Dr. José Neira Román, ingeniero en recursos naturales renovables, académico de la Escuela de Ingeniería en Recursos Naturales de la Universidad Católica del Maule.

A la fecha de hoy, Chile es uno de los primeros países en Latinoamérica en agotar sus recursos disponibles. De hecho, de acuerdo con la red global de la huella ecológica (GFN por sus siglas en inglés), agotamos nuestros recursos el 18 de mayo del presente año (EOD), pero qué significa que hayamos ocupado nuestros recursos, bueno en pocas palabras hemos utilizado la capacidad de generación de recursos para un año, mientras que el resto del año los recursos que consumamos son en detrimento del medio ambiente y su capacidad de resiliencia.

A nivel global, se estima que el día 22 de agosto de este año acabamos nuestros recursos y al final del año habremos consumidos 1,6 veces la disponibilidad de los recursos en la Tierra, ¿pero esto es acaso eso posible? … para poder responder está pregunta, debemos comprender mejor de que estamos hablando y explicar cómo estimamos el día en que agotamos nuestros recursos (EOD). El EOD se calcula en función de los recursos que son generados en ese año, la huella ecológica del mundo (o país) y los días del año.

Si bien podemos criticar los supuestos que se utilizan para poder determinar el EOD, como por ejemplo la demanda de los biorecursos se calcula a nivel per cápita con una población creciente o como que no está bien estimada la capacidad de recuperación de los recursos del océano o del suelo. Lo importante de este indicador es que nos indica que nuestra huella ecológica dista mucho de ser neutral, y que por lo tanto estamos generando detrimentos ambientales que finalmente nos afectan de distinta manera, y que irán en aumento.

Es importante que, para poder solucionar nuestra situación actual, debemos igualar la capacidad de generar recursos con el consumo humano, sin superar la resiliencia de la Tierra. Para lograrlo, debemos plantearnos un paradigma que relaciona la satisfacción de nuestras necesidades con el medioambiente en el que queremos vivir, o que queremos dejar a las futuras generaciones.

Si bien podemos plantear que existen diversas formas de abordar este desafío, los podemos simplificar en que debemos disminuir o regular nuestro consumo y el que debemos desarrollar nuestras actividades de una manera más amigable con el medioambiente, en ambos casos debemos enfocarnos en crear una cultura ambiental, crear profesionales que aborden esta problemática y que nos orienten hacia el desarrollo sostenible, y finalmente, que el Estado fomente la investigación de las Universidades para solucionar problemas ambientales,  y  la innovación, de las empresas hacia tecnologías menos contaminantes.

“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.