Opinión: Cuidemos las aguas termales del Maule que tienen alto potencial biótico
Dra. Aparna Banerjee, investigadora de la Universidad Católica del Maule.
Chile cuenta con inmensos recursos naturales ocultos en él. Cuando miramos en nuestra región del Maule, vemos que aún no ha sido explorada en términos de su diversidad y potencial biótico (de organismos vivos). El Este, dominado por montañas andinas nevadas y altísimas y el Oeste, con el Océano Pacífico, hacen que este sector albergue ecosistemas únicos que debemos conservar.
Dentro de las siete reservas nacionales y uno de los parques nacionales, hay más de 10 fuentes termales registradas, situadas de forma solitaria al borde de montañas de origen volcánico. Si bien algunos volcanes aún están activos y otros no, junto a un grupo de investigadores, estamos tratando de entender las huellas microbianas de estas aguas termales para conocer con exactitud qué vida está brotando en un ecosistema que de otro modo sería inhóspito para los humanos, considerando que las temperaturas oscilan entre 38 y 92°C, con un pH extremo.
Las aguas termales son la clave para comprender la forma de vida más temprana de la Tierra, ya que imitan un ambiente de cómo era el planeta hace millones de años, presentando características similares como la alta temperatura de ebullición, diferentes metales traza y complejos metálicos y pH extremo.
Nuestro proyecto Fondecyt de Iniciación está enfocado en obtener polisacáridos bioactivos de los microbios que prosperan en estos ecosistemas únicos. Está orientado a su vez al desarrollo económico del país utilizando recursos alternativos mientras se conserva el ecosistema tal como está.
Estamos trabajando desde el Centro de Investigación de Estudios Avanzados de Maule (CIEAM), perteneciente a la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado (VRIP) con el apoyo del Centro de Biotecnología de los Recursos Naturales (CENBio) y también el Laboratorio de Ecología de Abejas (LEA) y lo que observamos es que las aguas termales son ricas en metales traza, metales pesados y metales de transición como mercurio, arsénico, antimonio, circonio, plata, hierro, cobre y más, ya que son de origen volcánico.
Los microorganismos que prosperan en estos ecosistemas son altamente termoestables para su supervivencia en temperaturas elevadas, por lo que los bioproductos producidos por ellos también tienen una alta demanda científica e industrial. Por ejemplo, actualmente en Estados Unidos la bacteria Thermus aquaticus del Parque Nacional Yellowstone es ahora el componente clave del kit de pruebas de COVID19, ya que la enzima producida por esta bacteria puede soportar reacciones de PCR de alta temperatura.
Con la investigadora Dra. Aleydis Gómez Ríos, estudiantes de pregrado de Biotecnología y algunas colaboraciones internacionales, nos centramos en obtener algunos polisacáridos termoestables bioactivos de las aguas termales del Maule, que se pueden implementar para su uso en la industria alimentaria como antioxidante biológico y agente emulsionante con propiedad mejorada, con cero componentes químicos.
Necesitamos preservar estos ecosistemas únicos, de la alta presión turística para que el entorno exclusivo se conserve tal como está, ya que más huellas ecológicas conducirán a la destrucción y el desequilibrio de las biotas allí, conduciendo al desaprovechamiento del potencial biotecnológico que tenemos en nuestra región.
“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.