Opinión: “El desafío de la inclusión universitaria en la Región del Maule”
Profesora Katerin Gutiérrez Ávila, gestora de inclusión y discapacidad del Centro de Apoyo al Aprendizaje de la Universidad Católica del Maule.
Cada vez somos más conscientes de las barreras que enfrentan las personas con discapacidad, superando el asistencialismo que limitaba sus posibilidades de desarrollo académico y personal. Aunque existen más opciones de ajustes en la Prueba de Acceso a la Educación Superior, el acceso igualitario requiere también brindar los apoyos necesarios para una experiencia equitativa. Las universidades, como centros de conocimiento y cambio social, tienen la responsabilidad de educar en inclusión y equidad para construir una sociedad más justa.
En la Región del Maule, la creación de espacios accesibles y de apoyo para estudiantes con discapacidad es una tarea pendiente. La inclusión es un derecho urgente para garantizar la equidad en la educación superior. La Universidad Católica del Maule ha sido pionera en este sentido y aborda este desafío desde hace varios años. Ahora mediante un nuevo diagnóstico busca implementar políticas inclusivas actualizadas para eliminar barreras y mejoren la calidad educativa y laboral. La accesibilidad física es solo el inicio; también es crucial adaptar materiales, invertir en tecnología especializada y capacitar a la comunidad en general para garantizar un entorno verdaderamente inclusivo.
La formación del personal universitario no debe ser solo para conocer leyes, sino para entender y eliminar las barreras que enfrenta el estudiantado con discapacidad. La formación continua es crucial para crear un entorno de respeto y apoyo. La inclusión requiere una cultura universitaria que valore la diversidad, y esta transformación es posible con el compromiso de todos.
Si bien el Estado y los organismos educativos tienen responsabilidad en las políticas inclusivas, el cambio real ocurre en la práctica diaria. Las universidades deben aplicar estas políticas para generar un impacto positivo en la vida de las personas, cumpliendo un rol no solo académico, sino social.
El camino hacia la inclusión es largo y requiere más que buenas intenciones; necesita un cambio estructural que incluya accesibilidad física, formación del personal y adaptación de recursos pedagógicos. Es responsabilidad de toda la comunidad universitaria. En la Región del Maule y en todo Chile, debemos asumir este desafío para garantizar equidad y calidad en la educación superior. Las universidades, incluida la Universidad Católica del Maule, deben liderar este cambio y convertirse en verdaderos espacios de inclusión.
“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.