Mujeres en construcción: anímense, chiquillas
En el sector de la construcción en Chile un 4 por ciento son mujeres, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Empleo (ENE) 2021.
Elvira Chirino se dirigía un día al supermercado cuando vio un aviso en una constructora, preguntó y quedó como aseadora. En poco tiempo se ganó un espacio como maestra, y aspira llegar a usar el casco blanco, como capataz. María Teresa Castillo, quien estaba aburrida trabajando en un huerto, también ingresó como aseadora, y aunque le han ofrecido otras tareas de mayor responsabilidad, todavía no se atreve. Ambas son parte del pequeño 4 por ciento de mujeres en la construcción, una cifra que se repite a nivel regional y nacional, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Empleo (ENE) 2021 realizada por el Observatorio Laboral del Maule-SENCE, ejecutado por la Universidad Católica del Maule (UCM). En el Maule esto significa que hay 1.683 mujeres en trabajos asociados al área, frente a 44.127 hombres.
En el día internacional de la mujer estos datos y los casos de Elvira y María Teresa permiten reflexionar sobre las brechas y avances en temas de equidad de género, donde e ingreso de la mujer al mundo del trabajo refleja estas inequidades, comenta la directora del Observatorio Laboral del Maule-SENCE, Irma Carrasco. Precisó que hoy en la región del Maule existe una tasa de ocupación de un 53,7%, compuesta de un 65, 9 % de hombres ocupados por sobre el 42,1% de mujeres ocupadas.
Históricamente, hay actividades laborales que han sido eminentemente femeninas, como educación, salud, y carreras del área social. “Sin embargo, encontramos una situación opuesta en actividades que están fuertemente masculinizadas, como construcción y transportes”, adviertió Irma Carrasco. Pero un estudio que se difundirá próximamente sobre inserción laboral de las mujeres en el sector de la construcción realizado el 2021 por el Observatorio Laboral del Maule-SENCE en conjunto con la Cámara Chilena de la Construcción Talca (CChC) develó que existe un espacio real de inserción laboral, afirma la directora del Observatorio.
Así, en el área de la construcción, un área predominantemente masculina, la presencia femenina tiene mucho espacio de crecimiento, pero hay que seguir derribando mitos y vallas. De ello está muy convencida María Ignacia Cepeda, presidenta de la Comisión Mujeres de la CChC. De acuerdo con su experiencia y los estudios realizados, los equipos de trabajo se complementan y mejoran con la inclusión de mujeres, e incluso los índices económicos suben. Además, se trata de un ámbito laboral estable para quienes se deciden a incursionar en él, añade Maria Ignacia. Sin embargo, “hay un poco de miedo de los hombres y de las propias mujeres”, dice.
Desayuno para desahogarse
Es lo que le ocurrió a María Teresa, quien a sus 61 años se siente muy segura en su trabajo como aseadora, pero aún no se atreve al siguiente nivel: “Trabajamos de lunes a viernes limpiando ventanas, escombros, y también aseo más fino. Mis jefes dicen que soy la mejor y me han dado la posibilidad de otra cosa, pero me da miedo”.
Su compañera de trabajo, Elvira, de 54 años, ya tenía experiencia en la construcción y se siente muy motivada y capacitada para ejercer labores más exigentes: “Empecé en la construcción en 2014. Eso se debió a que me separé y me fui de la casa, necesitaba tirar pa´arriba. Fui aprendiendo de mis compañeros”.
En la experiencia de ambas mujeres, sus compañeros de trabajo ni las han discriminado laboralmente ni les han faltado el respeto, como ha sido el caso de otras mujeres. En la constructora donde trabajan, se reúnen periódicamente en un desayuno solo con mujeres para hablar de temas que puedan estar afectando su trabajo, incluido el respeto entre hombres y mujeres. “Es un desayuno para desahogarse”, contó María Teresa.
Para María Ignacia, de la CChC, la presencia de la mujer en obra es lo que hasta ahora está dando mejores frutos, de tres líneas de trabajo que se propusieron como organización. Otra línea de trabajo que están desarrollando y que también está generando buenos resultados es la inclusión de mujeres en el ámbito gremial, con votaciones que cada vez más ponen a las mujeres en cargos gremiales. La línea más débil sigue siendo “mujer en alta dirección”.
María Ignacia cuenta que insistirán, como Cámara, en mejorar esas cifras. “Queremos que existan mujeres liderando, así que vamos a seguir fomentando actividades para que ellas puedan escalar. Ya firmamos un convenio con SENCE y Sernameg”.
Al respecto, la directora de SENCE, Alejandra Harrison afirma: “Sin duda estos ejemplos que nos entregan María Teresa, Elvira y María Ignacia nos llevan a seguir potenciando los esfuerzos que hemos estado realizando a través de SENCE junto a Sernameg y la Cámara Chilena de la Construcción, en el sentido de incentivar a que las mujeres se capaciten en áreas que anteriormente eran sólo para varones. Ya avanzamos en la parte forestal, con un convenio con CORMA, siendo pioneros en el país, destacado por medios de Argentina. También lo estamos haciendo en la construcción; y así queremos seguir abarcando otros lugares impensados para las mujeres con la idea de ir equiparando la cancha”, agregó Alejandra Harrison, directora regional de SENCE.
Alejandra Harrison destaca, en ese sentido, el apoyo del Observatorio, proyecto ejecutado por la Universidad Católica del Maule: “Nos han ayudado a apuntar directamente en detectar a través de los estudios que han realizado dónde potenciar nuestra labor en pos de las mujeres en el ámbito de la capacitación y la parte laboral”.
“La idea es que más mujeres evangelicen y abran caminos”, sintetizó María Ignacia. Y así lo están haciendo exitosamente Elvira y María Teresa, quienes ya dieron el primer paso, y hoy solo piensan en todo lo que el rubro de la construcción les ofrece como desarrollo laboral, económico y personal.