Llaman a fomentar la lectura desde la primera infancia
Académicos de la Universidad Católica del Maule explicaron que durante la etapa escolar disminuye el interés de los estudiantes por la lectura, porque se siguen estándares de evaluación que no permiten generar lectores críticos.
Según la última medición del Simce, la cifra de alumnos que no entiende lo que lee alcanza el 29%, superando el total de alumnos que obtiene un nivel elemental en lectura (26,3%). Estas cifras dadas a conocer por la Agencia de Calidad de la Educación, forman parte de la tendencia que se ha repetido durante la última década, pero ¿Cuáles son los factores que propician la formación de malos lectores?
Los académicos Alejandro Espinoza y Macarena Navarro, del departamento de formación inicial de la Escuela de Pedagogía en Educación General Básica con mención, de la Universidad Católica del Maule sede Curicó, analizaron los aspectos que potenciarían la lectura. Destacaron que la primera infancia es una etapa trascendental para fomentar el gusto por los libros, aun cuando los niños no saben leer, acceden a los textos a través del relato oral y van formando hábitos de lectura, pudiendo conectar a través de los personajes, los espacios y las voces narrativas.
Lectura normativa
Uno de los momentos más críticos se generaría en la etapa escolar, debido a la forma que se trata la lectura en clase. “Las escuelas comenten el error de imponer textos y que el único fin sea una nota, no existe un trabajo por el disfrute y goce, por la estética de la lectura. Yo creo que aquí se comete un error, y eso va mermando y desmotivando a estos pequeños lectores, podemos tener niños muy motivados desde el hogar, pero se encuentran con este comportamiento cultural de las escuelas, donde la lectura es más normativa y se insta a leer porque hay una nota detrás”, comentó Espinoza.
En tanto, la docente Macarena Navarra, explicó que se genera una contradicción, puesto que las editoriales producen cada vez más textos para niños “Pero pareciera ser que se lee menos o puede ser que no les gusta leer los libros que les obligan, qué pasa si están leyendo de otros libros, que nosotros como adultos no estamos considerando”, expresó.
“Los programas de estudio del Ministerio de Educación entregan listados de libros, pero son sugerencias y hay que revisarlos también, respecto de si eso todavía tiene impacto dentro de la sociedad en la que estamos, o si hay que buscar nuevos libros para actualizarlos”, agregó la académica.
Detallaron que la importancia recae en que un niño lector, va a ser un adulto más crítico, más pensante, con un mejor vocabulario. “Sin duda un niño lector va a ser un adulto que tendrá mejores oportunidades en su vida intelectual, académica y escolar”, dijo Alejandro Espinoza.
Evaluaciones estandarizadas
Tal como lo explicaban los docentes, existen diferentes plataformas y formatos que sirven para cautivar a los niños con la lectura, jugaría un rol preponderante el uso de la tecnología, debido que los celulares y las tablets, servirían para fomentar el interés por los textos. “La tecnología debe ser enseñada, debemos educar en el uso de la tecnología y los medios, y no apuntarla con el dedo de que sea la principal responsable de que hoy se lea menos o se lea mal. La tecnología debería ser incorporada en las escuelas, existen libros digitales que están más disponibles y sirven para enseñar de distinta forma”, acotó Espinoza.
Sin embargo, explicaron que el panorama actual es complejo, puesto que aun cuando se hacen innumerables esfuerzos por generar mayores lectores, el sistema escolar merma ese interés, a través de la aplicación de pruebas como el Simce y la PSU, “Evaluaciones estandarizadas que lo único que hacen es imponer una forma de leer, y se pierde todo lo que de verdad genera el ser un buen lector, un lector comprometido y consciente, que lee por gusto. Se enfocan en esta medición estandarizada, coartando y limitando la lectura a una forma en particular. Creo que, si no nos desvestimos de estas pruebas, el panorama va a seguir siendo muy similar a lo que tenemos ahora”, enfatizó el docente de la UCM.
Macarena Navarro concluyó que “Sabemos que esto es complejo, porque la PSU es una prueba nacional, ligada a ciertas mediciones y estándares, que obedece a factores económicos y políticos. La forma en la que enseñamos a leer, es la sociedad que queremos hoy. Si enseñamos bajo un sistema educativo donde la lectura es totalmente normativa es ese tipo de sociedad la que se está construyendo, es decir, leamos de una forma y nada más. Y se pierde todo este enfoque de lectura que está más relacionada al contexto, a lo cultural, a lo social, que es lo que en definitiva genera un mejor lector. Pero claramente sabemos que eso no está pasando y que la lectura se está llevando como un producto que tiene que tener un resultado nada más”, puntualizó.