Óscar Quintanilla, Alumni Enfermería UCM: “Mi meta es apoyar las políticas públicas y ayudar a darle un vuelco al sistema de salud chileno”
Enfocarse en la promoción y prevención en salud en un sistema muy preocupado de lo hospitalario, es el reto que se ha propuesto este egresado de la Escuela de Enfermería que este año cumple 30 años de fundación. Desde la UCI ha combatido la pandemia y nos cuenta que, en su experiencia,ha sido fundamental otorgar cuidados basados en la evidencia y el sello de humanización y espíritu de servicio de su Alma Máter.
Cuando Óscar Quintanilla se convirtió en Enfermero UCM, nunca imaginó lo complejo que serían los escenarios a los que debía enfrentarse en el corto plazo. Terminaba 2017 y había hecho su internado en la Unidad de Paciente Crítico del Hospital Regional de Talca.
“Egresé en diciembre y en enero ya estaba trabajando en la Unidad. Entré por un reemplazo y rápidamente obtuve un cargo y ahí me enamoré de la enfermería intensiva”, recuerda.
Su inquietud por el aprendizaje y por mejorar su desempeño lo llevó a más. “Siempre supe que para trabajar ahí uno tenía que especializarse porque es un área muy compleja, súper técnica y desde que egresé entendí que debía hacerlo para brindar los mejores cuidados a los pacientes. Entonces decidí perfeccionarme y hacer la Especialización en Cuidados Críticos, eso me abrió una cantidad de puertas enormes”.
Y con esos nuevos conocimientos llegó un nuevo desafío para él. La pandemia aterrizó en marzo de 2020 a Chile, inicialmente en Talca. Óscar toma un poco de aire al rememorar esos momentos porque “fueron tiempos muy complejos no solo para nosotros los enfermeros sino para todo el equipo”, dice.
“Me gusta destacar a todo el equipo porque para auxiliares, kinesiólogos, nutricionistas, enfermeros, médicos… para todos fue un momento muy estresante, de mucho miedo e incertidumbre, pero poco a poco fuimos sacándolo adelante. Desconocíamos a lo que nos estábamos enfrentando y éramos quienes teníamos que tomar la batuta para manejar eso pacientes”.
Así fue el encuentro con el coronavirus. Quizá hasta ahora ese ha sido el reto profesional más grande que ha tenido que enfrentar. Turnos extenuantes de 24 horas, una salud mental muy afectada producto de las circunstancias, agotamiento y falta de personal.
Aunque considera que “en el área de salud mental todavía hay una deuda del sistema”, Óscar releva lo que las personas tras los uniformes lograron: “fue bonito aprender que, como equipo, podíamos abrir muchas más camas, aprender el manejo del paciente y sacarlos adelante. La verdad es que ahora el paciente crítico Covid es uno más dentro de la unidad, pero hace dos años ni siquiera lo hubiéramos imaginado”.
El sello de humanización y espíritu de servicio lo ha sabido ligar con la evidencia científica. De hecho, actualmente forma parte de la directiva nacional de la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva “eso me ha ligado mucho a la academia porque es una
sociedad científica y nosotros entregamos cuidados basados en la evidencia y eso fue bastante relevante en armar las unidades en pandemia y ayudar a otros profesionales que nunca se han visto enfrentados a esto.
¿Por qué la UCM?
Creció viendo a su madre ejercer como técnico paramédico en una posta rural y a su padre como conductor de ambulancia. Cree que ese fue la base para su amor por la enfermería. “Gracias a Dios me fue bien en la PSU y tuve la oportunidad de elegir dónde estudiar, pero la verdad que siempre quise Enfermería y siempre fue mi primera opción y la UCM me llamaba la atención. Nunca quise otra universidad, aunque en ese año se abrió la carrera en la Universidad de Talca, pero siempre quise la Católica”.
Óscar cree que su formación en la UCM fue fundamental para lo que tuve que vivir en la pandemia. “Como alumnos de la Católica, la malla curricular y la formación de pregrado nos lleva a ser un poco más tranquilos, a pesar antes de actuar. Tengo varios compañeros de la UCM dentro de la unidad y asumimos la tarea de asumir la responsabilidad de tranquilizar al grupo, la parte espiritual fue súper importante para mantener esa calma y poder sacar adelante el tremendo trabajo que teníanmos en ese momento”.
“También depende mucho de la formación de casa, pero la UCM tiene eso que nos invita a ser mejores personas, a trabajar con la comunidad a saber lo que le pasa al paciente más allá de lo físico, a trabajar con la familia, conversar con ellos y eso realmente marca la diferencia cuando uno es egresado”.
Por eso, “vuelvo a mi casa”, ahora como estudiante del Magíster en Salud Pública UCM. “Mientras se está en la clínica, uno siente que faltan herramientas para resolver ciertos problemas, por eso estoy bien motivado con prepararme para, en algún momento, aportar desde otro punto de vista la resolución de problema”, asegura.
Considera que muchos pacientes no llegarían tan graves a la UCI si el sistema de salud interviniera antes. “Por eso mi meta es apoyar las políticas públicas y ayudar a darle un vuelco al sistema de salud chileno que se ha enfocado en lo hospitalario y ha dejado de lado la promoción y en la prevención para llegar antes a los pacientes”.
Desde que inició su formación ha visto grandes cambios en la Institución “el cambio que ha tenido en cuanto a infraestructura es muy grande, la Universidad es completamente diferente a lo que teníamos cuando yo estaba en el pregrado, pero lo que me sigue sorprendiendo es que la calidad humana de los docentes sigue siendo igual a cuando yo estaba y eso es muy importante porque el crecer en infraestructura no ha cambiado la base de querer seguir formando líderes, personas con el mismo sello. De hecho, veo que los perfiles de postgrado y pregrado se parecen mucho en ese aspecto porque la UCM quiere formar un profesional más allá de la parte técnica que se centre en las personas y en ser buenos compañeros, eso es fundamental”.
Por eso y con base en su experiencia, envía un mensaje a sus futuros colegas: “este es un camino complicado, eso deben tenerlo claro. Van a pasar por muchas frustraciones, pero es un camino hermoso, es una carrera hermosa. Cuando ustedes sepan en lo que se van a desempeñar, deben intentar ser los mejores y ser referentes no solo en cuanto a conocimientos, sino en ser buenas personas, tener buenas relaciones interpersonales y tratar muy bien a su equipo y eso va a marcar la diferencia y es el sello que la UCM quiere de nosotros. No olviden que detrás de ese uniforme azul, somos personas y eso deben recordarlo siempre por más extenuante que sean los turnos”.