“Lo que estamos exportando hoy día, en términos de recursos económicos, es muy similar al año 2017”
El académico de la Universidad Católica del Maule, Dr. Cristian Adasme, analizó los principales efectos negativos que se han registrado en la producción frutícola y envíos al extranjero de la Región de O’Higgins y Maule, a causa del COVID19.
La pandemia por COVID19 impactó negativamente la economía de los países. Según datos del Banco Mundial, en el caso de Chile, uno de los puntos negativos es que ha habido una menor demanda de envíos agrícolas.
Las exportaciones han caído un 11,9%, la importación ha registrado bajas de un 4,4% y según explicó el Doctor en economía agraria y académico de la Escuela de Ingeniería Comercial de la Universidad Católica del Maule, Cristian Adasme, la balanza comercial ha experimentado una disminución de un 16%.
“Si nosotros miramos esto en términos de las exportaciones, lo que estamos exportando hoy día, en términos de recursos económicos, es muy similar al año 2017, es decir, debido a la situación de la pandemia, estamos vendiendo lo mismo que hace tres años, para tener una idea general”, explicó el Dr. Cristian Adasme.
Efectos para la producción agrícola
Precisamente estos efectos son los que preocupan tanto a los productores agrícolas, como las grandes transnacionales exportadoras. Sobre cómo se prevé el panorama en cuanto a la producción agrícola, el académico UCM dijo que “Al principio obviamente se generó mucha incertidumbre, porque, en definitiva, el proceso productivo estaba ya instalado, se estaba comercializando. Por ende, algunos exportadores tuvieron que vender a un menor precio, ya que había que sacar el stock que estaba en los barcos y en los puertos y como le sucedió a casi todos les sectores, tuvieron mermas”.
Sin embargo, estas pérdidas han sido mucho mayores en sectores como el forestal, donde han experimentado una reducción en las exportaciones del orden más o menos desde los 100 millones a los 2500 millones, a la fecha. “Pero hay otros sectores, por ejemplo, como el vitivinícola, que, si bien tuvo una merma al principio, después se recuperaron y en definitiva el impacto no ha sido tan devastador; hablamos de pérdidas de alrededor del 9% en este caso”, acotó el académico UCM Cristian Adasme.
Según explicó, lo que ayudó a aminorar estos efectos en la industria vitivinícola, fue que ha aumentado durante los últimos años el número de consumidores de vino. Sin embargo, es enfático al señalar que las cifras en términos de exportación, son todas negativas, comparadas con periodos anteriores. “un elemento que hay que señalar, en un principio, se pensaba en un aumento de precios, producto de esta situación. Hoy en día eso no se refleja en términos tan estrictos. En la actualidad tiende más bien a una estabilización de los precios”, detalló.
“Otro elemento también que es relevante señalar con respecto a estos efectos, es el cierre de los mercados en general, lo que ha hecho que, las exportaciones cayeran en comparación a los años anteriores”, comentó.
E-commerce como alternativa
Una de las alternativas que propone el docente UCM, para paliar los efectos negativos que ha producido la pandemia en la economía del mundo agrícola, es el uso del e-commerce, como una manera de seguir generando ventas. “Es necesario acelerar el proceso de adaptación hacia el e-commerce, pasar desde lo presencial hacia el comercio en línea. Si bien ya hay experiencias desde las cosas cotidianas que nosotros podemos ver localmente, como la tienda de frutas y verduras que entrega a domicilio o las empresas vitivinícolas que también han implementado este tipo de comercio”.
Para ello, explicó, que es necesario realizar capacitaciones en torno al e-commerce, contar con un equipo de personas que sepan utilizar las páginas web y tener, además, todo el stock suficiente, poder hacer las transacciones y responder en las fechas que corresponda.
Otro elemento que es relevante, por lo menos desde la perspectiva agrícola, es la integración de todos los actores que están involucrados, eso significa tratar de acortar las cadenas comerciales, contar con centros de abastecimiento que respeten las medidas sanitarias y evitar contagios
Otra de las dudas que surgen en torno al desarrollo económico agrícola, es cómo se prevé que será al trabajo de temporada que está por comenzar, y del cual dependen muchas familias de las regiones O’Higgins y Maule, que trabajan durante estos meses como temporeros agrícolas.
Al respecto, indicó que “La consecuencia negativa que podría presentar el trabajo temporal, está en la disponibilidad de mano de obra. Esta disponibilidad de temporeros se puede ver afectada por rebrotes masivos que impidan que las puedan ir a trabajar; confinamiento en el lugar de residencia; incumplimiento de los protocolos sanitarios en el lugar de trabajo. En consecuencia, una baja disponibilidad de mano de obra en plena temporada agrícola puede aumentar el costo en mano de obra para el sector”.