Opinión: “La importancia del movimiento en el aprendizaje de los niños(as)”
Dra. Sandra Castro Berna, académica de la Escuela de Pedagogía en Educación Parvularia de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Católica del Maule.
Los niños(as) suelen moverse siempre, no se caracterizan por mantenerse quietos por mucho tiempo. Y eso es bueno, porque es clave para su desarrollo general, el movimiento es de suma importancia para crecer saludables.
Por causa de errores y/o desconocimiento, el movimiento del niño(a) se ha considerado como algo inconveniente o inadecuado, ha sido tristemente sancionado o criticado, otorgándole mayor importancia a la enseñanza pasiva del intelecto, y olvidando que el movimiento tiene conexión con la inteligencia.
Al momento de realizarse el movimiento se involucran diversos elementos, entre ellos el cerebro como el órgano encargado de recibir y procesar la información que el niño(a) capta a través de los sentidos, estos se encargan de recoger las impresiones para transmitirlas al cerebro. Los músculos(voluntarios) tienen la misión de ejecutar el o los movimientos, y los nervios actúan como integradores en todo el proceso comunicando la energía a los músculos. Siendo el movimiento meta del sistema nervioso.
La importancia del movimiento radica en que el niño(a) debe desarrollarse tanto física como mentalmente, es decir, el movimiento debe estar en todo momento considerado como una parte fundamental para lograr aprendizajes, equilibrando mente y cuerpo. El niño(a) desarrolla su propia inteligencia a través del movimiento, por tanto, debe ser creado y perfeccionado a través de experiencias prácticas, no tan sólo realizar ejercicios de movilidad, sino también en aprender a coordinar estos movimientos creados y construidos por la mente. En otras palabras, el niño crea sus propios movimientos y, una vez creados, los perfecciona y controla.
Como debe actual el adulto:
- Permitir que los niños(as) interactúen con otros y se relacionen libremente.
- Facilitar elementos para que los manipulen a su voluntad, como: para armar, desarmar, modificar o complementar, de esa forma se favorece el desarrollo del pensamiento aumentando la capacidad de razonamiento.
- Hablar frente a frente para que observen la forma de mover la boca al pronunciar cada sonido de la palabra.
- Conversar con regularidad para que se perfeccionen los músculos que producen el sonido y la palabra, además de la facultad de comprender los variados mensajes.
- Incluir día a día ejercicio físico, diversos juegos con diferente dificultad, el uso de materiales, herramientas y juguetes, como el juego libre en la naturaleza.
- Permitir que los bebés utilicen todos los sentidos para explorar el mundo, ejemplo de las acciones más comunes son chupar o morder los objetos, esto les permite desarrollar coordinación en la boca, mandíbula, mejillas, lengua y labios.
- Jugar a saltar, trepar, lanzar, tirar, y permita el gateo, ya que esto mejora la visión espacial, favorece el desarrollo visual (distancia entre mano y ojo), el manejo de las tres dimensiones espaciales, aumenta la resistencia para desarrollar el equilibrio, tonifica adecuadamente los músculos que más adelante permitirán que el niño mantenga la columna recta, además lograra infinidad de aprendizajes cognitivos.
- No obstaculizar o corregir los movimientos, dejar que sean con libertad y que se ejerciten de una manera autónoma y espontánea.
- Asegure un espacio suficiente y seguro para que se desplace a voluntad.
Si se quiere desarrollar la inteligencia, no se puede esperar que los niños(as) se mantengan inmóviles. No es cierto que los niños aprenden mejor cuando escuchaban en silencio y concentrados.
“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.