Opinión: Día Mundial de la Protección Radiológica: grandes lecciones históricas - Universidad Católica del Maule
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Opinión: Día Mundial de la Protección Radiológica: grandes lecciones históricas

Opinión: Día Mundial de la Protección Radiológica: grandes lecciones históricas
15 Abr 2020


Por Andrés Cabezas Cabrera, director de la Escuela de Tecnología Médica de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Católica del Maule.

La radiación pasó de ser aplicada sin mayor control en el siglo XIX, a ser objeto de investigación y análisis para aprovecharla sin poner en riesgo a los pacientes. los tecnólogos médicos con mención en Imagenología y Física Médica, son los únicos profesionales universitarios formados para mantener las exposiciones tan bajo como razonablemente sea posible.

La historia de los Rayos X se inicia a fines de 1895, en una época de gran expansión industrial, progreso, modernidad, pero a su vez, de mucho desconocimiento y despreocupación.

Inicialmente las radiaciones fueron adueñadas por los médicos, desconociendo su naturaleza, pero con la convicción de que eran muy beneficiosas para sus pacientes; el entusiasmo y su fe en la ciencia eran tan intensos que se creían protegidos, inmunizados e hicieron caso omiso a las indicaciones de los científicos y especialistas.

No obstante, se dieron cuenta muy pronto de que manipularlas sin protección conllevaba a enrojecimiento, quemaduras e incluso ulceraciones en la piel. De hecho, alrededor de 400 médicos murieron en el mundo víctimas de las radiaciones.

A partir de esto, se comenzó la intensa carrera investigativa sobre los efectos nocivos de las radiaciones, y se establecieron así las primeras recomiendaciones en radioprotección. La verdadera expansión de conocimiento de la protección radiológica se inició a partir de los años 1920 con los trabajos del sueco Rolf Sievert, un verdadero pionero en esta área.

A partir de estos avances, se creó el “Comité Internacional de Protección contra los Rayos X y el radio” (hoy Comisión Internacional de Protección Radiológica, CIPR) y se fijó históricamente el primer límite de dosis.

Con el paso de los años, el CIPR no solo bajó las dosis a los trabajadores, sino también al público. A partir de la necesidad de responder las incertidumbres de los efectos a bajas dosis nació una nueva disciplina: la Radiobiología.

Nació también el Comité científico de las Naciones Unidas para el estudio de los efectos de las radiaciones atómicas (UNSCEAR). En la otra vereda, las experiencias obtenidas a partir del ataque nuclear a Hiroshima y Nagasaki y su descontrolada tasa de leucemia, aceleraron la toma de conciencia internacional y la necesidad de prudencia frente al uso de las radiaciones. Se generó la necesidad de bajar aún más las dosis de radiación y sus consecuencias sanitarias.

Casi un siglo de investigación, ha hecho progresar considerablemente los conocimientos sobre los efectos de las radiaciones ionizantes; no obstante, aún no han permitido resolver del todo las incertidumbres relacionadas con el riesgo a bajas dosis.

En ese sentido, los tecnólogos médicos con mención en Imagenología y Física Médica, son los únicos profesionales universitarios formados para una atención del paciente, bajo los sólidos fundamentos de la radioprotección, la radiobiología y bajo el riguroso marco de mantener las exposiciones l tan bajo como razonablemente sea posible (As Low As Reasonably Achievable, ALARA) siendo este principio la piedra angular de la protección radiológica.

 

“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.

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