Opinión: “EVALUACIÓN AUTENTICA: UNA HERRAMIENTA NECESARIA”
Giannina Flores Meza, Educ. de párvulos (UCM) Mg. en Educación y Mg. en Educación Inicial. Doctorante en Educación y Tutora de prácticas de la carrera de Educación Parvularia UCM, sede Curicó de la Universidad Católica del Maule.
La evaluación autentica nos permite ampliar lo que conocemos como evaluación tradicional, por medio de tareas realistas, contextualizadas y significativas para nuestro/as estudiantes. Las evidencias de estos procesos se deben realizar por medio de la reflexión y el análisis del instrumento por el cual obtendremos la información requerida, si este se ajusta a cada una de las necesidades, además de las nuestras como docentes. Un buen ejemplo de esto, sería el poder entregar opciones de la manera por la cual se desea ser evaluado, además del carácter cualitativo o cuantitativo. En los niveles preescolares y/o primer ciclo recolectar la información en diferentes momentos de la jornada. Promoviendo así la participación activa de los/as agentes involucrados/as, como lo es también la familia. Orientando al diseño de instrumentos de evaluación de los procesos de enseñanza.
Este tipo de evaluación permite intencional en los estudiantes las ansias por seguir aprendiendo, generando retroalimentación a sus individualidades, por medio de diálogos reflexivos y de andamiaje en el cual nosotros/as somos sus compañeros/as del proceso.
La evaluación ha sido considerada desde el ámbito pedagógico como la forma de evidenciar si los contenidos entregados a los estudiantes en clases son adquiridos al pie de lo expuesto por el profesor de manera memorística, por medio de una prueba que por lo general se realiza de manera escrita, entregando demasiada importancia al número calificador como un todo.
En algunos establecimientos esta forma de evaluar sigue estando arraigada en las prácticas pedagógicas, resultando muy complejo para algunos docentes el poder visualizar otras formas o maneras en que los estudiantes demuestren su dominio, comprensión y adquisición de conocimiento de la disciplina trabajada.
La evaluación auténtica debe tener carácter integrador, promoviendo igualdad entre las diferencias que presentan nuestros estudiantes, ya sea por habilidades, estilos de aprendizajes, personalidad, entre otras/os.
El documentar y recopilar la información para el análisis del proceso pedagógico debe ser de carácter formativo continuo, mediante una diversidad de instrumentos, autorreflexión de las propias prácticas, promoción e implementación de estrategias de metacognición en niños y niñas de manera que sea un conjunto de aspectos los que nos permitan que realmente, tal y como su nombre lo indica dicha evaluación sea autentica y genuina.
“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.