Libros de cuentos para niños: ¿qué considerar al elegir uno?
Panorama de verano
Es sabido que el contacto y lectura de libros a muy temprana edad favorece el desarrollo emocional-social y cognitivo, especialmente en lo que respecta a mejorar el lenguaje. Por ello, Sandra Castro, académica de la Escuela de Educación Parvularia de la U. Católica del Maule (UCM), nos entrega algunos aspectos a considerar antes de seleccionar un libro de cuento para nuestros niños, con el objetivo de obtener mejores y mayores resultados de aprendizaje, además de generar el interés necesario.
A continuación, algunas sugerencias para una selección adecuada, fundamentalmente ahora que viene el verano y los niños salen de vacaciones.
El lenguaje: las palabras que se empleen en los relatos deben ser simples y conocidas, según el nivel de comprensión de los niños y niñas, esto no quiere decir que el lenguaje debe ser pobre o limitado, sino valorar la importancia para ellos el poder evocativo de la palabra. Los recursos estilísticos que se utilicen deben ser variados, para que faciliten la comprensión de los relatos (excepto para las más pequeños), como por ejemplo, utilizar objetos o cosas familiares, el uso de diminutivos en partes del relato para provocar una relación afectiva, utilizar la repetición deliberada de algunas palabras o frases rimadas para producir resonancia psicológica y musicalidad, y algún estribillo universal como “a la una, a las dos… y a las… tres”, para el suspenso e interés o curiosidad.
El argumento: el contenido en lo posible debe estar relacionado con situaciones familiares cotidianas, que haga referencia al mundo que le circunda; la trama debe ser sencilla y breve para los más pequeños, simple y bien desarrollada, girando en torno a una idea central, con pocos personajes, sus diálogos ágiles y un desenlace feliz. A medida que aumenta la edad, el argumento puede ser más complejo, agregar otros personajes y adicionar mayor riqueza de vocablos.
Tips de lectura para cada edad
El libro debe ser coherente con la etapa de desarrollo de los niños y niñas, en relación con sus intereses, necesidades y nivel de comprensión.
De entre 0 a 1 años, es importante que sea un libro que genere alegría, que la lectura provoque una instancia afectiva, imágenes muy simples, pero que permitan describirlas y relacionarlas con objetos familiares. Pueden ser bidimensionales, con sonido, con aplicaciones en género u otro material sensorial.
De entre 1 y 2 años, que contengan temas de su interés, como objetos cercanos, utensilios y juguetes. Debe ser leído por un tiempo corto, suficiente para hojearlo, ya que el periodo de atención es fugaz y si se prolonga se puede desvirtuar dicha atención. Las imágenes deben ser simples, sin mucho detalle, la lectura debe acompañarse de una buena pronunciación. No es necesario un argumento muy detallado, pero si posibilitar la descripción.
De 3 años, no se necesitan grandes historias, sino secuencias en las que un personaje familiar cumpla cierta acción, en este caso la ilustración es más importante que el texto. La narración es simultánea a la observación de la imagen, ésta corrobora el significado de la palabra hablada, facilitando la comprensión. En el transcurso del relato, puede que no capte todo, intuye a través de la inflexión de la voz, los gestos y ademanes de quien narra. Se interesa y concentra, escucha con tal participación que se involucra con los personales y los imita o remeda. Los valores éticos son muy primitivos a esta edad, las motivaciones y las emociones básicas están relacionadas con la dualidad agradable-desagradable, a menudo asocia lo lindo con lo bueno o lo malo con lo feo.
De 4 años, cuentos que faciliten la fantasía y la imaginación, temas como historias de aldeanos y princesas, de encantamientos y magia, con transformaciones, aumentos y disminuciones, pero que lleguen a un desenlace feliz; los finales deben ser agradables y con el triunfo del protagonista. No es necesaria la imagen, sobre todo al narrar, esta no suple la riqueza de su imaginación; el libro de cuentos con ilustraciones cumplirá otra finalidad, la de estimular al niño y niña a recrear el cuento.
De 5 años, relatos de aventuras reales, con protagonistas que los identifiquen. Las ansias de información los llevan a escuchar con gusto los relatos verosímiles cuyos personajes son del mundo, constituyen grandes atractivos las mascotas, ciencia, vida submarina, personajes que realizan actividades heroicas, invenciones, entre otras. Los valores son mayores, comprenden el castigo y la reprobación al personaje que encarna el mal; advierten el premio y aprecian la justicia. Les atraen los cuentos de imágenes mudas, diagramadas a manera de historieta, las que sirven para desarrollar la madurez en el ordenamiento lógico de una serie de acciones.
Cabe destacar que el libro de cuentos siempre es bien recibido, sobre todo cuando el mismo niño o niña lo elige, por esto también se sugiere comprar libros junto a ellos y darles algunas opciones; a corto plazo se generará el hábito por lectura.