Opinión: “La Literatura como instrumento de cambio y participación”
Víctor Correa V, magíster en educación y bibliotecólogo coordinador del Campus Nuestra Señora del Carmen y San Isidro Los Niches de la Universidad Católica del Maule.
La lectura se ha convertido en una necesidad de conocimiento no solo de interpretar el mundo que trae consigo la literatura, sino de comprender el mundo en todos sus aspectos, es así como Mendoza y Briz (2003) postulan que la lectura ha sido concebida como “una actividad básica para la construcción de saberes, porque integra y reestructura diversidad de conocimientos a la vez que exige la participación del lector, que es el responsable de la atribución de significados y de la formulación de interpretaciones”.
Durante los primeros años escolares resulta fundamental desarrollar en los niños las funciones cognitivas y el lenguaje escrito, herramientas esenciales que nos sirven para conocer el mundo y relacionarnos con los objetos y personas que nos rodean. Ellas están a la base de cualquier aprendizaje y se estimulan y desarrollan adecuadamente, lo que permite “aprender a aprender” en un contexto de aprendizajes significativos.
En el rico y extenso viaje de la lectura se produce un acuerdo implícito entre el lector y el texto, una relación que se va cimentando página a página construyendo realidades, un viaje que si se convierte en hábito de lectura forma personas abiertas al cambio, orientados hacia el futuro.
Leer permite abrir la imaginación hacia nuevos campos, activar el descubrimiento, impulsa los procesos mentales, enriquece el vocabulario, tan desprestigiado y transfigurado por las redes sociales y por la rigidez y extensión de sus caracteres.
Es fundamental entonces, quien enseña no solo exija leer, sino que se “invite a leer “, a que los niños descubran que sus intereses pueden abrirles puertas y hacerlos participes de la lectura más que simples espectadores de la palabra.
Es evidente que el aprendizaje de la lectura no puede ser entendido como la simple adquisición de códigos gráficos, sino que se trata del desarrollo de la capacidad de elaboración y utilización de la lengua escrita, se deben crear las estrategias para que desarrollen una comprensión lectora que les ayuda en el futuro no solo personal sino académico, se debe preocupar que le haga sentido lo que leen y lo que entienden.
Si bien creemos es importante celebrar el día del libro opinamos que es mucho más importante hacer de este “el mes del libro”, en tiempos que es necesario releer a los clásicos, a los autores chilenos, aprovechar estos tiempos de encierro, cultivando y fomentando la lectura en los niños y los jóvenes, que en definitiva los ayudará a la mejor comprensión lectora, descubriendo como si fuera una muñeca matrioska, las capas por el gusto, la comprensión, lo que nos hace sentido y nos sirve para comunicarse y hacernos individuos de un colectivo, de una sociedad, que la forman las historias y que las construyen las palabras.
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“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.