Mascarillas, guantes quirúrgicos y envases de alcohol gel: Las nuevas amenazas para el medio ambiente
En el marco del Día del Medio Ambiente, el director de Escuela de Ingeniería en Recursos Naturales, hizo un llamado a ser conscientes de los residuos que se están generando durante el periodo de cuarentena e insta a las personas a hacerse cargo de sus residuos clínicos, que demorarán décadas en degradarse.
Durante el periodo de cuarentena sucesos positivos se han visto a lo largo del mundo: cielos despejados en las grandes ciudades, aguas cristalinas en canales urbanos y fauna recuperando sus hábitats. Sin embargo, no se ha puesto mayor atención a la gran cantidad de mascarillas, guantes quirúrgicos y envases de alcohol gel que hoy forman parte de la basura debido al COVID19 ¿Nos estamos haciendo cargo de estos residuos plásticos?
El director de Escuela de Ingeniería en Recursos Naturales de la Universidad Católica del Maule, Dr. Patricio Ulloa, en el marco del Día del Medio Ambiente que se celebra este 5 junio, hizo un llamado a las personas a ser conscientes con el entorno y buscar la manera de no dañar el ecosistema con este tipo de insumos, que demorará décadas en degradarse.
“Si no estamos seguros de que material están hechos estos elementos, debemos asumir que son desechos plásticos y por ende dañinos para el ambiente. Si terminan en un relleno sanitario municipal, tardarían décadas en degradarse, pero si terminan en nuestros afluentes y océanos, podría ser más tiempo y dañarán el ecosistema”, explicó.
Aumento de basura domiciliaria
El estilo de vida de las personas ha cambiado debido a las cuarentenas, ahora toda la actividad se centra en los hogares, por lo que según mencionó Patricio Ulloa, en las ciudades bajo confinamiento, se está generando menos basura en los comercios e instituciones, pero esta diferencia ahora se encuentra en aumento en la basura domiciliaria.
“Hay mayor cantidad de desechos de vidrio y aluminio debido al aumento de comidas y bebidas consumidas en casa, y de cartón por las compras artículos a domicilio. Además, muchos han aprovechado la oportunidad para deshacerse de cosas y han debido adaptar sus hogares con espacios para ser usados como oficinas y/o escuelas. Sin embargo, hay nuevos desechos que jamás hubiéramos pensado tener, como las mascarillas, guantes quirúrgicos y envases de alcohol gel usados”, mencionó Patricio Ulloa, directora de Escuela de Ingeniería en Recursos Naturales de la UCM.
Según explicó el docente de la UCM, en la ciudad de Wuhan, el epicentro de la actual pandemia y que es hogar de más de 11 millones de personas, se generaron más de 200 toneladas de basura clínica en un solo día, lo que correspondía a cuatro veces la cantidad de basura que la municipalidad local podía incinerar.
“A esta situación se sumó que la OMS llamó a los productores de equipamiento de protección médica a aumentar su producción un 40%, incluyendo guantes y mascarillas. Sin embargo, la escasez de estos elementos se agravó aún más, después que varios países recomendaran el uso de mascarillas en la población en general. Esto llevó a peligrar el stock de estos elementos para el personal de salud y países como EE.UU., Alemania y Corea del Sur, prohibieron su exportación”, mencionó.
El llamado que realizó es a ser responsables con el uso de equipamientos de protección médica, puesto que en primera instancia se debe asegurar el stock de estos elementos para el personal de la salud, y para la gente contagiada, población de riesgo y sus cuidadores. “Para el ciudadano común, sigue siendo más importante mantener la distancia social y el frecuente lavado de manos. Si vamos a usar estos elementos, debemos ser respetuosos con nuestros pares y el medioambiente, utilicemos mascarillas hechos en casa o en nuestra comuna, hay información abundante de cómo hacerlas y de buena calidad”, acotó.
Y agregó que “Le dejamos a nuestros hijos una Tierra al borde del colapso, y para enmendar el daño que hemos realizado nosotros y nuestros ancestros, debemos educar a las nuevas generaciones mediante el ejemplo. No debemos esperar que los gobiernos nos ejerzan presión para cambiar nuestros hábitos para revertir el daño ambiental, si no que nosotros mismos debemos generar conciencia y de este modo ejercer presión para cambiar las políticas públicas de esta sociedad de consumo”.