Opinión: Protección y cuidado de la biodiversidad en Chile
Dr. José. A. Neira de la Escuela de Ingeniería en Recursos Naturales y Dr. Enrique A. Mundaca de la Escuela de Agronomía de la Universidad Católica del Maule.
El Ecosistema, de acuerdo con Odum, corresponde “a toda unidad que incluye todos los organismos en una zona determinada interactuando con el entorno físico de tal forma que un flujo de energía conduce a una estructura trófica claramente definida, diversidad biótica y ciclos de materiales dentro del sistema”. Esta definición hace énfasis en diversos puntos donde la diversidad biológica es extremadamente importante como elemento que forma parte del ecosistema, de hecho, tan importante es este tema que las Naciones Unidas en el año 1992 negoció Convenio de Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (conocida como la “Cumbre de Río”), en el cual la mayor parte de los países se comprometió a tomar cartas respecto al cuidado y conservación de la biodiversidad. Subsecuentemente, en el año 2010, se celebró la décima reunión de la Conferencia de las Partes en Japón, donde se actualizó y aprobó el “Plan Estratégico para la Biodiversidad 2011-2020”. En este convenio se hace consciente el valor intrínseco de la diversidad biológica y de los valores ecológicos, genéticos, sociales, económicos, científicos, educativos, culturales, recreativos y estéticos de la diversidad biológica y sus componentes.
En este sentido, Morton y Hill (2014) quienes describieron las 5 razones de porque la conservación de la biodiversidad es importante por: 1) Razones Económicas: la biodiversidad proporciona a los humanos materias primas para el consumo y la producción. Muchos medios de vida, como los de los agricultores, pescadores y trabajadores de la madera, dependen de la biodiversidad; 2) Ser soporte vital ecológico: la biodiversidad proporciona ecosistemas funcionales que suministran oxígeno, aire y agua limpios, polinización de plantas, control de plagas, tratamiento de aguas residuales y muchos servicios ecosistémicos; 3) Razones Recreativas: muchas actividades recreativas dependen de nuestra biodiversidad única, como la observación de aves, caminatas, campamentos y pesca. Nuestra industria turística también depende de la biodiversidad; 4) Razones Culturales: algunas culturas están estrechamente relacionadas con la biodiversidad mediante la expresión de la identidad, la espiritualidad y la apreciación estética, lo que genera una fuerte conexión y obligación con la biodiversidad; y 5) Razones científicas: la biodiversidad representa una gran cantidad de datos ecológicos sistemáticos que nos ayudan a comprender el mundo natural y sus orígenes.
En relación con nuestro país, Chile es reconocido internacionalmente por poseer un hotspot de biodiversidad mediterráneo, con alto nivel de endemismos, una cobertura de bosque nativo que representa el 18% de su superficie continental y más de 1 millón 300 mil hectáreas de humedales (ecosistemas que se consideran de gran relevancia y extremadamente frágiles); por lo anterior es que Chile ha suscrito acuerdos internacionales y desarrollado programas que buscan cuidar las singular biota de nuestro país, es así como la Estrategia Nacional De Biodiversidad 2017-2030 (continuación del plan anterior) nos entrega el marco estratégico para el cuidado de nuestros particulares ecosistemas y que continúen una riqueza única. En este contexto, en Chile el porcentaje de áreas silvestres protegidas alcanza el 18,49%, lo que a nivel global lo sitúa en el lugar 79 entre 192 países (según El Centro Mundial de Vigilancia de la Conservación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, 2018).
Aunque este número se puede considerar como relativamente aceptable en el contexto mundial, los problemas de manejo que muchas áreas silvestres sufren en Chile, especialmente debido a la falta de recursos monetarios para mantener su infraestructura, deficiente planificación territorial y la rápida expansión de proyectos inmobiliarios pobremente fiscalizados, pone al país en una situación de fragilidad en torno a la integridad de sus áreas silvestres. A esto se suman recursos limitados para realizar investigación en estas áreas, que afortunadamente ha sido compensado en la actualidad por la existencia de grupos de estudio liderados por universidades e institutos (como el Instituto de Ecología y Biodiversidad) que han incrementado de manera importante la cantidad de conocimiento respecto a los procesos biológicos y ecológicos que ocurren en dichas áreas.
Desde este punto de vista el futuro inmediato, en términos de conservación de la biodiversidad para nuestro país, se ve por un lado promisorio, por cuanto a nivel social se ha comenzado a reconocer e incorporar la necesidad de valorar y proteger nuestro patrimonio biológico, no solo por razones netamente utilitarias, sino que también por razones éticas y valóricas reconocidas de forma transversal por la sociedad. En contrapartida, el futuro luce menos promisorio, especialmente debido a los problemas político-económicos que se han ido instalando en el país y que han desplazado la discusión sobre los problemas ambientales que además de la conservación de la biodiversidad a un segundo plano del que difícilmente se va a recuperar si los problemas sociales y económicos persisten luego de la pandemia. Y de esta forma, es importante confiar en que los futuros actores tanto políticos (Estado) como sociales reconozcan que nuestra biodiversidad es un patrimonio nacional que no solo provee servicios vitales para el desarrollo económico, sino que además es la única forma en la que se puede alcanzar la sustentabilidad del desarrollo de nuestra sociedad.
“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.