¿Por qué los kinesiólogos UCM son diferentes? Escuela tiene un modelo de razonamiento clínico propio pionero en Chile
Un abordaje integral al paciente y la justificación científica del rol de los profesionales del movimiento humano, es lo que plantea el modelo Función/Disfunción propuesto en 2006 por el Dr. Hernán Maureira Pareja, académico de la Universidad Católica del Maule.
La mayoría de las personas solo concebimos dos estados en el ser humano: salud y enfermedad. Sin embargo, un adulto mayor puede ser saludable, pero presentar problemas para desplazarse, lo que implica que ha perdido su funcionalidad. ¿Tienen algo que aportar en ese caso los profesionales de la kinesiología?
Hernán Maureira, entrega un sí rotundo. Él es académico de la Escuela de Kinesiología de la Universidad Católica del Maule (UCM) y creador del Modelo Función/Disfunción del movimiento humano bajo el cual se forman los profesionales de esta escuela, la segunda con más trayectoria de Chile y cuyos orígenes se remontan a 1973.
“Este modelo es una forma de comprender nuestro rol. Nosotros no estudiamos el movimiento per se porque para de ello está la física. Tampoco estudiamos de forma particular el movimiento humano porque para de eso se encargan las ciencias de la actividad física. Los kinesiólogos estudiamos el movimiento cuando este se usa para cumplir los roles que el ser humano quiere cumplir, es decir un movimiento que tiene sentido para la funcionalidad de la persona”, explica Maureira.
Para Claudio Vásquez, estudiante de quinto año de la carrera “uno de los sellos de nuestra escuela que 47 años, es este paradigma función/disfunción porque nosotros abordamos con un sello propio al paciente que otras escuelas no tienen. Lo bueno es que va ligado a la funcionalidad y no a la enfermedad a la que casi siempre se la da énfasis, en cambio, nosotros vemos al paciente como una persona”.
Un modelo propio
Fue en 2006 y luego de muchos años de preparación y de reflexión que el académico propuso este modelo a través del cual se busca comprender integralmente a un paciente y justificar el rol de los kinesiólogos desde la perspectiva disciplinar y científica.
“Los ejes que componen este modelo pueden colocarse en un plano cartesiano donde tendremos, por un lado, salud-enfermedad y, por otro, funcionalidad-disfuncionalidad. Emerge una visión integral del ser humano: con una condición de estado de salud, de expresión del movimiento y de expresión de funcionalidad. Cuando uno junta los tres ejes se da cuenta de que es algo tridimensionalidad y que la persona se mueve entre esos ejes”, asegura.
Maureira puntualiza que “una persona saludable y con expresión de funcionalidad está en situación normal, allí el kinesiólogo, según un modelo tradicional en el que solo se concibe la salud y la enfermedad, no tendría cabida, ¿entonces dónde quedan los roles de la promoción y prevención en salud?”.
El profesional de la kinesiología debe ser capaz de actuar en cualquier cuadrante del modelo. Si hay enfermedad, pero hay función –tal como ocurre en personas con diabetes-, el kinesiólogo puede aportar para que la funcionalidad se mantenga. “Si bien, no va a revertir el diagnóstico porque una persona diabética lo será por el resto de su vida, su funcionalidad sí puede variar. De hecho, se ha demostrado que, para controlar la diabetes, el ejercicio es fundamental”, indicó el académico.
En el caso de que haya salud, pero disfuncionalidad como en una persona mayor, la kinesiología también puede dar respuesta. “Y en una persona que está muy enferma y cuya funcionalidad está disminuida, como en alguien que esté en una unidad de cuidados intensivos, por ejemplo, los kinesiólogos estamos con ella aplicando técnicas de ventilación mecánica”, añadió.
Esta concepción de la profesión ha sido seguida como ejemplo por instituciones como la Universidad Austral de Chile y destacada en México y en Brasil. Para Hernán Maureira, “los kinesiólogos UCM son distintos porque tempranamente adquieren herramientas para enfrentar las disfunciones del movimiento humano en la práctica, se hacen consientes de esa responsabilidad social y generan como sello una disposición a la ayuda porque, desde el momento en que comienzan a analizar cómo se entiende el movimiento, emerge esta idea de servicio frente al otro”.