Opinión: Llega la primavera, llegan los pesticidas…
Dr. Ricardo A. Castro Huerta, académico de la Escuela de Agronomía de la Universidad Católica del Maule.
La primavera de las regiones agrícolas O´Higgins y Maule, esconde un aire pernicioso que, lejos de atraer vida, la evita. A diario puede observarse en el campo primaveral la aplicación indiscriminada de insumos agrícolas, los cuales derivan a poblaciones humanas y áreas silvestres en el corto plazo, o se mantienen suspendidos en el aire condensándose y evaporándose, formando rocío nocturno a mediano plazo, o simplemente se mueve junto a los vientos a lugares insospechados del planeta a largo plazo.
En Chile, desde que nos adscribimos a la OCDE, han existido presiones para modernizar la legislación respecto a la peligrosidad del tema, así nace el Decreto 158 del Ministerio de Salud (2015), que resguarda la seguridad de las personas en la aplicación terrestre de insumos agrícolas. Sin embargo este decreto es poco conocido para la población general y especialmente en zonas rurales, esta normativa indica que cada cuerpo de agua o construcción que contenga humanos o animales, es considerado un área sensible, para aplicar insumos agrícolas en un huerto agrícola continuo a un área sensible el responsable de la aplicación debe avisar por escrito o notificación verificable a todas las áreas sensibles de la aplicación con 24 horas de anticipación, indicando, el producto en cuestión, peligrosidad del mismo, periodo de reingreso, teléfono del SAG, del Seremi de Salud, centro de salud más cercano, entre otros.
En caso de falta flagrante, tomar evidencia con foto o video y denunciar a la página web dispuesta para ello en http://oirs.minsal.cl, en casos más graves llamar a carabineros. Es necesario que la población se empodere de la legislación para defender su derecho a un ambiente sano, considerando que, en Chile, de aproximadamente 400 principios activos autorizados por el SAG, 102 son altamente peligrosos, según los sistemas de clasificación internacionales, según investigación de Maria Elena Rozas.
El tema no es menor si consideramos que en estas regiones se encuentra a mayor tasa de prevalencia de malformaciones congénitas y cáncer al estómago, o si directamente se ha encontrado plaguicidas organofosforados en niños de escuelas rurales en San Clemente según investigación de Maria Teresa Muñoz y colaboradores (2017), el llamado es a proteger la salud de las personas y del ambiente, concientizar a la población sobre la peligrosidad del mal uso de plaguicidas y salvaguardar una primavera llena de biodiversidad.
“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.