Subsidio a alimentos saludables, fomento de huertos de autoconsumo y formación de nutricionistas para situaciones de catástrofe, fueron algunas de las medidas que surgieron del conversatorio organizado por la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Católica del Maule, expositores e invitados abordaron las problemáticas y desafíos que ha dejado la pandemia.

La llegada del COVID-19 a Chile no solo ha puesto a prueba el sistema sanitario sino también ha dejado en evidencia la grave problemática que se vive a nivel alimentario. Un tema abordado en el conversatorio “Seguridad Alimentaria: propuestas en pandemia y desafíos pos crisis sanitaria”, organizado por la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Católica del Maule (UCM) en alianza con el Departamento de Vínculo con Egresados y Empleadores (Alumni UCM).

René Sandoval, académico de dicha Escuela y uno de los ponentes de la actividad expresó que “Se ha producido un aumento de preparaciones caseras, pero de alimentos con alta densidad calórica. Es decir, se están haciendo comidas chatarras en casa”, afirmó.

Un hecho que habla de la cultura alimentaria en Chile, algo que también se evidencia en los productos que componen las canastas básicas, punto que fue analizado por Sandoval. “Principalmente se entregan alimentos no perecibles, destaco que hay tres tipos de legumbres, pero hay muchas salsas de tomate y fideos. ¿Qué pasó con las frutas, verduras frescas y las carnes?”, cuestionó el experto de la UCM.

Por su parte, Lorena Rodríguez, académica de la Escuela de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile, advirtió que la seguridad alimentaria no es una preocupación que haya surgido en la pandemia puesto que en la Encuesta Casen de 2017 ya se mostraba que el 25 por ciento de la población se preocupó por no tener alimentos suficientes y que, incluso, 10 y el 5 por ciento omitió una de las tres comidas o dejó de comer todo un día, respectivamente.

Rodríguez, quien se centró en la “Sumamente baja producción y consumo de legumbres” debido a que “Los productores han privilegiado las frutas y los cereales porque se venden mejor”; indicó que solo el “24,4 por ciento de la población cumple con la recomendación de consumir legumbres dos veces por semana y no tiene qué ver con el precio, probablemente en pandemia sí, pero antes esa no podía ser una excusa”, agregó.

Paolo Castro, director de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Central, explicó que la alimentación se ha ligado tradicionalmente a la salud, “Incluso la regulación está bajo el alero del Ministerio de Salud”. Sin embargo, “Se debe tener una mirada sistémica de la alimentación porque la política, la economía, la sociedad, el medio ambiente, giran en torno a ella”, sostuvo.

“Puede sonar un poco lejano, pero en el minuto en que en Chile se acaben las personas que trabajen en la industria de la minería, vamos a tener un colapso económico ¿Cómo se van a acabar las personas que trabajen ese rubro? Porque sobre los tres mil metros de altura una persona con obesidad no debería subir por el riesgo de salud que tiene y eso está en la regulación nacional actual y vigente”, advirtió Castro.

Propuestas alimentarias

En la conversación que se suscitó en torno a las exposiciones, Yasna Roa, nutricionista que trabaja en atención primaria, manifestó la necesidad de implementar “Un sistema mixto en el que, además de entregar una canasta de alimentos, se dé un aporte en dinero y, en la atención primaria, nosotros enseñáramos a cómo distribuir el presupuesto para tener una alimentación saludable”, expuso.

Camila Hagedom, compartió su experiencia en Nutrición sin fronteras, una iniciativa ejecutada a nivel nacional por nutricionistas y estudiantes del ramo y que consiste en entregar canastas de alimentos planificadas para aumentar la suficiencia nutricional y potenciar el comercio local mediante el trabajo con proveedores locales de cada zona, y evitar así que la economía se vea afectada a nivel de pymes. La académica Lorena Rodríguez complementó que los alimentos entregados deben tener pertinencia cultural, teniendo en cuenta la cantidad de migrantes que existen en el país.

A nivel universitario, el académico de la Escuela de Nutrición y Dietética UCM, Sebastián Cofré, destacó el rol que deben tener las universidades en la crisis y propuso “Levantar propuestas técnicas que permitan enfrentar la situación actual” y que “Debiésemos tener una mesa social de seguridad alimentaria o soberanía alimentaria”, además de fortalecer la investigación en el área a través del trabajo colaborativo entre las instituciones.

Claudia León, nutricionista de Junji, expresó que “Es muy importante que los nutricionistas tengan en cuenta el área de la educación dentro de nuestra formación y nuestras oportunidades laborales, nuestro rol allí es fundamental para generar cambios porque los niños en la primera infancia están forman sus hábitos de vida”, dijo.

La estudiante de último año de nutrición, Tamara Ortiz, indicó que “Aproveché la pandemia para promover el consumo de alimentos autóctonos de mi región y de mi cultura, como el cochachuyo, el luche, la harina tostada y el mote porque son accesibles y saludables. También creo que es hora de promover el cultivo de nuestros propios alimentos”, afirmó.

Desde el ámbito curricular y teniendo en cuenta que Chile es un país sísmico y con alto riesgo volcánico, la directora de la Escuela de Nutrición UCM planteó fortalecer las mallas curriculares y generar estrategias para “Apoyar en la generación de conocimientos y que estén capacitados para enfrentar y apoyar al gobierno en situaciones de emergencia”, propuso.

Entregar bonos para alimentación en las cuentas RUT, aprovechar las redes sociales para educar en salud nutricional y otorgar incentivos a los investigadores, fueron otras de los planteamientos expresados en el conversatorio.