Opinión: “Agricultura en alerta roja: no hay agua, no hay gente, no hay insumos”
agriculture and farming solutions concept with jigsaw pieces
-Claudio Fredes, académico de la Escuela de Agronomía de la Universidad Católica del Maule.
“Hay dos tipos de problemas: los que se solucionan solos y los que no tienen solución”, dijo un político de los 60 en Chile, una frase “pal bronce”. En la agricultura estamos definitivamente en el segundo tipo de problema (no tiene solución) y solo queda rogar para pasar al primer tipo de problema (se solucionan solos). Permítanme escribir esta personal columna de opinión.
Empecemos por el primer problema en orden de importancia: no hay agua para regar. Me llegan todos los días videos y noticias al grupo WhatsApp de los ex compañeros de Agronomía sobre esta mega-sequía. No quiero ser alarmista, pero con 75 de lluvia caída en Curicó entre enero y julio 2021, no llegamos ni a la mitad del camino. Lo malo es que esto se venía venir.
Los modelos predictivos del cambio climático ya habían estimado que la zona Cetro Sur del país se afectaría gravemente. Y no se ven políticas estructurales del Estado que estén al mismo nivel de urgencia que la emergencia. Recordemos que el sector agropecuario tiene alta repercusión social como primera fuente de empleo y de dinamismo de toda la cadena económica (trasportistas, insumos, energía, entre otros.) Y este estatus no ha merecido una atención proporcional al problema.
El segundo problema es que no hay gente para trabajar. Esto se venía incubando hace muchos años atrás y su causa está la simpleza de la ley de oferta y demanda. Hay muchísima oferta de empleo agrícola, estimulada a su vez por la gran demanda de productos agrícolas nacionales en todo el mundo, sobre todo de China. Se preveía la demanda de productos nacionales del país abierto al comercio mundial, pero parece no se previó que no hay acá suficientes trabajadores para llenar esta demanda. Antes el problema era sólo en cosecha, pero este año ha costado muchísimos incluso tener gente para labores de invierno. Todo ello agravado por la pandemia por COVID19, falta de mano de obra migrante, envejecimiento poblacional y por supuesto, por bonos y retiros.
El tercer problema: no hay insumos agrícolas. Este problema, si bien es el menor de los tres mencionados y está relacionado con la pandemia, no es menor. No hay stock. Los importadores de insumos agrícolas (desde camiones hasta tornillos) se han visto en graves problemas para abastecer a sus clientes, deshaciéndose en un mar de explicaciones. Los packing deben competir en cajas de frutas con la inmensa demanda de cajas para delivery. Los fitosanitarios para el control de plagas llegan tarde y ya no sirven o están agotados. Hay problemas para conseguir repuestos para construcción y mantención de distintos equipos necesarios para la agricultura actual.
Finalmente, queda para reflexionar si los problemas son causa nuestra o ¿Dios se ensañó con nosotros y nos está castigando? ¿Son problemas planetarios o sólo de Chile?, ¿Qué tenemos que ver nosotros con la deforestación del Amazonas? “No sabemos ni nos interesa” dicen unos “A preguntas sin prepuestas ¿Quién te podrá responder?”, dicen otros.
“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.