Dr. Eduardo Solis Cespedes, director de la Escuela de Bioingeniería Médica de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica del Maule.

En el ámbito de la salud se pueden encontrar normas y decretos que regulan la tecnología médica, a través de procedimientos y protocolos para la mantención preventiva del equipamiento que se encuentra ubicado en centros de salud y el establecimiento de normal de uso y protección de la información asociada al paciente.

Sería interesante tomar en cuenta además que se considera tecnología médica todo el conjunto de técnicas, medicamentos, equipos y procedimientos utilizados por los profesionales de salud en mejorar la calidad de vida de los pacientes y la atención.

Si bien se asume que las nuevas tecnologías deben ser un avance y mejoría en la atención y su calidad, siempre es bueno considerar que deben cumplir con restricciones según su ámbito de aplicación, como criterios de seguridad, efectividad y costos para poder ser utilizadas.

Hoy tenemos el surgimiento de nuevas tecnologías que se han ido imponiendo y encontrando modos de aplicaciones en la salud, las cuales deben ser monitoreadas más de cerca y ser sometidas a regulaciones actualizadas para garantizar que se cumpla el objetivo principal y se garantice la seguridad del paciente.

Algunas de las tecnologías que han marcado estos últimos tiempos, que sería bueno conocer y analizar son:

– Cirugía robótica: Primeramente, fue la laparoscopia abriendo el camino de las cirugías asistidas por componentes “robóticos”. Los sistemas utilizados han ido evolucionando hasta recientemente que apareció el sistema Da Vinci, el cual revolucionó este campo al trabajar con cuatro brazos, permitiendo mayor precisión en las cirugías e incluso su realización a distancia, lo cual se ha potenciado hoy con el desarrollo de la tecnología 5G.

– Impresión 3D: Es una herramienta que se ha abierto paso, permitiendo la creación de modelos de simulación destinados a permitir la práctica de operaciones complejas en simuladores, la impresión de órganos a través de la bioimpresión, donde se emplean células madres, logrando crear estructuras tridimensionales que permitan mejorar la calidad de vida de pacientes que presentan algún órgano defectuoso.

– Prótesis biónicas: Las prótesis están presentes en nuestras vidas desde hace más de 2000 años, sin embargo, con el descubrimiento de nuevos materiales y tecnologías, han sufrido una enorme modernización, lo cual las ha llevado a mejorar su utilización y la calidad de vida de quienes las utilizan. Su aplicación ha ido desde la solución de problemas congénitos hasta amputaciones traumáticas. Ya en la actualidad emplean sensores inteligentes que recogen la señales que se generan y traduciéndolo en movimientos que de otra forma no sería posible.

– Realidad aumentada: A pesar de que surgió pensando en los juegos, es una tecnología con un amplio espectro de usos. En el ámbito de la medicina se ha instalado con algunas adaptaciones para la realización de simulaciones, la docencia y el campo de las imágenes médicas.

– Tecnología “wearable”: Con la miniaturización de los procesadores, se ha logrado desarrollar tecnologías que hace unos años era impensable que se pudiera llevar en el cuerpo de una forma cómoda. Este tipo de dispositivo electrónico está diseñado para recolectar datos de las actividades diarias, buscando mejorar la calidad de vida en general. Hoy podemos encontrar fácilmente a personas llevando en su muñeca un smartwatch que le controla varios signos vitales e incluso realizan estadísticas y propuestas orientadas a la salud del individuo. Este tipo de dispositivo ha encontrado múltiples aplicaciones, que van desde la restauración de la visión de un ojo dañado, a través del implante de un estimulante de fotorreceptores en la retina, hasta la recogida de niveles de óxido nítrico en sangre, por solo poner algunos ejemplos destacados.

– Nanotecnología: Este es un campo mucho más reciente, costoso y al que le queda mucho por desarrollar. De forma general, la idea futurista de la nanotecnología es llegar a obtener dispositivos de escala nanométrica con capacidad de actuar sobre zonas específicas, con elevada sensibilidad y especificidad. Idealmente que se logre cierta “inteligencia” en estos para que solo actúen al detectar por ejemplo cambio de temperaturas, estructuras químicas, desarrollos moleculares anómalos, lo cual los llevaría a tener aplicaciones en la quimioterapia del cáncer, en el suministro de fármacos en la diana específica para lo cual fue creado, buscando minimizar el efecto de los fármacos en nuestros cuerpos.

– Big Data e IA: En forma general el análisis de los datos y el uso de la inteligencia artificial han demostrado su utilidad en múltiples campos y la salud no se encuentra excluida. Este tipo de tecnología, si es empleada correctamente podría permitirnos prevenir enfermedades antes de que sean diagnosticadas. Podría entregar un mapa de salud que pueda ser analizado por los especialistas y encontrar información que probablemente no sería identificada de forma directa. De la unión del proyecto genoma humano y la aplicación de las técnicas de Big Data e IA, se deben obtener a mediano plazo conclusiones que resultarán muy interesantes, pero aún queda mucho por avanzar, sobre todo en el ámbito legal. La explosión de los datos médicos nos plantea un nuevo desafío que es la gestión de la información y la privacidad de los datos de los pacientes. Los datos médicos son ciertamente sensibles y deben ser almacenados con suficientes garantías de seguridad y respeto de la privacidad de los usuarios. A la vez deben de ser fácilmente accesibles para ser explotados por los especialistas, muchas veces de diferentes unidades o centros médicos.

Internet de las cosas (IoT): ¿Qué es IoT en medicina?

El IoT en salud es una tendencia en la cual se utilizan dispositivos inteligentes para mejorar la salud del paciente y reducir los costos asociados con esta área.  Con ella se busca brindar una experiencia más personalizada a los pacientes para que tengan más control sobre su propia salud.

¿Qué ventajas ofrece IoT en medicina? Pues mejora la capacidad diagnóstica, permite a los médicos diagnosticar mejor algunas enfermedades y dar seguimiento a su evolución, posibilita monitorizar y controlar a distancia el estado del paciente, aumento la eficiencia y productividad, gracias a las comunicaciones más rápidas entre los dispositivos y la información transferida, reduce costes para las empresas sanitarias, ya que una mayor eficiencia permite reducir costes en personal y mantenimiento.

Pero, a pesar de las ventajas que aporta IoT en salud, presenta al menos 3 grandes desafíos a los que se debe enfrentar:

• la interoperabilidad de las diferentes tecnologías y dispositivos médicos,
• el uso de los datos en el ciclo de vida de un paciente;
• y el acceso seguro y privado a los datos médicos del paciente para que pueda utilizarlos como parte de su historial clínico y hacer consultas con otros especialistas o centros médicos sin necesidad de pasar por un profesional.

Sin lugar a dudas son temas que aún se encuentran pendientes y que deben ser regulados para poder aplicar estas tecnologías y recursos con la total confianza de que la información y el recurso será bien utilizado.

¿Estamos preparados para utilizar y explotar de forma masiva las tecnologías más modernas en la salud?

Me parece que aún queda mucho por recorrer en el marco regulatorio y de protección del paciente.

En resumen, las tecnologías modernas en la medicina están transformando la forma en que se brinda atención médica, permitiendo aprendizajes, diagnósticos y tratamientos más precisos, seguimiento remoto de pacientes, tratamientos personalizados, entrenamientos realistas previos a cirugías, mejores recuperaciones de órganos y extremidades atrofiadas, etc. A medida que la tecnología continúa evolucionando, se espera que esta desempeñe un papel aún más crucial en el futuro de la medicina, mejorando la calidad de vida de las personas y salvando vidas.

Aún así, los avances tecnológicos van mucho más rápido que la capacidad con que se norma, regulan y restringen, volviéndose un tema sensible la realización de normativas y su fiscalización.