Opinión: “NÜTRAM: EL ARTE DE CONVERSAR”
Ignacio González Valenzuela, profesor de Lengua Castellana y Comunicación, Facilitador del Programa PACE del Centro de Apoyo al Aprendizaje de la UCM.
El conflicto, como concepto y percepción, se ha transformado a lo largo de la historia en una acción inherente en todos los procesos de enseñanza-aprendizaje. Docentes, estudiantes, directivos y apoderados comúnmente se sitúan en conflictos para discutir las inquietudes y necesidades que surgen en el trayecto y así lograr el desarrollo eficaz del proceso educativo. Hasta hoy sigue siendo un tema preocupante en las comunidades formativas y es por esto que el foco principal está puesto en los estudiantes, en su percepción y reacción frente a las diversas situaciones de conflicto que se generan a diario.
Según el Diccionario de la Lengua Española la palabra “conflicto” procede de la voz latina “conflictus” que significa lo más duro de un combate. Antagonismo, pugna, oposición. Situación desgraciada y de difícil salida, pero ¿Qué concepción tienen nuestros educandos frente a la palabra “conflicto”? generalmente atribuimos una connotación negativa: violencia, agresión física o una discusión sin control son algunos conceptos que se nos vienen a la mente, los que sin duda provocan temor cuando nos enfrentamos ante la resolución de una situación de este tipo.
Actualmente, la educación chilena se ha proyectado a cubrir las necesidades que la presente época demanda para los jóvenes que egresan de enseñanza media, es por esto que, las bases curriculares publicadas en el año 2020 para tercero y cuarto medio integran a las llamadas habilidades del siglo XXI como un foco formativo central que propende a la formación integral de los niños y jóvenes. Dentro de las habilidades del siglo XXI que más se consideran a la hora de trabajar en equipos y para evitar el conflicto entre los estudiantes es la “responsabilidad personal y social”, cuyo propósito es demostrar el respeto por los demás, la conciencia acerca de la propia cultura y las relaciones de esta con las otras culturas del mundo, el control de la agresión, la violencia y la autodestrucción (MINEDUC, 2020, p.27).
En este sentido, y con el propósito de fomentar el desarrollo de habilidades del siglo XXI en nuestros estudiantes, con el equipo de facilitadores del Centro de Apoyo al Aprendizaje (CAP) pertenecientes al Programa de Acceso a la Educación Superior (PACE), diseñamos un taller destinado a 3º medio llamado Nütram: el arte de conversar cuyo objetivo fue: “reflexionar sobre el conflicto en la vida cotidiana utilizando la conversación para su resolución”. En cuanto al Nütram, procedente del Mapudungún, es una de las prácticas más importantes de los Mapuches, una cultura ágrafa que nos han enseñado desde tiempos ancestrales que el conflicto puede solucionarse a través de la palabra, incitando al diálogo y a la conversación. Elicura Chihuailaf, poeta mapuche, lo caracterizaba como una práctica de los jóvenes mapuches que vivían en las ciudades y lo practicaban para aprender y resistir, para fortalecer el kimün (conocimiento) y el rakizüam (pensamiento), y para extender la memoria hacia el pasado, que es, finalmente, donde reside la verdad.
Con el equipo de facilitadores del PACE UCM, específicamente del área de Preparación en la Enseñanza Media (PEM) nos sentimos orgullosos de poder realizar este taller, puesto que, nos permitió dialogar y reflexionar con nuestros estudiantes de tercero medio sobre las diversas percepciones y reacciones que se tienen frente a este tema y el uso efectivo que podemos hacer del Nütram para evitar y solucionar conflictos priorizando la conversación. Es satisfactorio poder compartir y analizar las herencias culturales que nos ha entregado el pueblo Mapuche a lo largo de su historia.
“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.
