Francisco Letelier Troncoso, Sociología-CEUT de la Universidad Católica del Maule.

(Publicado originalmente en Diario Talca)

Enfrentados a una elección, usualmente escuchamos decir: “a mí no me interesa la política, total, igual hay que trabajar todos los días”. Interpreto esta frase del siguiente modo: los políticos profesionales están “allá lejos” y nada hacen por nosotros. Las personas comunes y corrientes estamos solas en nuestro día a día.

Esta forma de pensar tiene algún sentido en un escenario donde el sistema político se ha autonomizado de la sociedad, se ha ensimismado. Los puentes entre “la política” y la vida cotidiana están cortados o, al menos, dañados.

Lo que me pregunto, y les invito a preguntarse, es por qué la frase no podría ser otra, por ejemplo, “a mí no me interesa la política, me interesa lo que hacemos aquí, en mi barrio, en mi sindicato, en mi ciudad”. El problema de la frase original: “no me interesa la política, total hay que trabajar igual”, es que no solo pone una distancia con el sistema político, sino con todo aquello que hacemos cotidianamente para reproducir nuestras vidas que no sea trabajo asalariado.

El que a alguien no le interese la política no implica necesariamente que no le interesan sus amigos, sus vecinos, sus compañeros de trabajo o personas no tan cercanas que lo está pasando mal. Entonces, tenemos que aprender a separar las cosas, porque sabemos que el lenguaje tiene efectos en la realidad.

Si no te interesa la política, está bien, pero haz la diferencia con quienes no tienen interés más que en ellos mismos y sus propias familias. Puedes decir: “a mí no me interesa la política que hace el estado (o la electoral, o la partidaria), pero sí me interesa lo que hacemos juntos cotidianamente para seguir vivos”. Si decimos esto, entonces lo siguiente es hacernos cargo de esta dimensión más comunitaria, que no es la política estatal, y en la que sí podemos influir.

“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.