Opinión: “Los inmigrantes y su situación laboral: un rostro poco conocido en la pandemia”
Sebastián Fuentes, investigador del Observatorio Laboral del Maule, ejecutado por la Universidad Católica del Maule.
Los datos evidencian que la población inmigrante sostuvo un rápido crecimiento en un periodo de tiempo relativamente abreviado. Entre el Censo 2002 al de 2017, el número de inmigrantes en el país se cuadruplicó, pasando de 187.008 inmigrantes a 746.465 inmigrantes, mientras que la última proyección de cantidad de inmigrantes en nuestro país, realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en el año 2018, estimó la cantidad de 1.251.225 personas extranjeras viviendo en Chile, lo que está cerca de duplicar a la cifra del último Censo, y correspondería al 6,6% de la población total del país. En virtud de la dimensión de estas cifras, este grupo ya es relevante para considerar la relación entre migración y efectos económicos, sociales y trabajo. Pero, no debemos quedarnos solo en ese tipo de estudios y datos estadísticos, sino que estas cifras deben llamarnos a considerarlos y preocuparnos de sus condiciones económicas y sociales.
El aumento de la migración ya señalada en nuestro país corresponde principalmente a movimientos de nuestra propia región, conocida como migración Sur-Sur, y está representada principalmente por países como Haití y Venezuela, que responden a migraciones forzadas por las condiciones estructurales de países en crisis. Generalmente este tipo de migrantes son categorizados como sujetos en condiciones de vulnerabilidad, y así lo han podido evidenciar medios de comunicación en los últimos días, que han notificado como grupos de inmigrantes están insertos en condiciones de vida deficientes, aspecto que se ve acrecentado por la crisis sanitaria que estamos atravesando. Cabe preguntarnos: ¿cómo podría estar afectando la crisis sanitaria a los inmigrantes desde un punto de vista laboral?
Si llevamos el caso a nuestra Región del Maule, la proyección de INE estimó en 34.418 los inmigrantes, lo que correspondió al 3,1% de la población total de la región. Los datos evidencian que las tres nacionalidades con mayor presencia en la región corresponden a haitianos, venezolanos y colombianos. Las ramas económicas en donde se desempeñan los trabajadores inmigrantes dan cuenta de un mercado laboral segmentado, es decir, los trabajadores inmigrantes no se distribuyen de forma homogénea en los sectores económicos, sino que se focalizan en determinados rubros. Los haitianos, según datos del Censo 2017, están principalmente dedicados a actividades de agricultura (33,4%), construcción (14,1%), industria manufacturera (14,7%) y comercio (11,5%). El resto de las actividades económicas prácticamente no evidencian presencia de trabajadores haitianos, lo que puede deberse a el bajo nivel de escolaridad que presentan los inmigrantes haitianos, según Censo 2017, solo un 17,9% presenta estudios superiores, lo que conllevaría a que se dedican a oficios que no requieren de una especialización técnica, tomando trabajos de baja cualificación en agricultura y construcción. En venezolanos y colombianos, la distribución en sus actividades económicas es bastante similar entre ellos, principalmente dedicados a actividades de comercio (19,6% y 18% respectivamente), actividades de salud (19,5% y 17,2% respectivamente) y actividades de alojamiento y servicio de comidas (13,3% y 8,8% respectivamente). Los venezolanos presentan un alto nivel de escolaridad (60% posee estudios superiores) pero tendrían problemas para insertarse en el mercado laboral por medio de sus profesiones.
Los recientes resultados del índice Mensual de Actividad Económica (IMACEC) entregados por el Banco Central y correspondientes al mes de abril, evidenciaron una fuerte contracción. Las actividades económicas más afectadas fueron servicios (incluye restaurantes y hoteles) construcción e industria manufacturera, mientras que actividades estacionarias como lo es la agricultura, entrega sus fuentes laborales principalmente entre los meses estivales, por tanto, podemos pensar que los trabajadores inmigrantes, que estaban presentes principalmente en estos sectores que hoy están debilitados, habrían quedado expuestos.
Como país, es relevante que podamos recoger más información sobre cómo los inmigrantes se han integrado laboralmente a nuestro país y en qué condiciones. Si bien la tendencia es no analizar datos de inmigrantes por separado, ya que entrega el mensaje de verlos como un grupo humano diferente, no debemos dejar de considerar que se han desempeñado en nichos laborales, como la atención de clientes en sectores de servicios, comercio, hoteles y restaurantes, debido a que presentan habilidades y competencias destacables para estas funciones, así como a labores de baja cualificación en agricultura y construcción. Pero al estar estos sectores económicos detenidos por la crisis que atravesamos, y en consideración a que no poseen redes familiares de apoyo ante situaciones como la cesantía, pueden estar los inmigrantes en una situación de vulnerabilidad mayor, formando círculos de pobreza en nuestro país.
“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.