“La pandemia hizo que aparezca la creatividad y compromiso por parte de los miembros de esta Iglesia”
Mons. Galo Fernández en la Toma de posesión como obispo titular de la Diócesis de Talca.
Este 27 de mayo, fue la toma de posesión de Monseñor Galo Fernández Villaseca, como obispo titular de la Diócesis de Talca, una eucaristía que estuvo marcada por la alta participación en línea por parte de la comunidad.
En la actividad el nuevo obispo de Talca y gran canciller de la UCM, leyó una carta en la que abordó todos los temas contingentes que aquejan a la Iglesia y en la que se comprometió a ponerse a disposición de los fieles.
“Me presento como un humilde servidor. Es cierto que el oficio del Papa me confiere y me otorga potestades en muchas materias, pero no se trata de un poder para disponer de un beneficio propio. Por el contrario, se me encarga la responsabilidad de velar por el bien de esta comunidad y estoy llamado a cuidar como un buen pastor la caridad en la fe de esta Iglesia, para que ella fortalecida en la esperanza, pueda cumplir su misión de servicio de Dios”, dijo en la misiva.
Posteriormente Mons. Galo Fernández señaló que “me ha tocado conocer la belleza y la fortaleza de esta Iglesia precisamente cuando se han manifestado sus heridas y pecados (…) Conocemos los abusos de poder y autoridad por parte de ministros de la iglesia que han llegado a constituirse en graves delitos (…) Son una herida que clama el cielo, porque han dañado gravemente a quienes han sido víctimas, como también a toda la comunidad, que, con razón, se ha defraudado por ello”, continuó.
Bajo ese contexto, la nueva autoridad eclesial explicó que “junto a toda esta Iglesia hemos asumido un fuerte compromiso para velar porque estos hechos no se repitan nunca más. Es una tarea que nos compromete a todos y que nunca debemos olvidar”, agregando que “También nos corresponde colaborar en el proceso delicado de sanción o reparación del mal que ya se ha causado”, afirmó.
La pandemia como una oportunidad
Tras abordar estos temas que han causado conmoción en la Iglesia en los últimos años, Mons. Galo Fernández profundizó en los efectos que ha tenido la pandemia a causa del COVID-19 en la Diócesis de Talca.
“En estos años de Administrador Apostólico, nos ha tocado caminar juntos en medio de la irrupción de la crisis social más grave que ha tenido este país en muchos años, que se ha manifestado más compleja y profunda por las limitaciones de la pandemia, la que por su parte ha añadido tanto dolor, tanta soledad y tanta pobreza”, recalcó.
“En principio –continuó-, podríamos considerar que todo esto solo ha traído dificultades, incertidumbres y limitaciones a la vida habitual de la Iglesia, sin embargo, me atrevo a sostener que en este contexto tan exigente y desafiante ha ido apareciendo la fuerza interior, la creatividad y un compromiso más profundo y radical por parte de todos los miembros de esta Iglesia (…) Considero firmemente que es un tiempo de Dios que nos ofrece la oportunidad para una renovación profunda, para una auténtica conversión, para constituirnos en una iglesia más fiel a Jesús y mejor dedicada a lo medular que es su servicio al reino de Dios y por ello más cercana y disponible para con los pequeños, los excluidos y los humillados de la historia”, sostuvo.
Otra de las reflexiones que incluyó la carta leída en la toma de posesión fue la necesidad de volver a poner a Jesús al centro del quehacer de los fieles. “Cuanto más clara aparece nuestra fragilidad, tanto o más aparece el tesoro que llevamos en nuestras frágiles vasijas de barro. Es Jesús el Señor a quien buscamos poner en el centro de nuestra vida y de todas sus actividades. Hoy lo celebramos como el único sumo y eterno sacerdote, es él, quien se ofrece como sacrificio expiatorio ante el padre y es quien nos constituye en un pueblo sacerdotal, ya que unidos a su sacrificio, todos y todas, están llamados a ofrecer sus vidas, para que reine el amor en esta tierra”, puntualizó.