Opinión: “VIOLENCIA ESCOLAR, ¿QUIÉNES SON LOS NO-CULPABLES?”
Héctor Rojas Castro, director de la Escuela de Pedagogía en Matemática y Computación de la Universidad Católica del Maule.
Con mucha … la verdad aún no decido que palabra es mejor poner aquí, para referirme a la sensación que me deja la cantidad, y el tipo, de hechos de violencia escolar que en estas últimas semanas han sido noticia … quizás podría ser con mucha pena, o con mucho asombro, o con mucha preocupación, o por qué no, todas ellas.
Lo cierto es que durante estas últimas semanas se han dado a conocer, tanto a nivel nacional como regional, una variedad de hechos gravísimos de violencia escolar. Peleas, amenazas de masacres, violetos ataques con armas blancas, e incluso, apoderados haciéndose parte de estas acciones.
Todo lo anterior, así como ocurre con la mayoría de los hechos sociales que hoy nos marcan, ha dado pie a que cada quien (en todo su derecho) pueda levantar una opinión al respecto. Y es así como, en una lectura muy rápida a las distintas opiniones que se han dado ante estos acontecimientos, es que uno puede encontrarse con posturas diametralmente opuestas. Desde los que ven en estos violentadores a potenciales víctimas de constantes negligencias sociales, hasta los que opinan que estos actos deben ser duramente castigados. Y es, justamente, en este ir y venir de opiniones y comentarios, que la opinión pública comienza a juzgar a quienes consideran (semi) culpables.
Sin querer hacer un juicio de valor de cada una de las opiniones que cualquier persona puede publicar, y por supuesto, siendo muy respetuoso con las mismas, creo “poco conveniente” permitirse declarar culpables en un fenómeno tan multifactorial como lo es la violencia escolar.
Y en este sentido, buscando no contradecirme a mí mismo, no quiero en estas líneas indicar culpables, sino más bien, proponer quienes no lo serían. Y es que, lo extraño de una propuesta cómo está, viene del comentario que una persona publicó, el cual, si bien no recuerdo textual, señalaba algo así como: “¿y dónde estarán los profesores de estos niños que no evitaron que esto ocurriera?”.
Y aquí viene mi primer no-culpable, y en realidad el único que voy a mencionar en esta nota. Los profesores y profesoras, en lo amplio de su misión y labor, no pueden ser culpados de estos hechos, y no debiesen ser catalogados como los únicos responsables de evitarlos.
La importancia del rol de los profesores y profesoras en la sociedad, genera, sin duda, que algunas células de la misma asuman que, por simple vocación, tienen que responsabilizarse de prácticamente todo lo que involucra a sus estudiantes. Y aunque, estoy segurísimo de que la mayoría de los profesores y profesoras así lo hacen, y más que ser “enseñadores” de algún área en específico, son formadores en el más amplio sentido de la palabra, creo que lo anterior no puede ser una excusa para responsabilizarlos o culparlos, de alguna u otra forma, de la dura ola de hechos de violencia escolar que se han dado a conocer.
Como dije en un inicio, la intención de esta nota no es apuntar culpables, pero no hay que olvidar que, si la escuela es el segundo hogar, entonces el hogar debiese ser la primera escuela.
“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.