Opinión: PERSONAS MAYORES EN TIEMPOS DE COVID-19. UN PASO HACIA LA INACTIVIDAD FíSICA
Mg. Yeny Concha Cisternas, graduada del Magíster en Ciencias de la Actividad Física Mención en Actividad Física y Salud, UCM. Investigadora del Consorcio ELHOC (Epidemiology of Lifestyle and Health Outcomes in Chile).
Las personas mayores conforman el grupo de mayor impacto negativo por el COVID-19. Este grupo poblacional por muchos meses se consideró como ¨grupo de riesgo¨ ya que su vulnerabilidad ante esta pandemia proviene no solo de su edad, sino por la situación económica, laboral y, principalmente, por la presencia de enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes mellitus, exceso de peso corporal, enfermedades respiratorias, entre otras.
Como medida preventiva, se suspendieron actividades sociales-municipales a las que comúnmente asistían las personas mayores, además de incentivar no salir de sus hogares y mantener un aislamiento social. Si bien, estas medidas contribuyen significativamente a disminuir el contagio de COVID-19 en este grupo etario, estos se ven imposibilitados a mantener la misma rutina que desarrollaban a diario, provocando que su movilidad se vea más reducida y aumentando el deterioro de la condición física debido a la inactividad física y al desarrollo de actividades que involucran una conducta sedentaria, como ver televisión o pasar más tiempo sentado.
Además, el encierro y la lejanía con los familiares y seres queridos, conlleva un mayor riesgo de desencadenar problemas de salud mental, cuadros de ansiedad y depresión, lo que tributa directamente en un deterioro de la calidad de vida. Por ello, frente a esta pandemia se recomienda mantener un óptimo bienestar físico y mental, manteniéndose activos físicamente realizando rutinas y actividades al interior del hogar, además de tener una dieta saludable y mantener controladas patologías de base.
Envejecimiento activo en casa
Ejercitarse durante el aislamiento social por COVID-19 se ha vuelto una tarea difícil. La inclusión de ejercicios en el hogar debiese incorporar actividades orientadas a mejorar los componentes básicos de la condición física-funcional, tales como mejorar la fuerza muscular de tren superior e inferior, resistencia cardiovascuar (tolerancia al esfuerzo), el equilibrio estático-dinámico y la flexibilidad. Para ello, se sugiere utilizar implementos y estructuras fáciles de encontrar en el hogar como sillas, kilos de arroz, botellas de agua y pantis. Se pueden también aprovechar espacios del interior del hogar como las escaleras y utilizar elementos como almohadas, las que simulan una superficie inestable para desarrollar actividades orientadas a trabajar el equilibrio.
También se sugiere el desarrollo de actividades cotidianas como las labores de aseo y jardinería, siempre con todos los resguardos de seguridad y adaptando las acciones a las capacidades de cada persona.
Es sumamente necesario el diseño e implementación de estrategias dirigidas a incentivar la realización de actividad física en el hogar. De ahí la importancia que las personas mayores se mantengan activos físicamente con un programa integral de ejercicios, lo que ayudará también a mantener su autonomía. Si bien entidades gubernamentales como el Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA) han implementado una serie de videos con actividades para realizar en casa, también es necesario educar a la población sobre los múltiples beneficios que otorga la práctica regular y sostenida de actividad física, de tal modo que los usuarios logren comprender cómo puede actuar en el control y prevención de sus patologías.