Opinión: "Ley de Migración y Extranjería Boletín 8970-06" - Universidad Católica del Maule
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Opinión: “Ley de Migración y Extranjería Boletín 8970-06”

Opinión: “Ley de Migración y Extranjería Boletín 8970-06”
24 Jun 2020

Dra. Karla Morales Mendoza, Grupo de Migración e Interculturalidad (GRIMI), Centro de Investigación de Estudios Avanzados del Maule (CIEAM) de la Universidad Católica del Maule.

El día martes 4 de junio del 2013 ingreso a la Cámara de Diputados el Boletín 8970-06 titulado Ley de Migración y Extranjería. Después de haber estado casi 7 años dormido, el día 29 de abril de 2020 por orden del presidente de la República despertó con Discusión inmediata, en medio de una pandemia por Covid-19 y en un país con una cuarentena parcial.  Si bien es necesario que se elabore una Ley de Migración y Extranjería, porque el decreto Ley N° 1.094 de 1975 constituye la legislación migratoria más antigua de Sudamérica, esta debe ser acorde a los tiempos que estamos viviendo en temas de migración internacional, vale decir, que el desplazamiento es principalmente por problemas políticos y económicos de sus países de origen. Por lo tanto, se debe pensar en una ley de derecho que se capaz de considerar a las personas extranjeras con su propia voz, donde puedan exponer las limitaciones y facilidades que han tenido por ejemplo en los procesos de regularización, trabajo, educación, acceso a vivienda, entre otros. Sin embargo, en tiempos de pandemia no se puede generar una Ley de Migración donde los escenarios dialógicos no se pueden desarrollar, más aun, cuando el ejecutivo se substrae de voluntades humanitarias y promueve actitudes xenofóbicas hacia la migración. Además, la nueva Ley de migración y extranjería pretende crear el Servicio Nacional de Migraciones (SERMIG) órgano público que el proyecto se encarga de crear y regular, donde una de sus faculatdes es la potestad de decretar la medida de expulsión del extranjero que infringe gravemente bienes jurídicos, sociales y políticos que afecten al país.

Sin embargo, hay que considerar que la migración internacional contribuye al país, por un lado, a la tasa de fecundidad, ya que esta ha bajado desde los 5,49 hijos por mujer en el quinquenio 1950-1955 a sólo 1,9 proyectado para el quinquenio 2010-2015 asimismo, no se alcanzaría la tasa de reposición y población nacional empezaría a bajar paulatinamente, cuestión que se ve subsanada con la legada de los migrantes, sus familias e hijos nacidos en Chile. Por otro lado, en el contexto sociocultural la llegada de los migrantes a nuestro país nos ha permitido conocer otras formas de comunicarnos, a través de su lenguaje tan marcado, e incluso a través de su gastronomía, por ejemplo, arrollados primavera, dulces árabes, arepas entre otros. Por otra parte, han hecho de Chile un país más atrevido, alegre y colorido, tanto en vestimenta como en color de piel, lo cual ha generado un despertar cultural del país de acogida, ya que no estábamos acostumbrado a convivir con personas de nacionalidades diferentes y sobre todo latinoamericanas.

Finalmente mencionar, que la pandemia del Covid-19 afecta a los grupos más vulnerados, por lo cuál es evidente que miles de personas de nacionalidad extranjera que residen en el país, hoy se encuentren desempleadas, sin ninguna red de apoyo, por consiguiente, se obstaculizan los procesos de regularización y permanencia en el país. Mostrándonos, otra vez la cara de la pobreza, donde hombres, mujeres, niñas y niños buscaban un simple renacer en territorio chileno.

 

“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.

 

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