Opinión: El jardín en tiempos de pandemia (parte 1)
Enrique Misle, académico de la Escuela de Agronomía de la Universidad Católica del Maule.
A través de centurias y centurias y adonde quiera que volvamos la mirada, en cualquier lugar del mundo, el hombre ha cultivado jardines con más funciones que solo las productivas. Un jardín es contemplación, es percepción, es encuentro, celebración de la vida, relajación, desafío, creación, diseño, matemática, geometría, arquitectura, reflexión, inspiración, amor, entrega, estudio, análisis, experimento.
Ciertamente los orígenes de la voluntad por realizar jardines se remontan hasta las civilizaciones más antiguas de que se tenga registros y el reconocimiento de los efectos terapéuticos de plantas y de la horticultura data tal vez de más de 4000 años. Aunque la tradición más representativa en el mundo hispano se remonta al jardín persa y nabateo por vía del mundo árabe, otras aproximaciones como el jardín japonés tienen el concepto de un trozo de naturaleza traído al espacio del jardín, mientras enfoques modernos apuntan a un estilo minimalista o a un estilo funcional con orientación al ahorro de agua. En tanto, el jardín tradicional es la evocación del Jardín del Paraíso, pairideaza. Pero aún con toda la variedad de estilos, perdura y perdurará el romanticismo del jardín tradicional como evocación del Jardín Primordial, con una composición que balancea diferentes frutos, flores, colores, aromas, volúmenes, agua que fluye y una profundidad evocadora del mundo metafísico al que emula.
Pero sin duda, desde el punto de vista de quien se involucra en el jardín, primero en su percepción, contemplación y luego acción, hay un gran beneficio sobre su salud mental y física. En tiempos de estrés un jardín en cualquier espacio, es posible. Se puede buscar en internet y ver como muchas personas realizan jardines en espacios mínimos y hasta dentro de un departamento. Tan solo el contacto visual con plantas ha probado mejorar antes a enfermos en comparación con enfermos que no ven más que paredes. El ser humano no puede negar esa biofilia. Actualmente se publican artículos científicos sobre lo que ha venido en llamarse horticultura terapéutica o jardinería terapéutica. La mayoría de los estudios se han hecho en Estados Unidos, Europa, Asia y Medio Oriente y reportan importantes beneficios como alivio del estrés, de la severidad del estrés y depresión, ansiedad e índice de masa corporal, así como incremento en ánimo y bienestar, en la satisfacción con la vida, calidad de vida y sentido de comunidad. Resulta también útil en rehabilitación de ciertas enfermedades y en particular en el adulto mayor. Indudablemente, si además se cultivan hortalizas y que se manejen sin plaguicidas, habrá un beneficio mayor al consumir alimentos sanos.
El jardín es inspiración, es fuente, es manantial de vida. En la tradición árabe está escrito: “Dios es hermoso y ama la belleza”.
“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.