecto, el coordinador de esta acción desde la sede UCM Curicó, Sebastián Leal, subrayó la motivación de “dar a Jesucristo de forma concreta, abrir una comunidad de servicio donde poder ir al encuentro de los hermanos que sufren, porque sabemos que Jesucristo es la respuesta a la soledad profunda que vivimos todos los seres humanos y en especial las personas privadas de libertad”, sostuvo.
Leal enfatizó que “ir allí donde solo habita la tristeza, la soledad, el encierro, el sinsentido” es una forma de “poner en práctica la buena noticia de Jesucristo”.
En la cárcel de Curicó, se lleva a cabo un programa basado en las Sagradas Escrituras y el diálogo. “Realizamos encuentros de una hora con los internos donde podemos proclamar una Palabra que ilumina un aspecto de su historia, un aspecto de su vida”, explicó Leal, añadiendo que se plantean preguntas profundas “porque buscan ayudar a iluminar a estos hermanos a descubrir la raíz de sus sufrimientos”, aseveró.
El vínculo se construye “desde el afecto, desde el no juzgar, el hacerles ver que cualquiera de nosotros en un contexto social de vulnerabilidad podríamos caer en lo mismo”. Leal confesó que lo que más le ha marcado es “el ver las historias de vida, de tanto dolor y sufrimiento de personas que viven en condiciones muy precarias”. Para él, este acompañamiento es “un rayo de luz, un verdadero oasis, un lugar donde el amor de Dios se da, se hace presente”, dijo.
En este sentido, la estudiante de segundo año de Psicología y voluntaria en Curicó, Bárbara Díaz, complementó que el vínculo nace “desde la comprensión y disposición sin juicio por parte de nosotros, de entender que no son personas con maldad, sino personas vulneradas con la misma dignidad que nosotros”. Reconoce que “todas sus experiencias y testimonios son fuertes, ya que la mayoría de ellos que han compartido sus vivencias con nosotros dejan ver que en realidad fue el sufrimiento, la soledad y la desesperanza lo que los llevó ahí”, comentó.
“Camino de Esperanza” es un testimonio vivo del compromiso de la comunidad universitaria de la UCM con los más vulnerables, demostrando que la fe y el servicio pueden ser motores de transformación y esperanza en los lugares donde más se necesita.